Un poco puede ser una locución adjetiva que se usa ante sustantivos no contables para denotar cantidad pequeña: Quiero un poco de agua. También puede funcionar como locución pronominal con el mismo significado de cantidad pequeña pero con un antecedente: Estaba mezclando la pintura y se me derramó un poco; y como locución adverbial con los significados de ‘en grado no elevado, en pequeña medida’, ‘con baja intensidad’, ‘un corto período de tiempo’ (DLE, 2014).
Por otro lado, poco significa ‘en cantidad o intensidad por debajo de lo normal’ y puede acompañar a adjetivos (Eres poco hábil) o sustantivos (Tienes poco cabello). Además, puede funcionar como pronombre (Pocos piensan en ti) o como adverbio (Descansé poco)..
Las
locuciones según la Nueva gramática de la
lengua española de la RAE
1.5.2 Grupos
sintácticos lexicalizados y semilexicalizados
1.5.2a El concepto de
grupo sintáctico se suele usar en el sentido de grupo sintáctico libre, es
decir, creado mediante la combinación de categorías gramaticales de acuerdo con
los principios de la sintaxis. Se reconoce también la estructura de un grupo
sintáctico en las locuciones o grupos de palabras lexicalizados —es decir, ya
formados y generalmente incluidos en los diccionarios— que constituyen una sola
pieza léxica y ejercen la misma función sintáctica que la categoría que les da
nombre. Así, la locución nominal ojo de buey designa cierta claraboya, y
la locución verbal tomar el pelo, la acción de burlarse de alguien. El
sentido de estos grupos no se obtiene composicionalmente (es decir, combinando
las voces que los constituyen), aunque algunos son relativamente transparentes:
de principio a fin, fuera de lugar, por fortuna.
1.5.2b Las locuciones
conservan en distinta medida sus propiedades sintácticas, es decir, presentan
diferentes grados de lexicalización. Así, admiten posesivos en ausencia de y
a pesar de (en su ausencia y a su pesar), pero los rechaza
a falta de (*a su falta). Asimismo, las locuciones verbales que
contienen sustantivos pueden permitir o no que algún pronombre ocupe el lugar
de estos. El que la sustitución meter la pata > meterla resulte
más natural en el español europeo que en el americano da a entender que en este
último se halla más avanzada la lexicalización. También se distinguen entre las
locuciones aquellas que permiten interpolar elementos (como en tomarle
constantemente el pelo o en gracias en parte a los que…) y las que
no lo permiten: a rajatabla, de armas tomar, siempre y cuando.
1.5.2c Suelen reconocerse
los siguientes tipos de locuciones (los ejemplos que se proporcionan pueden
estar restringidos solo a ciertas áreas):
-
locuciones
nominales: caballo (o caballito) de batalla, cabeza de turco,
media naranja, pata de gallo, toma y daca;
-
locuciones
adjetivas: corriente y moliente, de abrigo, de cuarta, de cuidado, de gala,
de marras, de postín;
-
locuciones
verbales: hacer (buenas) migas, hacer las paces, irse de aprontes, meter la
pata, poner el grito en el cielo, sentar (la) cabeza, tomar el pelo;
-
locuciones
adverbiales: a carta cabal, a chaleco, a disgusto, a la carrera, a la
fuerza, a medias, a veces, al tiro, de paso, en un santiamén, en vilo, por fortuna;
-
locuciones
preposicionales: a falta de, a juicio de, a pesar de, al son de, con vistas
a, frente a, fuera de, gracias a;
-
locuciones
conjuntivas: de manera que, ni bien, puesto que, si bien, ya que; locuciones
interjectivas: ¡A ver!; ¡Ahí va!; ¡Desde luego!; ¡En fin!; ¡Ni modo!; ¡Ni
hablar!
