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domingo, 23 de mayo de 2021

Comentario de texto (esquema)




 GUÍA PARA UN COMENTARIO LITERARIO

1. LECTURA COMPRENSIVA

Consiste en la lectura detenida y comprensiva del texto. Conviene tomar notas en un borrador o sobre el propio texto. Hay que leer varias veces hasta estar seguros de haber comprendido el sentido literal y el connotativo.

2. CONTEXTUALIZACIÓN, LOCALIZACIÓN O ADECUACIÓN

  • Relaciona la obra con el autor, su vida y su obra.
  • Sitúala dentro del contexto histórico e ideológico de su tiempo.
  • Relaciona la obra con el contexto literario (época o movimiento literario) y con las características del género al que pertenece. Debes mencionar sólo aquellas que influyen directamente en el texto u obra que vas a comentar.
  • Si lo que analizas es un fragmento, ubícalo dentro de la obra a la que pertenece y relaciona ésta con el resto de la obra del autor. Indica también fecha, época, corriente literaria o influencias.
  • Analiza/menciona todos los aspectos que sean importantes: intención del autor, destinatario, clase de escrito, punto de vista del narrador/voz poética... 

3. TEMA

Establecer el tema es delimitar la idea central que origina y da sentido al texto. Hay que prescindir de los datos anecdóticos.

  • Determina el tema o temas presentes. Si aparecen tópicos literarios deberás mencionarlos y explicarlos. (La formulación de los temas ha de ser breve y concisa)
  • Relaciona el/los tema/s con el periodo literario y con la producción del autor
  • Resume brevemente el argumento.
  • Si se trata de un texto poético, alude al emisor y al receptor poéticos.
  • Si se trata de un texto narrativo, menciona los brevemente los elementos constituyentes de este tipo de texto: punto de vista (narrador), personajes, espacio y tiempo. (Después los ampliarás en el comentario)
  • Si es un texto teatral, deberás mencionar el espacio, tiempo, las acotaciones (si las hay) y los personajes que intervienen. Haz también referencia al tipo de diálogo que mantienen: respuestas rápidas, lentas, monólogo, aparte…

4. ESTRUCTURA

4.1 ESTRUCTURA EXTERNA

  • Si se trata de un texto poético, realiza el análisis métrico: medida, rima, estrofa, poema…
  • Si es un texto narrativo, indica cuántos párrafos o capítulos lo forman
  • Si es un texto teatral indica los cambios de escena o de acto y los diferentes planos que aparezcan: apartes, conversaciones cruzadas...

4.2. ESTRUCTURA INTERNA(partes en las que se articula o desarrolla el contenido)

  • Divide el texto en partes teniendo en cuenta el desarrollo lógico del contenido, la evolución del los temas. Para hacer la división puedes tener en cuenta diversos factores:
  • Las estructuras propias de los géneros y de los modos de elocución: por ejemplo, narración (planteamiento, nudo y desenlace, estructura circular, final abierto, etc.) texto teatral (monólogo, diálogo rápido, aparte…) exposición (exordio, narración, argumentación, epílogo)…
  • La división en párrafos o estrofas
  • Los conectores textuales
  • Los cambios de tema
  • El uso de los tiempos verbales…

5. ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL CONTENIDO

Siguiendo el los apartados que has propuesto en la estructura interna, comenta el desarrollo de los temas que se da en las diferentes partes explicando no sólo qué se dice, sino también cómo se dice. Es la parte más extensa del comentario. Describe la relación entre el contenido del poema y los recursos estilísticos presentes en el texto. Tienes que analizar la lengua del texto, los recursos fónicos, morfosintácticos, semánticos y estilísticos y relacionarlos con el desarrollo del tema y con la intención del autor.

  • Para que no olvides nada, aquí tienes algunas de las cuestiones lingüísticas y estilísticas que siempre debes tener presentes y que te ayudarán a determinar la estructura y el desarrollo temático de un texto:
    • Aspectos fónicos: modalidades oracionales, métrica y peculiaridades fonéticas.
    • Aspectos morfosintácticos: personas y tiempos verbales, estructuración sintáctica (conectores), abundancia de adjetivos, sustantivos o verbos:
      • Análisis de los sustantivos (concreto, comunes, abstractos...)
      • Análisis de los adjetivos (especificativos, epítetos, sensoriales, evocativos, ponderativos…)
      • Análisis de los pronombres (personas gramaticales, uso enfático, afectivo…)
      • Análisis de los determinantes y verbos
      • Estudio de la sintaxis (por ej., en una descripción impresionista predominan las oraciones breves, simples o yuxtapuestas; en un argumentación retórica, los periodos son largos y subordinados.)
    • Aspectos léxico-semánticos: campos semánticos predominantes, tecnicismos, neologismos, cultismos, presencia de mitos o tópicos, connotación o denotación. Estudio del registro lingüístico…
    • Aspectos estilísticos: Debes señalar las figuras retóricas o estilísticas que aparecen en el texto y relacionarlas con el contenido: aliteraciones, comparaciones, metáforas, repeticiones...
    • Aspectos textuales: los modos de elocución (narración, descripción, diálogo, argumentación...)
    • Tipo de lenguaje: culto, común, coloquial...

