Caballeros 1

martes, 17 de abril de 2018

Hispanoamericana.

 La narrativa hispanoamericana del siglo XX. 
ƒ Primera etapa. 
Pervivencia del Realismo.
        o Novela regionalista.
        o Novela de la revolución mexicana.
        o Novela social o indigenista.

ƒ Segunda etapa.
 El “Realismo mágico”.
 A partir de 1940 −con algunos precedentes− se observa un cansancio de la novela realista. No es que desaparezcan los temas cultivados hasta entonces, pero se pasará a tratarlos con procedimientos distintos y aparecerán también nuevos temas. Precisemos algunos aspectos de esta renovación: a) Aspectos formales: En el terreno de la estética, se notará un mayor cuidado constructivo y estilístico. Los autores atenderán a las técnicas narrativas aportadas por los grandes novelistas del siglo XX, como Joyce o Proust, aunque por proximidad geográfica, estos novelistas se fijan mucho en las aportaciones que habían traído a la novela los novelistas de la llamada “Lost Generation” norteamericana, especialmente Hemingway y Faulkner. Entre esas nuevas técnicas narrativas, debemos recordar el monólogo interior, la reducción temporal, el flash-back, el estilo indirecto libre o la narración multiperspectivista. Por otra parte, se asimilan elementos irracionales y oníricos procedentes del Surrealismo. b) Aspectos temáticos: entre los temas nuevos destaca el interés por el mundo urbano, frente al mundo rural de la novela realista y de la tierra. Se dará cabida a los más variados problemas humanos o existenciales, junto a las realidades inmediatas. Se plantean los grandes problemas del ser humano en la sociedad contemporánea, enraizados en la situación de Hispanoamérica. La visión, en general, es bastante pesimista. Pero, sin duda, la revolución temática viene dada por la irrupción de la imaginación y de lo fantástico. Estos rasgos, iniciados en los años 40, se prolongarán durante los decenios siguientes en la obra de nuevos novelistas
en esta línea podríamos "clasificar" a Jorge Luis Borges (1899-1986)  que es también representante de la llamada narrativa metafísica que se caracteriza por la preocupación por problemas trascendentes. Participó en la vanguardia ultraísta española y americana, como hemos visto en el punto 2.3.2, pero se le considera también un escritor de fama mundial por sus relatos breves, agrupados en Historia universal de la infamia, Ficciones, El Aleph, o El libro de  arena. En sus cuentos, son constantes la presencia de mitos clásicos, las referencias literarias, el uso de símbolos (tigre, espejo, biblioteca, laberinto...) que ponen al lector ante insólitos ejercicios intelectuales. En cuanto a los temas fundamentales de su narrativa, predominan el mundo como laberinto, el destino incierto de los seres humanos, la muerte y el tiempo cíclico. En sus obras introduce, además, el humor y la ironía como interpretación del mundo, al tiempo que propone una lectura sutil de las paradojas y juegos con la historia de la literatura.