1.5.2d El concepto
tradicional de ‘locución’ es de naturaleza funcional más que categorial. Así lo
ponen de manifiesto los frecuentes cambios de grupo entre las locuciones adverbiales
y adjetivales: las locuciones en vivo, a bocajarro, en falso y en serio
son adverbiales en retransmitir en vivo, disparar a bocajarro, jurar en
falso y hablar en serio, pero adjetivas en retransmisión en vivo,
disparo a bocajarro, juramento en falso o conversación en serio. La
mayor parte de las locuciones adverbiales muestran la estructura de un grupo
preposicional, como se vio en los ejemplos del apartado anterior, pero son
relativamente comunes los grupos nominales usados como locuciones adverbiales
de sentido cuantitativo: una enormidad, un potosí, una barbaridad, etc.
1.5.2e Se llaman
construcciones con verbo de apoyo, ligero o liviano los grupos verbales
semilexicalizados constituidos por un verbo (sobre todo, dar, tener, tomar,
hacer y echar) y un sustantivo abstracto que lo complementa: dar
un paseo, tener gana, tomar una decisión, hacer alusión, echar una carrera. Muchos
de estos grupos verbales tienen equivalentes aproximados con otros verbos, como
en dar un paseo ~ pasear; tomar una decisión ~ decidir.
13.8
Locuciones adjetivas
Las locuciones adjetivas o adjetivales
son grupos lexicalizados que se asimilan a los adjetivos en su funcionamiento
sintáctico. Muchas de ellas poseen la estructura de los grupos preposicionales
y pueden ser, a su vez, locuciones adverbiales, por lo que se dan alternancias
como juramento en falso ~ jurar en falso; retransmisión en vivo
~ retransmitir en vivo; vestido de gala ~ vestir de
gala. Un gran número de locuciones adjetivas se ajustan al esquema
«preposición + sustantivo o grupo nominal» y se construyen con varias
preposiciones: una camisa a rayas, una falda a cuadros, un viaje de ensueño,
un barquito de morondanga, un rival de fuste, una mujer de cuidado, reloj de
pared, información de primera mano, brazos en jarras. Son asimismo
numerosas las que se construyen con «como + sustantivo o grupo nominal»:
verdades como puños, una mentira como una catedral, un triunfo como la copa
de un pino. Entre los esquemas coordinados que dan lugar a locuciones
adjetivas destacan sobre todo los que muestran dos adjetivos en coordinación
copulativa, como contante y sonante (‘pronto, efectivo, corriente’, referido
al dinero), corriente y moliente (‘llano, común’; también común y
corriente o común y silvestre, el último aplicado casi siempre a las
personas), sano y salvo (‘sin lesión, enfermedad ni peligro’), mondo
y lirondo (‘limpio, sin añadidura’). También pueden coordinarse términos de
preposición en las locuciones adjetivas: sin oficio ni beneficio (‘ocioso,
desocupado’), de rompe y rasga (‘de ánimo resuelto’), de mírame y no
me toques (‘delicado, frágil’).
Locuciones verbales
15.6.3 Locuciones verbales con grupos
nominales escuetos
La designación de tipo o clase
característica de los grupos nominales escuetos favorece su integración con el
verbo para dar lugar a predicados que se refieren a prototipos muy diversos.
Tal como se ha explicado, pueden estar relacionados con el atuendo (llevar
falda, usar sombrero, dejarse bigote) y los deseos o las necesidades (buscar
socio, necesitar permiso, querer bistec), pero también con ciertas
actividades regladas (adjuntar informe, hacer copia) y otros aspectos
socialmente fijados.
Con mucha frecuencia tal integración da
como resultado la formación de locuciones verbales, como en dar fin (a
algo), hacer blanco, tener agallas (para algo), poner coto (a
algo), pedir cuentas (a alguien), pasar o virar (la) página,
cantar victoria, sacar con cuchara (‘obtener información con mucho
esfuerzo’), y otras muchas similares (§ 34.7.2). Al igual que en otros casos,
estas locuciones muestran considerable variación geográfica. Así, alternan,
según los países, dar, pasar, colar, vender y meter en la
locución «V + gato por liebre». Para hacer referencia a la
situación de inactividad de los jugadores suplentes de un equipo, se usan comer
banco, hacer banco, chupar banquillo o calentar banco, entre otras
variantes. Los ejemplos de estas formas de variación podrían multiplicarse.