6. CONCLUSIÓN Y SÍNTESIS

Valora el texto teniendo en cuenta los aspectos más relevantes que habrás comentado arriba. Debes resumir con un breve texto las cuestiones que más te hayan llamado la atención por su fuerza expresiva, por su originalidad y representatividad

miércoles, 6 de mayo de 2020

1º de Bachillerato, semana del 4 al 8, 2ª jornada.

Material de recuperación de lengua ( los que tenéis la materia suspensa , debéis enviar los ejercicios hechos para su corrección).  Para los demás, es importántisimo que realicéis estás tareas , es imprescindible su dominio el curso que viene.




Rosa Montero. El País.   29 de marzo de 2020.

        El tiempo de la peste.


Este artículo es, más que nunca, una botella que arrojo al mar del tiempo. Lo escribo al principio de la reclusión, rodeada por una ciudad silenciosa y cautiva, caracoles frágiles ocultos tras la concha que sólo mostramos nuestro blando cuerpo a la hora del aplauso, en los balcones. Y vosotros lo estáis leyendo dos semanas más tarde, todavía encerrados y, me temo, con bastantes días de clausura aún por delante. Me imagino a mí misma dentro de 15 días, junto a vosotros; las raíces blancas de mi pelo teñido estarán más crecidas y serán un memento de la fugacidad de la vida (qué canosos saldremos muchos de nosotros del aislamiento: bien mirado, el debate sobre la apertura de las peluquerías era existencial). Pero, fuera de eso, supongo que todo será más o menos igual. Seguiremos navegando por las aguas profundas del intenso tiempo de la peste.
Con qué facilidad se ha cargado el coronavirus ese espejismo de seguridad y de control en el que vivíamos en las sociedades modernas. Es una derrota especialmente humillante, porque el virus es una pizca tan diminutérrima que no se ve con microscopios ópticos. Se trata de un grumo de ácido nucleico y proteína que ni siquiera está del todo vivo: es como el zombi de los agentes infecciosos. Y esa nadería ha tumbado al planeta. La humildad debería ser nuestro primer aprendizaje.
En ocasiones, sobre todo de joven, cuando todavía ignoraba mucho de mí misma, me he preguntado cómo hubiera reaccionado en determinadas situaciones históricas críticas. En la Alemania nazi, por ejemplo: ¿hubiera sido capaz de esconder a un judío, con el peligro que eso suponía? Pues bien, ahora estamos viviendo nuestra circunstancia crítica. Es una prueba tremenda, inesperada. Es nuestra prueba. El resto de nuestros días quedará marcado por lo que hicimos o no hicimos, por cómo nos comportamos dentro de esta anomalía colosal.
Hablo de esos descerebrados insolidarios que se marcharon a abarrotar e infectar playas como si estuvieran de vacaciones (por cierto: fueron una minoría dentro de la población de Madrid; caer en el estereotipo del odio al madrileño es otra actitud descerebrada); esos chavales ignorantes que juegan a burlar la autoridad y se reúnen en los pisos de los amigos (sois potenciales asesinos); esos listillos egoístas que vacían los supermercados; esos canallas que se disfrazan de médicos para entrar a robar en las casas. O esos miserables que crean noticias falsas sobre el Covid (acabo de escuchar el audio de una supuesta doctora dando torrentes de datos mentirosos para justificar que debemos abandonar el aislamiento). Todos esos individuos, en fin, cada uno en su medida, han escogido pasar a la historia, a su propia historia y su memoria, como unos marranos.
Pero no me refiero solo al ámbito social. El reto mayor es el interior. ¿Cómo vivir la vida cuando se ha quedado sin trucos defensivos ni disfraces? La vida cruda y limpia en el lento e incandescente tiempo de la peste. Entre los sanadores y maravillosos chistes que recorren las redes (bendita tecnología que nos une) me llegó esto: “Dice una amiga que con esto del aislamiento en casa ha estado hablando un rato con su marido y que le ha parecido muy simpático”. Esa es la cuestión: intentemos encontrarnos simpáticos. O intentemos simplemente encontrarnos. Cuando el ruido y el movimiento incesante se paran, queda lo real. Aguantar semanas con unos niños a los que normalmente aparcas en algún lado. Convivir de verdad con tu pareja en un ámbito estrecho, y aprender no sólo a escucharla, sino también a respetar su ausencia en la presencia. Soportar tu soledad, si vives solo, y lograr sentirte a gusto en ella. Y, sobre todo, manejar bien el tiempo. En vez de perderlo, quemarlo, tirarlo (la vida es eso que ocurre mientras nosotros nos ocupamos de otra cosa, según una supuesta frase de John Lennon) como hacíamos en la agitación de la normalidad, ahora tenemos una oportunidad única para habitar el presente. Para llenar de conciencia y de voluntad cada minuto. Para discernir entre lo esencial y lo superfluo. Intentemos que esta prueba, y la dolorosa resaca económica que vendrá, nos enseñe por lo menos a ser un poco mejores.

1.     ¿Cuál es el tema del texto?

2.     Realiza un resumen del contenido.
3.     Explica la estructura del texto.
4.     ¿Qué elementos aportan coherencia y cohesión al texto?
5.     Argumenta tu opinión sobre el tema del texto.





martes, 5 de mayo de 2020

1ª Bachillerato, Semana del 4 al 8 de mayo. 1ª jornada.



PREPARANDO RECURSOS PARA SEGUNDO DE BACHILLERATO.  Es importántisimo que realicéis estás tareas , es imprescindible su dominio el curso que viene.