ƒ Tercera etapa.
 “Boom” de la literatura hispanoamericana. 
La década de los sesenta supone para la novela hispanoamericana una etapa de máximo esplendor. Con el término onomatopéyico ”boom” se traduce el asombro, e incluso el desprecio, que produjo en los ámbitos literarios tradicionales el enorme éxito y la difusión masiva de la narrativa hispanoamericana no sólo de esta década, sino también de las anteriores. Así, entre 1961 y 1962 se publican, por ejemplo, La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, Rayuela de Cortázar o La ciudad y los perros de Vargas Llosa; en 1967, llegaba Cien años de soledad de García Márquez.
 innovaciones señaladas en el apartado anterior, de tal modo que la frontera entre algunos de aquellos autores y éstos puede parecer arbitraria. En cualquier caso, es evidente que los nuevos novelistas llevan tales innovaciones a sus últimas consecuencias, a la par que enriquecen incluso la novela con nuevos recursos:
 a) Aumenta la dosis de elementos fantásticos. Un buen ejemplo pueden ser los cuentos de Julio Cortázar y las novelas de García Márquez, en donde la integración de lo real y lo fantástico constituye uno de los rasgos más importantes.
 b) Renovación de la técnica narrativa. La posición del autor y el punto de vista. Con un punto de vista múltiple: se enfoca la historia desde diferentes personajes (caleidoscopio). Asimismo, puede aparecer el autor como una cámara cinematográfica que tan solo cuenta lo que ve. Es un testigo imparcial y solo se puede conocer a los seres desde fuera. La técnica que se utiliza es la behaviorista. Destaca, sobre todo, una obra: Rayuela de Cortázar y su famoso tablero de capítulos.
 c) El tratamiento de la anécdota. Hay una serie de tendencias de la novela contemporánea que relegan el argumento a un plano secundario y hasta prescinden de la acción. La historia llega a desaparecer y se sustituye por una aglomeración de sucesos y ambientes.
d) Procedimientos de estructuración. Con respecto a la estructura externa, podemos decir que se eliminan los capítulos tradicionales y se introducen las secuencias separadas por espacios en blanco sin numerar. En cuanto a la estructura interna, ésta no respeta la linealidad tradicional, sino que utiliza la estructura de contrapunto (que consiste en presentar varias historias que se combinan y alternan), o bien las obras se caracterizan por el desorden cronológico.
e) Personajes. Pierden su definición habitual, casi no nos reflejan cómo son y el autor nos ofrece pequeños rasgos de cada uno de ellos, dando paso al personaje colectivo.
 f) Diálogos y monólogos. Se reduce el papel del diálogo en favor del estilo indirecto libre y del monólogo interior.
g) Renovación estilística. Tendencia a borrar el límite entre prosa y verso: el lenguaje poético entra en la novela enriqueciéndola. Encontramos también ausencia de puntuación, diferentes tipos de letras, inserción de grabados y esquemas, letras distribuidas en columnas, invención de palabras…
h) La nueva novela y el lector Estas técnicas ofrecen muchas posibilidades al lector, al que se le exigen nuevas formas de lectura. No puede ser un lector pasivo, sino activo, pues a veces tiene que recomponer la historia. En palabras de Cortázar, es un “lector cómplice”. Entre los autores más representativos de los años sesenta del “boom” están:
 Julio Cortázar (1914-1984). Narrador argentino, considerado el maestro de la narrativa breve, junto con Borges. En su obra, lo fantástico se incluye en lo cotidiano para mostrar la complejidad de la existencia. Su realismo mágico es deudor también de las vanguardias y del surrealismo. Entre sus cuentos destacan Bestiario , En Historias de cronopios y famas (1962) caricaturiza la sociedad actual: los cronopios son libres y abiertos, mientras que las famas se caracterizan por ser conservadoras y aburridas. Con su novela Rayuela, rompe con los moldes técnicos y experimenta con una doble lectura: la convencional y otra que propone ir saltando determinados capítulos, tal y como Cortázar advierte en el Tablero de dirección de su obra: “a su manera este libro es muchos libros”.
Gabriel García Márquez (1928). Premio Nobel de literatura en 1982 como reconocimiento a sus novelas y a sus cuentos. Es un escritor que se caracteriza por la imaginación y la especial mezcla que hace de lo real, lo imaginario, el mito y la historia. En sus relatos breves se advierten algunas características de su obra posterior: capacidad narrativa, mezcla de lo real e imaginario, fusión del mito y de la Historia, etc. Su obra cumbre es Cien años de soledad, que cuenta la historia de una familia Buendía durante seis generaciones y del mundo que les rodea, Macondo, lugar mítico en el que lo real se trasmuta y adquiere tintes legendarios, rayando en la maravilla, mientras que lo extraordinario e inverosímil se contempla como un hecho común. Gira en torno a dos temas fundamentales: el tiempo y la soledad. Por un lado, aparece un tiempo cíclico; los hechos parece que se repiten como los fenómenos naturales, los mismos nombres de los protagonistas así lo muestran: consisten en una interminable lista de José Arcadios y Aurelianos; y, por otro lado, aparece un tiempo histórico, cronológico, a través del que se narra la historia de Macondo. Otras obras destacadas suyas son Relato de un náufrago, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera .
 Mario Vargas Llosa (1936). Narra desde una perspectiva realista, que se aparta, por tanto, del realismo mágico, pero no desdeña la utilización de técnicas novelescas innovadoras como la pluralidad de puntos de vista, la mezcla de historias o la ruptura de la cronología del relato. Su obra más importante de la década es La ciudad y los perros, ambientada en un colegio militar de Perú, en el que el propio Vargas Llosa estuvo como alumno. En esta novela se satiriza el mundo cerrado y violento de la institución militar; hay multiplicidad de puntos de vista: se combina la perspectiva del Jaguar (que cuenta su vida) con la del Boa (una especie de voz de conciencia que mediante la técnica del 'monólogo interior del fluir de la conciencia' expresa reflexiones) y la de Alberto (el poeta); además, un narrador omnisciente relata la vida de oficiales y cadetes. Otras novelas son: Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, y las recientes Las travesuras de una niña mala, (2006) y El viaje a la ficción (2008). 

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