34.7.1 Locuciones verbales formadas con
verbos transitivos
Las locuciones verbales que se forman
con verbos transitivos presentan una considerable variación histórica y
geográfica, pero también sintáctica, léxica e incluso morfológica. Aunque
aparezcan registradas como expresiones lexicalizadas en los diccionarios,
constituyen grupos verbales cuyos componentes muestran cierta autonomía sintáctica,
pues admiten adverbios en su interior, como el subrayado en —Pero si estamos
vivos —intervino uno que no había abierto nunca la boca (Sábato, Abaddón).
Algunas son transparentes, como pisar el acelerador ‘dar celeridad a algo’,
ya que es posible deducir fácilmente su sentido, mientras que otras son opacas,
como tomar el pelo (a alguien) ‘burlarse de él’ o pelar el diente (a
alguien) ‘sonreírle, adularlo’, común en el Caribe continental. Su grado de
lexicalización es variable. Por ejemplo, la sustitución del complemento directo
por un pronombre átono (tomarle el pelo a alguien > tomárselo;
meter la pata > meterla) es más frecuente en el español europeo
que en el americano. Un grupo numeroso de locuciones verbales contiene
pronombres personales átonos, casi siempre lo, la o las, cuyo
referente se intuye a veces por el contexto, pero queda sin especificar en la
mayor parte de los casos. Así ocurre en pasarlo o pasarla (de una
determinada manera), arreglárselas, creérselo o creérsela ‘actuar
con suficiencia o arrogancia’, dársela a alguien con queso ‘engañarlo’, echársela
‘presumir’, dárselas (de algo) ‘fingir lo que no se es’, jugársela
‘arriesgarse’, entre otras muchas. Otras locuciones verbales contienen
objetos directos lexicalizados que se usan únicamente en contextos negativos o
irreales (§ 48.6.2), como No da pie con bola o si lo que me ofreces
valiera un pimiento.
34.7.2
Construcciones de verbo de apoyo
A diferencia de
las locuciones verbales, las construcciones de verbo de apoyo (también ligero o
vicario) se forman con verbos parcialmente desemantizados y con sustantivos, casi
siempre derivados, que aportan el contenido léxico que caracteriza a la
construcción, como en dar un paseo ~ pasear (§ 5.2.6b y
35.2.2c). Los verbos de apoyo transitivos más frecuentes son los que siguen: Dar:
dar un paso, una vuelta; también dar esperanzas (a alguien), tiempo
(a alguien o a algo), etc.
Echar: echar
una cabezada, una partida, el cerrojo, etc.
Hacer: hacer
alarde, caso, cosquillas, daño, memoria, un favor, etc.
Tener: tener
ánimo, cabida, calor; también tener admiración, cariño, estima, lástima,
manía, miedo (a alguien o a algo), etc.
Tomar o coger:
tomar fuerzas, impulso, velocidad, etc.
A mayor
distancia en número de combinaciones se encuentran pedir, poner y
otros verbos:
Pedir: pedir
disculpas, explicaciones, etc.
Poner: poner
remedio, fin, término (a algo); también poner un castigo (a
alguien), etc.
Mientras que en
las locuciones verbales no se admiten las unidades léxicas próximas semánticamente
(se dice tomarle a alguien el pelo, no el cabello), se aceptan,
aunque con ciertas limitaciones, en las construcciones de verbo de apoyo (como
en dar un paseo, una vuelta, un rodeo). También se admiten en las
llamadas colocaciones, que son combinaciones restringidas de voces cuya
frecuencia de coaparición es muy elevada, como sortear un peligro, un
problema, un inconveniente, etc., o sembrar la duda, la incertidumbre,
la sospecha, etc.