   Trabajamos un texto.
   En principio cuando pensamos en cómo se construye una realidad distópica consideramos que si quien gobierna llega y dice que a partir de mañana los ciudadanos dejarán de tener intimidad porque se instalarán cámaras en todos los rincones, hasta dentro de las viviendas, la reacción del pueblo sería atroz. 
¿Pero y si este hipotético Gobierno cocinase algo así a fuego lento? Primero, se utilizan los medios de comunicación para hacerle al pueblo sentirse inseguro. Se emiten noticias sobre sucesos cada vez peores, de un modo gradual y esparcido en el tiempo. Poco a poco, se va cocinando la intranquilidad en los hogares. Una intranquilidad que nace de una ilusión. Y después, se desatan altercados que hagan que la mayoría se sienta en peligro. «Un hombre entra en una casa armado y asesina a una familia» «Un grupo de radicales asaltaron y asesinaron a una pareja mientras paseaban por el parque». No tienen ni que ser noticias reales, incluso pueden utilizarse casos aislados como si fuesen frecuentes. Y cuando los ciudadanos estén al borde del pánico, el Gobierno propone una normativa por la seguridad y el bienestar que consiste en colocar cámaras por todos lados. El propósito que todos creen, es que las cámaras velan por su seguridad. La realidad es muy distinta; las cámaras son el primer paso hacia una distopía donde el Gobierno tenga el control absoluto y total de la vida de los ciudadanos.
¿Conoces la analogía de la rana hervida?
Si quisieras cocinar una rana, ¿cómo lo harías? Si la pusieras en una cazuela con agua caliente, saltaría fuera y desaparecería de tu vista antes de que te dieras cuenta.
Sin embargo, existe una forma mucho más retorcida. Consiste en poner una cazuela con agua tibia, un entorno cómodo para la rana, y poco a poco ir elevando la temperatura del agua (a fuego muy lento) para que la rana no se percate de la subida de temperatura… hasta que ésta acaba hervida.

1.     ¿Cuál es el tema del texto?
2.     Realiza un resumen del contenido.
3.     Explica la estructura del texto.
4.     ¿Qué elementos aportan coherencia y cohesión al texto?
5.     Argumenta tu opinión sobre el control al que se puede someter a la población en un sistema distópico.

jueves, 30 de abril de 2020

1º bachillerato. semana del 27 al 30. 3ª jornada.



PREPARANDO RECURSOS PARA SEGUNDO DE BACHILLERATO.  Es importántisimo que realicéis estás tareas , es imprescindible su dominio el curso que viene.
   Trabajamos un texto.
   Una de las materias narrativas más exitosas de la actualidad es la construcción de realidades distópicas. La mayor parte de las distopías describen sociedades que son consecuencia de tendencias sociales actuales y que llevan a situaciones totalmente indeseables. Surgen como obras de advertencia, o como sátiras, que muestran las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos.
Toda distopía que se precie tiene dos componentes definitorios: una naturaleza real y otra irreal. Por un lado, poseen una naturaleza real: una sociedad plausible (o existente), que deformada o evolucionada detona en una distopía. Y por otro, una naturaleza irreal, con aspectos de una sociedad y sistema político ficticios. En este caso, la ficción supera a la realidad, dando lugar a una distopía con los fragmentos de una utopía destruida. Por eso es tan terrible, porque tiene un gran componente real, extraído del mundo en el que vivimos. La mayor parte de las distopías describen sociedades que son consecuencia de tendencias sociales actuales y que llevan a situaciones totalmente indeseables. Surgen como obras de advertencia, o como sátiras, que muestran las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos.
Una distopía donde la explotación humana y el sufrimiento son evidentes, es una pésima distopía. No se trata de hacer del mundo una dictadura de magnitud mundial donde los líderes hacen lo que les da la gana con los ciudadanos y todos viven un infierno del que no pueden escapar. Un mundo así es insostenible, porque tarde o temprano una rebelión terminaría por consumir el sistema. ¿Por qué funciona una distopía? Porque crean una ilusión de bienestar. Esta es la clave.
Nadie quiere vivir en un país que explota, maltrata, humilla y roba al ciudadano. Pero si el ciudadano tiene la sensación de que todo va bien, de que su vida no es diferente a la del resto y su país es el mal menor, entonces la cosa ya cambia. Si a eso le sumamos la Falsa Seguridad, tenemos la jaula perfecta.
El miedo puede utilizarse de muchas formas para gobernar. No hay que amenazar ni extorsionar al ciudadano. A veces basta con hacerle sentirse inseguro. Un ciudadano inseguro renunciaría a muchas comodidades por sentirse un poco más protegido.
La esperanza de que algún día todo cambiará, una esperanza que la propia dictadura alimenta, es esencial en cualquier distopía. La esperanza es el arma perfecta contra las mentes más despiertas y rebeldes. Una persona que no se adapte a la distopía es capaz de soportar un sufrimiento indecible si tienes esperanza. Lo que ignora es que esa esperanza también forma parte del sistema de control.
Todas las ilusiones anteriores no serían posibles sin la ayuda de los medios de comunicación. El pueblo se alimenta de información, una información que el gobierno controla y que, por lo tanto, elige. Si la gente no tiene acceso a fuentes fidedignas de información, todo lo que llegue a sus oídos no serán más que mentiras o verdades a medias que favorecerán al sistema. Los medios de comunicación son la mejor herramienta de sometimiento de la humanidad. Si se bombardea a un pueblo con noticias con el propósito de asustar o fomentar el odio entre la gente, tarde o temprano el pueblo creerá esas mentiras. Hasta los más escépticas terminarán cediendo ante el aluvión de información. Y es que cuando toda tu realidad es una farsa, ¿cómo distingues entre la verdad y la mentira?



