Caballeros 1

lunes, 18 de mayo de 2020

3º de ESO, semana del 18 al 22. jornada 1ª



Malaherba, capítulo 2
(continúa)
Mi madre trabajaba en El Corte Inglés de Vigo , a mí me parecia mayor porque era mi madre, pero en realidad se quedo embarazada muy joven de Rebe y la gente le preguntaban si eran hermanas, y mi madre ponía una cara que parecía que iba a comprar El Corte Inglés entero.
  Dejó las bolsas en el recibidor y se llevó a  Rebe al salón para encender un cigarro de marca Winston. Cerraron la puerta aunque yo no tenia pensado poner la orja prefería esperar a la versión infantil. Me quedé en mi cuarto sin hacer nada, y cuando Rebe salió del salón dijo que nos íbamos.
 -¿Qué le pasa a papá?
 -Ya te lo diré después --dijo Rebe cuando nos metimos en el ascensor para ir a casa de Elvis. No parecía asustada ni enfadada, quizá ya no tenía nada de eso.
 Hicimos los deberes en el salón y luego jugamos los niños por un lado y las niñas por el otro. Ese día Elvis y yo descubrimos que nos encantaba el Hundir la Flota, un juego en el que colocábamos nuestros barcos en tableros divididos en casillas, y había que adivinar dónde los tenía el otro tirando de coordenadas, tipo D2 o BS. Si acertabas con una parte del barco, era «tocado». Si ya no te quedaban más partes que tocar, era «hundido» .. Si fallabas, era «agua». Creo que no he pasado nunca más vergüenza en mi vida que explicando esta tontería, ni me cabe en la cabeza que alguien no conozca el juego de los barcos, pero papá decía que hasta las cosas más estúpidas hay que explicarlas para entenderlas por dentro, y que nunca sabíamos quiénes nos podían leer. A lo mejor al Hundir la Flota le pasará dentro de cien años como a los dinosaurios, así que supongo que esto será de interés si ocurre. Ojalá, la verdad, haya en el futuro arqueólogos de barquitos de estos de plástico con sus agujeritos en cubierta, y ojalá yo sea uno de ellos.
Elvis era un año más pequeño que yo, más bajo y muy distraído; siempre se estaba dejando cosas por ahí. Se entusiasmaba mucho y muy rápido, y luego se cansaba de forma muy simpática, o eso me parecía a mí porque ponía morros. Era muy estudioso pero escribía fatal, casi ni sabía escribir. Tampoco leía bien. El tercer día la profesora de Lengua nos mandó leer en alto, que es lo que hacen los profesores para parecerse a los tratantes de ganado: mirarles las encías a los animales. Yo no es que fuese una máquina leyendo, y siempre vocalicé mal (hablo muy rápido y tengo mucho acento gallego, pego las palabras, las monto unas encima de otras de tal forma que sólo me entendía Elvis y me hacía gracia pensar que era un idioma nuestro, un idioma de marcianos). Pero es que Elvis era un agobio, y al principio era un agobio para mí, que era su vecino y su mejor amigo. Yo sentía que la clase se reía de él y algo peor, sentía que era difícil no hacerlo y que si yo no lo hacía era porque había tenido la mala suerte (lo pensaba así, y odiaba pensarlo) de ser su amigo demasiado pronto, antes de saber muchas cosas de él, por ejemplo gue  leía como el demonio. Mi lugar en clase estaba en la tercera o cuarta fila, ya no lo recuerdo bien, pero él estaba en la última y su vocecita me llegaba por la espalda, como un aire frío que me hacía estremecer (su compañera era Inesita Cendón, una niña que se hizo famosa a mitad de curso porque dijo que la capital de Noruega era Labocane, que luego descubrimos por un anuncio de la tele que era un producto farmacéutico, creo que de enjuague bucal). Como no podía girarme, lo imaginaba atorado frente al libro, con sus ojos nerviosos y brillantes, y sus gafas descolgándose nariz abajo mientras se las subía con el dedo. Unas gafas de montura castaña, grandes y hermosas, sin las cuales me podía confundir a mí perfectamente con la profesora.


¿Te parece que a vista de los otros Tambú era muy diferente de Elvis? Justifica tu respuesta.





TEMA 4, del libro de texto. Actividades de ampliación y afianzamiento de los contenidos adquiridos.
Primero lee de modo activo (comprendiendo) la teoría de la parte de gramática de este tema  y después soluciona este ejercicio.



Tiempo y aspecto

Relaciona  las siguientes oraciones con los distintos tipos de presentes: actual, habitual, histórico y atemporal.


El agua se congela a 0 ºC.
Miguel de Cervantes nació en 1547.
Este té me lo trae un amigo directamente de la India; pruébalo, está exquisito.
¿Qué haces? Escribo a un amigo.
Histórico.
Atemporal.
Actual.
Habitual.

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