Locuciones verbales con complemento indirecto
35.2.2f Son muy
numerosas las locuciones verbales que contienen o que exigen complementos
indirectos. No se consideran locuciones, sin embargo, las construcciones formadas
con verbos de apoyo a las que se ha aludido en los apartados precedentes,
puesto que los sustantivos que contienen forman parte de paradigmas: pena,
por ejemplo, alterna con alegría, asco, escrúpulo, gusto, lástima y
otros sustantivos en dar pena a alguien. Las locuciones verbales de
complemento indirecto se pueden dividir en tres grupos. El primero está formado
por aquellas que contienen complementos indirectos fijos, en el sentido de
constituidos por grupos nominales que no alternan con otros, como en buscarle
cinco (o tres) pies al gato, dar tres cuartos (también cuartos
o un cuarto) al pregonero, darle vueltas a la cabeza, echar( le)
guindas al pavo, pedir( le) peras al olmo, poner( le) el cascabel al gato,
verle las orejas al lobo.
35.2.2g El segundo grupo
es el más numeroso. Está constituido por perífrasis que se construyen con un
complemento directo fijo (a veces con otros complementos o con un sujeto: caérsele
la baba a alguien, hacérsele la boca agua a alguien) y un complemento indirecto
variable de carácter argumental. He aquí algunos ejemplos, muchos de los cuales
se forman con dar (en todos cabe añadir le): bailar el agua (a
alguien), complicar la vida (a alguien), dar alas (a alguien), dar
o meter caña (a alguien), dar carrete (a alguien), dar
curso (a algo), dar de lado (a alguien), dar ejemplo (a
alguien), dar guerra (a alguien), dar gusto (a alguien), dar
la {lata ~ matraca ~ murga ~ vara} (a
alguien), dar la mano (a alguien), dar la razón (a alguien), dar
paso (a algo o a alguien), dar —en algunos países, echar— una
mano (a alguien), echar el cierre (a algo), ganar la partida (a
alguien), hacer ascos (a algo o a alguien), parar los pies (a
alguien), tirar de la lengua (a alguien), tomar el pelo (a
alguien), etc.
35.2.2h Al tercer grupo
pertenecen las locuciones que contienen otra variable sintáctica, además de la
correspondiente al objeto indirecto. Esta otra variable puede ser el
complemento directo, como en echar(le) en cara (algo a alguien);
un complemento del nombre, como en hacer(le) (a alguien) el honor (de
algo); un complemento preposicional, como en ir (a alguien con algo); un
predicativo adjetival o adverbial, como en caer (a alguien de cierta
forma) {antipático ~ bien ~ regular ~ simpático}.
48.6.3 Las locuciones de polaridad
negativa. Estructura sintáctica
Desde el punto de vista formal, las
locuciones que funcionan como términos de polaridad negativa son también
heterogéneas.
48.6.3a Muchas se forman
con sustantivos sin artículo. Los verbos que admiten el mayor número de ellas
son haber y, sobre todo, tener: haber caso, haber color, haber duda,
haber inconveniente, haber manera, haber problema, haber tutía (tutía es
un ungüento medicinal, por lo que no debe escribirse tu tía), haber vuelta atrás; tener abuela, tener cara, tener
ciencia, tener comparación, tener corazón, tener desperdicio, tener entrañas,
tener hiel, tener límites, tener nombre, tener palabras (para algo), tener
pelos en la lengua, tener perdón (de Dios), tener pizca de gracia, tener precio,
tener secretos (para alguien), tener vuelta de hoja.
No obstante, también se forma este tipo
de locuciones con otros verbos: caber duda, dar abasto, dar bola (a
alguien), dar crédito, dar pie con bola, dar vela en este entierro (a
alguien), decir palabra, dejar lugar a dudas, dejar títere con cabeza,
encontrar palabras (para algo), hacer ascos (a algo), levantar
cabeza, llevar el apunte (a alguien), pegar (un) ojo, perder(se) detalle
(de algo), probar bocado, ser santo de la devoción (de alguien), soltar
prenda.