1.     ¿Cuál es el tema del texto?
2.     Realiza un resumen del contenido.
3.     Explica la estructura del texto.
4.     ¿Qué elementos aportan coherencia y cohesión al texto?
5.     Argumenta tu opinión sobre la manipulación de los medios de comunicación.


 













martes, 8 de mayo de 2018

Unidad en ella. Aleixandre.





                        “Unidad en ella”.

  Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

  Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.

  Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

  Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

  Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú sangre, esa lava rugiente
que renegando encerrada en bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

  Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

1.      Tema.


El tema del poema es la sensación de fundirse con el universo que, al hacer el amor, experimenta el poeta.


2.      Resumen.

Cuando el poeta acaricia el cuerpo de su amada, tiene la impresión de que éste se le escapa  y siente que la cara de ella es la imagen del mundo. Queda fascinado por la textura y el color de la piel de la mujer y su boca lo atrae irresistiblemente . Entonces quiere perder el sentido de la realidad y que su conciencia quede anulada en la contemplación de ese cuerpo. Finalmente, los besos y las caricias lo llevan a sentir que se une, a través de la mujer, al universo.


3.      Estructura.

En el poema se pueden distinguir tres partes:

-en la primera (versos 1º al 8º) el poeta describe las sensaciones iniciales que lo embargan al contemplar y acariciar el cuerpo de la amada;

-la segunda (versos 9º a 20º) sugiere, por la progresiva vehemencia de la expresión, que el poeta está describiendo las sensaciones que lo invaden al hacer el amor;

-en la tercera (versos 21º al 27º) el poeta parece evocar, en las caricias posteriores al éxtasis erótico, esas sensaciones que ha vivido durante esos momentos: la de ser parte del mundo.

4.      Métrica.


El poema está compuesto por versículos, de arte mayor todos menos el 23º. Se trata de versos de medida irregular y sin rima que, sin embargo, tienen ritmo gracias a recursos de repetición como la anáfora [“Quiero amor (...), quiero morir (...)/quiero (...)”], la reduplicación (“Deja, deja”), el paralelismo (“Cuerpo feliz que fluye entre mis manos/rostro amado donde contemplo el mundo”: la estructura de los dos versos es “sustantivo + adjetivo + relativo + verbo + complemento”), la enumeración (véanse los versos 9º y 10º, en los que el poeta expone las razones por las que muere) o el uso frecuente de estructuras bimembres (“diamante o rubí”, “quema y dora”, “muero y renuncio”, “luz o espada”).



5.      Comentario estilístico.


            En la primera parte, los recursos literarios intentan sugerir cómo la excitación del contacto físico, manifestado en las dos referencias a las manos que acarician, estimula los sentidos del poeta hasta que percibe sensaciones intensas, en las que se confunden los múltiples elementos de la realidad. Entre estos recursos, sobresalen:

-          las metáforas que identifican a la amada con las diversas formas de la naturaleza. En la primera estrofa, el cuerpo “fluye”, igual que si fuera un río. Y, para el poeta, el rostro de la amada encierra en sí todo lo que existe (“rostro amado donde contemplo el mundo”), desde el cielo (“donde graciosos pájaros se copian fugitivos”) hasta la tierra (“la región”), en la que la felicidad del éxtasis amoroso, símbolo de la unidad del universo, sumergirá al poeta en esa unidad del mundo, sintiéndose él mismo como parte de todo (“donde nada se olvida”). Si además tenemos en cuenta que, para Aleixandre, la amada es una tierra a la que el amante se une, quizás podríamos pensar que los pájaros que “se copian”, es decir, que se reflejan en otra superficie, son los ojos del poeta reflejados en los de su amada, copiándose allí antes de dirigirse (así interpretaríamos el “volando” del siguiente verso) hacia el cuerpo, “la región donde nada se olvida”. En la segunda estrofa, el cuerpo en su conjunto es ahora “diamante o rubí duro” y “brillo de un sol”. De este modo, el cuerpo va encarnándose progresivamente en las distintas materias que forman el universo: el líquido, el mineral, la luz. Este cambio en que el cuerpo es río, luego mineral cristalino y finalmente luz intensa es una gradación que muestra la progresiva fascinación (o exitación) del poeta ante el cuerpo de la amada: primero, ese cuerpo parece escapársele jugueteando (“feliz”), como si la confusión o el asombro inicial del poeta le impidieran abarcarlo (“fluye entre mis dedos”), después se vuelve materia real que se entrega por completo a su tacto (“rubí duro”) y, por último, se impone con una fuerza insuperable a sus sentidos hata casi anularlos [“brillo (...) que (...) deslumbra”]. La metáfora del “cráter”, referida a la boca de la que ahora surge una “música íntima” y, más adelante, “el caliente aliento” (verso 11º), resulta la culminación de esa gradación, porque representa el deseo de superar las impresiones de la “forma externa” y entrar en ese mundo que la amada le ofrece (en la metonimia de “la llamada de tus dientes”);