48.6.3b Más amplia es la
serie de modismos de polaridad negativa que se caracteriza por contener la
conjunción ni, como los siguientes: acertar ni una, decir ni media
palabra (también … ni pío, … ni mu), entender ni papa (o …
ni jota), hacer ni caso, ni atado, ni borracho, ni en broma, ni en joda,
ni en pedo, ni hecho de encargo, ni loco, ni por asomo, pegar ni con cola,
poder ver ni en pintura, quedar ni rastro, ser ni carne ni pescado, tener ni
cinco, tener ni oficio ni beneficio, tener ni (zorra) idea, tener ni para
pipas.
48.6.3c Algunas
locuciones de polaridad negativa se forman con los adverbios menos y más:
«no poder menos que + infinitivo»; no ser menos que (alguien
o algo); no ver más allá de las narices (de uno); no poder más; «no
tener {otro ~ más} remedio que + infinitivo». También son
términos de polaridad negativa las locuciones verbales siguientes: abrir la
boca, andarse con chiquitas (o … con remilgos, … tonterías), andarse
por las ramas, bajarse del caballo (o … del burro), caber en sí
de gozo, dar el brazo a torcer, dar más de sí, estar el horno para bollos,
estar en sus cabales, estar para bromas, ganar para sustos, ir a la zaga,
llegar a los talones (a alguien), llegar la sangre al río, oír el vuelo
de una mosca, pensarse algo dos veces, poder (alguien) con su alma,
quitar el ojo de encima (a algo o a alguien), saber de la misa la media,
ser para tanto, ver la hora (de hacer algo), ver tres en un burro.
29.3
Locuciones preposicionales
29.3.1 Criterios de delimitación
Las locuciones preposicionales o
prepositivas son agrupaciones de palabras que adquieren conjuntamente el
sentido y el funcionamiento gramatical de las preposiciones, como a causa
de, en orden a, por culpa de, bajo pena de, etc.
Estas unidades léxicas se crean mediante
mecanismos productivos que permiten gramaticalizar significados mucho más
específicos que los que designan las preposiciones simples. Como sucede con
otras locuciones, la clase formada por las preposicionales consta de numerosos
miembros y se aproxima a los paradigmas abiertos, aunque no llegue a serlo
realmente.
29.3.1a Resulta
controvertido el análisis de secuencias como delante de la casa y otras
similares formadas con detrás, encima, cerca, enfrente, etc., seguidos
de la preposición de. Una opción es analizarlas en la forma [delante
de] [la casa], donde el primer segmento se interpreta como locución
preposicional y el segundo, como su término. Otra es elegir la variante [delante]
[de la casa], de forma que si delante es adverbio en Estaba
delante, lo sigue siendo en Estaba delante de la casa. En este
último caso, de la casa es el complemento del adverbio. Se optará aquí
por este último análisis, que evita adscribir una misma palabra a dos
categorías distintas en secuencias que ponen de manifiesto propiedades
gramaticales muy semejantes.
29.3.1b Presentan
similares opciones de análisis muchas construcciones formadas sobre
sustantivos, como a cubierto, a distancia, a la derecha, a la
inversa, a la puerta y otras semejantes, todas las cuales se construyen con
de. En efecto, también en estos casos es posible prescindir del segmento
encabezado por la preposición de, lo que da lugar a alternancias como Estaba
a la derecha de la mesa y Estaba a la derecha.
Unos gramáticos entienden que a
distancia, a la inversa, a la puerta, etc., son locuciones adverbiales que
seleccionan un complemento, esté expreso o sobrentendido: [a la derecha] [de
la mesa]. Frente a esta interpretación, que parece la más probable, otros
consideran que la preposición de se integra en una locución
preposicional, por tanto [a la derecha de] [la mesa].
29.3.1c Las locuciones
formadas sobre sustantivos presentan, además, la dificultad de determinar si el
proceso de gramaticalización está lo suficientemente avanzado como para
entender que se trata de auténticas locuciones, o si el sustantivo sigue funcionando
todavía como tal. La ausencia de artículo y de otros determinantes delante del
sustantivo, así como el rechazo de la flexión, son indicios de
gramaticalización.
A pesar de ello, en algunos casos los
nombres que integran la locución presentan variantes en singular y en plural,
como en a comienzo(s) de, a efecto(s) de o a fin(es) de, y
también pueden alternar la presencia y la ausencia del artículo: a (o al)
efecto de, a (los) efectos de, a (los) ojos de, con (el) objeto de, por (la)
vía de, etc. Parece claro, sin embargo, que el grado de gramaticalización
es menor en con la esperanza de, en el sentido de, con la idea de o con
la ayuda de, que en las variantes sin artículo, que aparecen en los
siguientes ejemplos:
Una
vez mostradas a gozar de este castillo, en todas las cosas hallaréis descanso,
aunque sean de mucho trabajo, con esperanza de tornar a él (Santa Teresa, Moradas);
¿Rueda
vertical, girando en
sentido de la quilla? —dijo Valentín, con
la incredulidad pintada en su atezado rostro—. ¿Y cómo la mueves? (Galdós, Episodios);
Subía
hacia la plaza con idea de hincarse ante el Cristo (Nácher, Guanche); La raya, alta y a la
izquierda, era tan impecable como si hubiera sido trazada con ayuda de una
regla
(Pérez-Reverte, Maestro).
Es índice, asimismo, del grado de
gramaticalización de estas expresiones la posibilidad de sustituir el segmento
que de encabeza por un demostrativo o un posesivo, de modo que las
alternancias como con idea de contar el dinero ~ con esa idea;
a pesar de él ~ a su pesar ~ a pesar suyo se
interpretan en el sentido de que los sustantivos no están totalmente
gramaticalizados en las locuciones subrayadas. Otro indicio importante lo
constituye el rechazo de los modificadores adjetivos. No se añadiría un
adjetivo al sustantivo gracias, que forma parte de la locución
preposicional gracias a (*gracias efusivas a…), pero se añaden a
los sustantivos que aparecen en expresiones como estar en íntimo contacto
con... o actuar en estrecha colaboración con…, lo que da a entender
que esas construcciones no están enteramente gramaticalizadas.
29.3.1d Se ha señalado
en el apartado anterior que en colaboración con o en contacto con no
son locuciones plenas porque el nombre que las forma admite modificadores. Sin
embargo, tampoco muestran una sintaxis enteramente libre. Se dice, en efecto, en
colaboración con él, en contacto con él, en relación con él, pero no *en
vínculo con él ni *en trabajo con él, lo que indica que colaboración,
contacto, relación y otros pocos sustantivos constituyen un paradigma
restringido con el que se forman expresiones semilexicalizadas.
29.3.2 Pautas gramaticales sobre las que
se forman las locuciones preposicionales
29.3.2a La pauta más productiva
en la formación de locuciones preposicionales es «preposición + sustantivo +
preposición». Las preposiciones que suelen aparecer con más frecuencia en
posición inicial son a (a base de, a cargo de, a costa de); con
(con arreglo a, con base en, con cargo a); de (de boca de,
de conformidad con, de parte de); en (en aras de, en atención a,
en bien de; se considera incorrecta en base a) y por (por
causa de, por conducto de, por culpa de). Se forman menos locuciones
preposicionales con otras preposiciones, entre ellas bajo (bajo pena
de, bajo pretexto de) o so (so capa de, so pena de, so pretexto
de: § 29.2.2a). Recuérdese (§ 29.3.1c) que entre las que muestran la
preposición de tras el sustantivo, unas presentan un menor grado de
lexicalización, ya que admiten posesivos (de boca de > de su boca;
de parte de > de su parte; a pesar de > a su pesar),
mientras que otras rechazan esta sustitución (en vista de ello > *en
su vista; de conformidad con el artículo octavo > *de su conformidad).