-          las metáforas, relacionadas con las anteriores, sobre la huida y el viaje a otro mundo, que presentan el acto amoroso como el paso a una realidad plena, donde todos los elementos del universo se integran: el cuerpo en un principio “fluye”, como si escapara del amante; los “pájaros” del rostro de la amada son “fugitivos” y van “volando”, como el propio poeta entregado a sus sentidos, a ese mundo simbolizado por la amada, “la región donde nada se olvida”;


-          las metáforas alusivas al misterio del instinto, que vuelve irresistible la pasión amorosa y hace presentir que en ella se encuentra la plenitud del mundo: en “me convoca con su música íntima”, “música” parece referirse a la voz, pero “íntima” deja entender que no es una voz percibida por el oído, sino por el espíritu en que se concentran todos los sentidos del cuerpo; igual interpretación cabe hacer de “la llamada de tus dientes”, donde “dientes” puede ser una metonimia por “boca” o simplemente el primer instrumento del placer que aguarda al poeta en la boca de la amada, puesto que después hablará de cómo siente la lengua de ella en su propia carne. Son metáforas sobre la atracción irresistible del cuerpo amado, donde la voluntad busca ser anulada;

-          las personificaciones del cuerpo o de las metáforas referidas a él, que trasladan a lo descrito el sentimiento de gozo del poeta: “cuerpo feliz”, “graciosos pájaros”;


-          la formación de todos los versos mediante oraciones nominales, es decir, sin verbos (salvo los de las subordinadas de relativo): esta estructura se debe a que los primeros ocho versos constituyen una invocación al cuerpo acariciado; pero, además, las oraciones nominales reflejan un estado de ánimo abrumado por la belleza que sus sentidos le transmiten y embargado totalmente por esas sensaciones;

-          la gradación, que muestra la progresiva entrega de la voluntad del amante a la amada: los verbos de los dos primeros versos, referidos al tacto y a la vista (“fluye” y “contemplo”), indican un estado de ánimo tranquilo y gozoso, admirado por la belleza femenina; en los versos 5º y 6º, la fluidez del cuerpo se transforma en resistencia mineral y la contemplación del rostro en deslumbramiento, para señalar que los sentidos del tacto y la mirada provocan que el deseo domine por completo las facultades del amante; las imágenes  de la “música íntima” y de la “llamada de tus dientes” revelan que esa preponderancia de los sentidos ha aniquilado la voluntad del poeta y se deja conducir adonde ellos lo empujan, es decir, a la unión con la amada;

-          el asíndeton, empleado en los ocho versos, y la enumeración de las metáforas en los versos 5º al 6º intentan reflejar, de modo parecido a como lo hacen las oraciones nominales, la viva sucesión de esas impresiones que asaltan al amante;


-          el mismo fin pretende el hipérbaton del verso 6º: “entre mis manos deslumbra”;

-          el paralelismo de los dos primeros versos (analizado en el apartado de métrica), de las oraciones de relativo con “donde” y de los versos 1º, 6º y 7º (estructurados con un sustantivo a principio de verso más una oración de relativo a continuación), establece el vínculo que hay entre la amada (“cuerpo”, “rostro”, “región”, “brillo de un sol”, “cráter”) y las sensaciones experimentadas por el amante (“que fluye entre mis manos”, “donde contemplo el mundo”, “donde nada se olvida”, “que entre mis manos deslumbra”, “que me convoca con su música íntima”);

-          la aliteración, recurso ideal para transmitir la intensidad sensual de las caricias: la repetición de f y l en el primer verso ( “Cuerpo feliz que fluye”) sugiere la suavidad con que las manos se deslizan por la piel; la de t y r en el verso 5º, subraya el gozo ante la materialidad de la carne (“tu forma externa, diamante o rubí duro”);


-          el pleonasmo de “rubí duro”, que, al realzar una cualidad implícita en el rubí, intenta expresar el grado extremo de sensibilidad que el placer desarrolla en los sentidos.


En la segunda parte, el apasionamiento de la primera parte se transforma en ansia vehemente de ser parte de la amada y la realización de ese deseo: es la descripción del espíritu del amante al hacer el amor. El poeta se sigue sirviendo de la metáfora, pero ahora hay un apreciable cambio en el empleo de recursos, pues se prefiere algunos de carácter más enfático, como la anáfora, la repetición, la derivación, la reiteración, etc.,  más apropiados para expresar la violencia con que el poeta vive esos instantes. Analicemos algunos de esos recursos:

-          la gradación que, en ese anhelo de unirse a la amada, muestra el crecimiento progresivo del arrebato del poeta hasta alcanzar el éxtasis del placer: primero (versos 9º-12º), las acciones del poeta, que describen el movimiento de aproximación a la amada (“me arrojo” y “si me acerco”), y las referencias al “aire de fuera” y al “caliente aliento” indican que existe todavía una distancia entre los amantes; a continuación (versos 13º a 16º), la súplica a la amada (“deja, deja que mire”), la alusión a la sangre (“tu purpúrea vida”) y al “clamor de tus entrañas” y, sobre todo, la invasión del cuerpo del amante por el calor del cuerpo amado (“enrojecido el rostro por tu purpúrea vida”) significan que los amantes ya están piel contra piel y que se aproxima el clímax del amor (“renuncio a vivir para siempre”); finalmente (versos 17 º-20º), las sucesivas hipérboles (“quiero morir del todo,/ quiero ser tú, tu sangre”), la percepción más viva del calor de la sangre (“esa lava rugiente”) y de su fluir (“regando bellos miembros extremos”) y la imagen del verso 20º  (“siente así los hermosos límites de la vida”), que descubre una exacerbación absoluta de los sentidos, revelan que el amante alcanza la plenitud placer amoroso;