29.3.2b Las locuciones
que responden al esquema «preposición + sustantivo + preposición» son
heterogéneas desde varios puntos de vista. Muestran grados distintos de lexicalización,
como se ha visto, y no todas comparten la misma distribución geográfica. Mientras
que algunas son de uso general en todos los países hispanohablantes (por
ejemplo, a causa de), otras solo se emplean en algunos (como en punto
a ‘en cuanto a’, ‘en lo relativo a’). Tampoco coinciden en las variedades
de lengua en las que se registran, ya que mientras que unas están limitadas a
los hablantes de un determinado nivel social o a ciertos registros (a
trueque de, por cima de, so capa de), en otras la distribución de usos está
en función del significado que adopten. Así, a(l) nivel de suele
admitirse cuando pone de manifiesto el límite o el estadio que corresponde a
algo: Sin embargo, el título de comunicador social abre un campo de
posibilidades en el mercado laboral, situación que se limitaría si existe una
especialización a nivel de pregrado (Universal [Ven.] 23/9/1996),
pero se suele rechazar como sustituto indiscriminado de en lo relativo a, como
en La política comercial no ha sido positiva a nivel de exportaciones. En
ciertas locuciones, pero no en otras, cabe el reemplazo del sustantivo por
otros sinónimos, lo que da lugar a series como a {demanda ~ iniciativa
~ instancia(s) ~ petición ~ requerimiento
~ ruego ~ solicitud ~ sugerencia} de.
Finalmente, unas tienen interpretación transparente (de espaldas a, en
contraste con, en señal de), mientras que otras son opacas (a fuer de, en
pos de, por mor de).
29.3.2c Sobre la pauta
«sustantivo + preposición» se forman gracias a, merced a y otras
locuciones que expresan posición o dirección: cara a, frente a, esquina a,
camino de, rumbo a, dirección a (usada en el lenguaje periodístico de
España y menos recomendable que en dirección a o con dirección a).
Siguen la misma pauta respecto a, respecto de, que alternan con al
respecto de, con respecto a y con respecto de. El esquema «adjetivo
(o participio) + preposición», poco productivo, da lugar a debido a, junto a,
junto con, referente a, relacionado con, tocante a. La pauta «preposición +
lo + adjetivo + preposición», a la que corresponden en lo referente
a, en lo tocante a, a lo ancho de, a lo largo de, en lo alto de, no forma
locuciones preposicionales porque el adjetivo sigue funcionando en ellas como
tal. También son escasas las locuciones formadas sobre el esquema «preposición
+ infinitivo + preposición»: a juzgar por, a partir de (no se forma con
esta pauta a pesar de porque pesar es sustantivo). Sobre el presente
de subjuntivo del verbo pesar se forma pese a: Siempre me ha
fascinado el centro colonial de la ciudad, pese a su desarreglo (Aguilar
Camín, Adriano).
30.10
Locuciones adverbiales
30.10.1 Características generales
30.10.1a Las locuciones
adverbiales son expresiones fijas constituidas por varias palabras que
equivalen a un solo adverbio. El número de locuciones adverbiales del español
es muy superior al de locuciones que corresponden a las demás clases de palabras.
Su estudio atañe más a la lexicografía, la fraseología y la dialectología que a
la gramática, por lo que en esta obra solo se presentan algunos ejemplos de tan
amplio paradigma Varias de ellas admiten paráfrasis aproximadas con adverbios
en -mente (en secreto ~ secretamente; en especial ~
especialmente), pero la mayor parte expresa significados más
específicos que los adverbios que podrían emparentarse con ellas desde un punto
de vista morfológico.