-           la sinestesia, que con la confusión de sensaciones refleja la excitación de los sentidos del poeta: en “mire el hondo clamor” se mezclan la vista y el sonido; en “lava rugiente”, el tacto (el calor de la lava) y el oído;

-          las metáforas referidas al calor y al color rojo, que son alusiones a la sangre, esencia de la vida y símbolo del anhelo de unión con la amada: “quiero vivir en el fuego”, “el caliente aliento”, “teñido del amor”, “enrojecido el rostro por tu purpúrea vida”, “esa lava rugiente”.;

-          las figuras de repetición, cuyo significado ya hemos explicado: la derivación (“muero ... morir”), el paralelismo (“porque me arrojo, porque quiero morir/porque quiero vivir en el fuego”), la reiteración (“deja, deja que...”), la anáfora (con “deja” comienzan los versos 13º y 15º);

-          el asíndeton, que se da en todos los versos como si el poeta quisiera  reflejar el sucesión  frenética de las impresiones de la pasión; de ahí que este recurso provoque, junto con la repetición de “quiero”, un ritmo más vehemente en los versos 18º y 19º, cuando la excitación va a llegar al clímax: “quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,/quiero ser tú, tu sangre”;

-          la abundancia de adjetivos y participios, que enfatizan la sensualidad del amor, haciendo referencia en algunos casos a los sentidos de la vista, del tacto y del oído: “el caliente aliento”, “teñido del amor”, “enrojecido el rostro”, “purpúrea vida”, “hondo clamor”, “esa lava rugiente”, “bellos miembros extraños”, “los hermosos límites”;

-         la paradoja, que, igual que la sinestesia, refleja la confusión de múltiples sensaciones y deseos que produce la excitación erótico: “Muero porque (...) quiero morir, porque quiero vivir en el fuego”; “quiero amor o la muerte”;

-          las hipérboles, que manifiestan el ansia de absoluto, de llegar por el  placer a diluirse en la amada y, en ella, en el universo: véase el ejemplo citado en la gradación.


            En la tercera parte, encontramos el relajamiento que sigue al placer erótico. El verbo en pasado del verso 22º, “voló”, indica que el camino iniciado en la imagen del verso 4º, “volando a la región donde nada se olvida”, ya se ha concluido y ahora, alcanzados los “hermosos límites del mundo”, su recuerdo es una impresión permanente: “nunca podrá destruir la unidad de este mundo”. El adverbio “todavía” revela que las caricias y sensaciones de las que ahora se habla son la pervivencia de ese acto amoroso, pero una pervivencia donde ya no está la pasión anterior: “repasar” el pelo es un gesto que ya no manifiesta deseo alguno. Los recursos más destacados, por tanto, expresan la calma que ahora siente el amante y el gozo por la vivencia de “unidad” con el mundo que ha tenido:

-el símil es el recurso con que comienza esta parte. Es significativo que el símil sustituya a la metáfora, puesto que la comparación supone un mayor distanciamiento que la identificación: la metáfora sustituye a la realidad y es, por tanto, un recurso más intenso; mientras que el símil describe la realidad, de modo que ésta nunca queda oculta tras la imagen. Esta pérdida de intensidad se observa ya en el primer símil, “este beso en tus labios como una lenta espina”: el adjetivo “lenta” unido a un objeto, la espina, que provocaría un dolor fuerte e inmediato, subraya el cambio de sensibilidad en los sentidos, agotados por los “límites” adonde los empujó el placer. La misma anteposición del adjetivo “lenta” refleja esa calma física del nuevo estado del amante. En el siguiente símil, “como un mar que voló hecho un espejo”, la idea del mar, esa realidad inmensa, y su transformación en “espejo”, un espejo donde todo el universo encontraría su reflejo, destacarían la plenitud lograda en el amor: como un mar donde se refleja el mundo, el cuerpo de la amada ha llenado de vida el cuerpo del amante. El verbo “voló” continúa la metáfora del verso 4º sobre el viaje a otra realidad que se realiza al hacer el amor. El símil del verso 23º, “como el brillo de un ala”, presenta una imagen especialmente delicada: el brillo de una ala es algo difícil de captar, un hecho casi imposible que se produce en un instante. Esta delicadeza manifiesta tanto la profundidad de las sensaciones vividas como la pervivencia, una vez culminado el amor, del recuerdo de hasta la más ínfima de esas sensaciones. Esa agudeza extrema de los sentidos, atentos incluso a lo más tierno, se aprecia en el verso siguiente en la percepción del sonido del cabello al ser acariciado: “un repasar de tu crujiente pelo”;

- el predominio del cuerpo y de las metáforas referidas a él es reemplazado aquí por el de las acciones: “este beso”, “un repasar de tu crujiente pelo”, “un crepitar de la luz vengadora”. Tras la exaltación de la carne y cumplido el deseo que ésta ha despertado, la suavidad de los gestos exteriores son el reflejo de la felicidad que siente el amante;

-          las metáforas que identifican con la luz y con la muerte la experiencia de amar: “un crepitar de la luz vengadora,/ luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza”. Las metáforas sobre la luz declaran que el amante ha tenido una experiencia de tipo místico en la que la unión con la amada ha supuesto una revelación de la unidad del mundo, un conocimiento espiritual, instintivo, de esa unidad. Las referencias a la muerte (“vengadora”, “espada mortal”) se refieren a la integración de la conciencia del poeta en esa unidad: a la impresión de haber perdido la conciencia de sí mismo como individuo y haberse sentido parte de ese todo. Sin embargo, el verso 27º (“pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo”) parece indicar que el poeta ve también esa muerte como una imagen de la muerte real que nos aguarda (“espada mortal que sobre mi cuello amenaza”), puesto que la oración adversativa implica la idea de que el poeta sí podrá ser destruido. Si lo interpretamos así, el verso 27º supondría una rebelión contra la muerte del individuo, puesto que expresaría la convicción de que esa muerte es un paso hacia la unión definitiva del individuo con el mundo. El éxtasis amoroso sería un reflejo de la muerte y así se explicaría el “quiero amor o la muerte”.


6.      Comentario crítico.



El poema es un ejemplo de las inquietudes que determinan la poesía surrealista de Vicente Aleixandre. A partir de las obsesiones surrealistas por buscar la expresión del subconsciente en la sexualidad, en la que el hombre libera sus instintos y olvida la represión de las normas sociales, Vicente Aleixandre desarrolla su poesía a partir de dos ideas muy relacionadas entre sí: en el orgasmo, el hombre se diluye en el universo y pasa a formar parte de él; en la muerte, la experiencia definitiva del hombre junto al amor, el hombre se funde para siempre con ese universo presentido en el amor. De ahí, como se aprecia en el poema, pasa a identificar las dos experiencias (“quiero amor o la muerte”), porque en ambas el individuo deja de ser quien cree ser y alcanza lo que sería su identidad primigenia: la de ser materia del cosmos.
Estaríamos frente a una experiencia de tipo místico, pero ligada al placer de la materia. Por este motivo, en el poema se pasa de las metáforas del fuego a las de la luz: la pasión, la entrega absoluta al placer de la carne, conduce a la intuición espiritual de al auténtica realidad del universo. Las imágenes de “los graciosos pájaros fugitivos”, de “la región donde nada se olvida”, del “cráter”, de “la lava rugiente”, del “mar que voló hecho un espejo” o del “brillo de un ala” revelarían cómo, a través de esa intuición, el poeta se confunde con el resto de la materia del cosmos. Se cumpliría, de este modo, la ilusión surrealista de hacer aflorar los instintos más primitivos del hombre, los menos tamizados por la civilización y la cultura: aquellos que compartiría con el resto de los seres naturales. Y a la vez, destruiría Aleixandre uno de las ideas más combatidas por el surrealismo: la fijación por distinguir entre el cuerpo y el espíritu y el miedo ante la busca de placer a que nos impulsa el primero. Las palabras iniciales, “cuerpo feliz”, simbolizan esa unión de cuerpo y espíritu en el hombre. Las palabras finales representan también la confianza en que será el cuerpo el que haga pervivir el espíritu, al unirse en la muerte, como antes en el amor, con todo lo que también está hecho de materia, porque los vínculos que unen a la materia es lo único verdaderamente eterno para el poeta: “nunca podrá destruir la unidad de este mundo”.
 

miércoles, 29 de noviembre de 2017

La monja gitana. Interpretacion( una de las muchas posibles).

Comentario procedente de https://www.airesdelibertad.com/t35607-la-monja-gitana-de-federico-garcia-lorca-estudio

El ASUNTO del poema viene centrado en la austeridad y disciplina de la vida de clausura y su contraste con el paisaje, la luz y la libertad de la vida exterior. Se percibe en la intención del autor un sentimiento de "pérdida" respecto de la segunda, como un suspiro de lástima...

El TEMA o argumento se centra en una joven monja, gitana, que mientras borda ornamentos sagrados, siente bullir en su interior el paisaje perdido, el color y aroma de las flores tan distintas a las que ella tiene que bordar, la juvenil presencia del amor en su recuerdo, casi como un sueño en otro mundo que va creando su fantasía, lejos del silencio y la disciplina del convento, detrás de las celosías ajedrezadas de las tapias...

EL TRATAMIENTO por parte del autor es lírico desde la narración, apasionadamente centrado en todo aquello que la protagonista ha abandonado por la vida conventual y que aún la hace suspirar, sin abandonar totalmente ese tono cuando se refiere a los pormenores del escenario y la actividad en el convento, aunque tengan para el autor otros colores menos brillantes que para el resto del relato.

MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA

El poema es un romance en treinta y cuatro versos octosílabos con rima asonante en los versos pares aunque hay alteraciones y repeticiones de la misma a lo largo del poema que se justificarían por su ritmo y su impulso estético en la elección de las palabras, así como su apasionado desarrollo, ya que en algunos pasajes el tono general cambia mediante exclamaciones casi simétricas entre sí, sin llegar a la repetición, en una especie de acercamiento al estribillo sin reunir las características que le son propias. Se diría que además del ritmo octosilábico el poema se estructura mediante secuencias cadenciales apoyadas en los versos que figuran entre exclamaciones:

¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia! 
Sobre la tela pajiza, 
ella quisiera bordar 
flores de su fantasía. 
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia 
de lentejuelas y cintas! 
¡Qué azafranes y qué lunas, 
en el mantel de la misa! 

¡Oh!, qué llanura empinada 
con veinte soles arriba. 
¡Qué ríos puestos de pie 
vislumbra su fantasía! 


Los verbos relativos a la descripción del escenario y a la actividad de la protagonista, siempre en tercera persona, están todos en presente, en tanto que en el verso undécimo aparece el verbo en pretérito imperfecto de subjuntivo, relativo al deseo de la misma:

ella quisiera bordar... 

No parecen dignas de mención aliteraciones, en cambio sí las repeticiones de la conjunción con función exclamativa qué en los mencionados episodios de cambio de cadencia ponderando la excelencia de bordados, flores, escenas y paisajes en general.

Hay bimembración en el verso noveno:

¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia! 

Hay metáforas compuestas:

Silencio de cal y mirto. 

Referida al ambiente y plantas propias de los conventos en general.

Malvas en las hierbas finas. 

Referida al color de los alhelíes que se están bordando para el altar.

Vuelan en la araña gris, 
siete pájaros del prisma. 


Doble metáfora compuesta referida a la lámpara y a los reflejos de la luz (siete pájatros) sobre las paredes, descompuesta en arcoíris al atravesarla.

La iglesia gruñe a lo lejos 
como un oso panza arriba. 


Referida a la iglesia con su gran volumen, sus torres y sus repiques.

¡Oh!, qué llanura empinada 
con veinte soles arriba. 
¡Qué ríos puestos de pie 
vislumbra su fantasía! 


Hay referencia a los veinte años de la joven en la llanura empinada y a lo exaltado de su imaginación propia de la edad, como si cada uno de sus años fuera un río. Tienen también carácter simbólico las figuras contenidas en estos cuatro versos, a mi entender. Y una personificación de los ríos (puestos en pie). Hay una paradoja en la expresión “empinada” referida a la llanura.

Por los ojos de la monja 
galopan dos caballistas. 
Un rumor último y sordo 
le despega la camisa, 


La imaginación desbordante de la protagonista queda reflejada, su pasión vital también, en esta imagen de los dos caballistas. Parece referirse a algún recuerdo amoroso hacia el que cabalga su instinto y despierta en ella una íntima pulsión de deseo.

Cinco toronjas se endulzan 
en la cercana cocina. 
Las cinco llagas de Cristo 
cortadas en Almería. 


En estos versos hay la comparación entre las naranjas que confitan las monjas con las cinco llagas de Cristo que también trata el autor como metáfora de aquellas.

¡Qué girasol! ¡Qué magnolia 
de lentejuelas y cintas! 
¡Qué azafranes y qué lunas, 
en el mantel de la misa! 


En estos versos se establece comparación entre la belleza de las flores que imagina la monja en los dos primeros versos y la sencillez desornamentada de los bordados destinados a los tapetes para el altar.

la luz juega el ajedrez 
alto de la celosía. 


Hay una personificación de la luz que juega en el primer verso y otra de la iglesia que gruñe, al tiempo que en el resto del pasaje se da una metáfora compuesta en:

...el ajedrez 
alto de la celosía


que nos sintetiza la imagen de una tapia cuya celosía es ajedrezada, o sea, que deja pasar la luz a través de espacios diáfanos cuadrados.

Anáforas: tienen carácter anafórico los versos que contienen las exclamaciones de admiración hacia la protagonista, hacia su trabajo como bordadora y sus veinte años como veinte ríos puestos en pie bajo veinte soles... Al mismo tiempo la referencia paisajística constituye una hipérbole por la grandiosidad exagerada de dicho escenario como representación de la juventud.

A excepción de algunas de estas series exclamatorias, de los dos versos que abren el romance, los versos del once al veintitrés, del veintitrés al veintiséis y los cuatro que lo cierran, los restantes forman sintagmas de dos en dos versos. Los versos primero, segundo y noveno forman sintagma cerrado con punto y seguido (esticomitia).

IMPRESIÓN PERSONAL

En este poema podemos encontrar muchos de los trazos que identifican la obra de Federico García Lorca: gran fuerza lírica, intensidad narrativa, conocimiento del paisaje y cultura de distintos ambientes, especialmente de la sociedad andaluza y del mundo flamenco. Imaginación y dominio del idioma expresado en un lenguaje intenso, armonioso, apasionado...Su obra contiene trazos de muchos estilos: es tanto expresionista como costumbrista y se integra en los movimientos de vanguardia, surrealismo, neorromanticismo y neopopularismo. García Lorca es uno de los más insignes representantes de la llamada Generación del 27.

Hay una magia especial en toda su poesía que nos transmite un corazón y una inteligencia capaces de acercarnos a un mundo mágico y profundo al tiempo, a una estética brillante y cercana, tierna, detallista y también a una gran capacidad de evocación, de conservar espacio para que el lector acabe inmerso en la obra y aporte su sensibilidad e imaginación.




Mercedes Carrión Masip para Metáfora.
14 de Enero de 2015.