30.10.1b Muchas
locuciones adverbiales poseen la estructura de los grupos preposicionales («preposición
+ sustantivo o grupo nominal»), pero se distinguen de estos por su mayor grado
de fijación. En efecto, no suelen admitir variaciones morfológicas, con escasas
excepciones (de mañana ~ de mañanita; a golpes ~ a
golpetazos; a puchos ~ a puchitos). Aún más restringidas
están las variaciones sintácticas como en a ratos ~ a ratos
perdidos; a mi entender ~ a mi modesto (o particular) entender,
etc. Algunas locuciones cuentan con variantes léxicas, a menudo usadas en áreas
geográficas distintas y, a veces, también en épocas diferentes. Así, con el
significado de al final o de en fin, se usan en la lengua oral de
diversas zonas en un final, a la final y a las finales; por otra
parte, de fijo muestra las variantes a la fija, en fijo, de fija. Se
usa a la mejor en México y algunos países centroamericanos, pero con
menor frecuencia que a lo mejor, empleada en todas las áreas
hispanohablantes. Con el sentido de la locución a toda velocidad se han
documentado, entre otras, las variantes a toda greña, a toda leche, a toda
marcha, a toda mecha, a toda pastilla, a toda prisa, a todo gas, a todo mecate,
a todo trapo, a todo tren, a todo trote, además de a todo correr, a todo
dar y a todo meter. Todas las mencionadas son propias de la lengua conversacional.
Por otra parte, algunas locuciones adverbiales adquieren sentidos diferentes en
función del área lingüística en que se usen. Así, de repente significa
‘repentinamente’ en todas las variedades del español, pero también ‘quizá, a lo
mejor, posiblemente’ en muchos países americanos y en las islas Canarias
(España), como en “Nunca se sabe, de repente puedo necesitarlo”, pensó (Allende,
Casa).
30.10.1c Los límites
entre los grupos preposicionales y las locuciones adverbiales pueden ser
graduales. Un buen número de locuciones adverbiales admite variaciones dentro
de paradigmas restringidos, como en a la primera, a la segunda, a la tercera…;
a codazos, a golpes, a gritos, a tiros…; a la francesa, a la griega, a la
inglesa…
Las locuciones adverbiales se
diferencian en su grado de composicionalidad, es decir, en la medida en que su
estructura sintáctica pone de manifiesto su significado. Algunas son
transparentes, es decir, permiten que se deduzca su significado a partir del de
las palabras que las forman. A este grupo pertenecen a la disparada y de
una disparada (‘al momento’, ‘precipitadamente’), comunes en el
español rioplatense: Alboroto de auxiliares que entraban y salían a la
disparada (Roa Bastos, Hijo); El que quiera en este pago / reírse
de una disparada… (Ascasubi, Aniceto). No es transparente, en
cambio, al cohete o al cuete, usada en la misma región y en
algunas partes de Centroamérica con el significado de ‘en vano’: Y al cuete
es que el hombre clame / si la suerte no le liga (Lussich, Cantalicio).
30.10.2 Pautas sintácticas de las
locuciones adverbiales
Como las locuciones adjetivales, las
adverbiales son casi siempre grupos preposicionales lexicalizados. En
consecuencia, no se definen en términos categoriales, sino funcionales. En
razón de esta característica, las mismas unidades reciben a menudo una doble
clasificación en función del contexto sintáctico. Así, en exceso, sin límite
o a la francesa se analizan como locuciones adverbiales en comer
en exceso, trabajar sin límite y despedirse a la francesa, pero como
locuciones adjetivales en comida en exceso, un trabajo sin límite y tortilla
a la francesa.
30.10.2a La estructura
sintáctica de las locuciones adverbiales responde en muchas ocasiones a la
pauta «preposición + sustantivo en singular», como en a bocajarro, a
caballo, a cambio, a fondo, a gusto, a tiempo, bajo cuerda, contra reloj, de casualidad,
de día, de golpe, de prisa, de reojo, de sobra, de sopetón, de verdad, en
consecuencia, en orden, en parte, en resumen, en secreto, para colmo, por
casualidad, por desgracia, por fin, sin cuidado, sin duda. En cambio,
corresponden al esquema «a + sustantivo en plural» varias locuciones
adverbiales, como las que expresan la manera en que se deshace o se desmorona
algo: a cachos, a jirones, a pedazos, a trozos; o la forma en que se
llevan a cabo ciertos movimientos o determinadas acciones: a brincos, a gatas,
a horcajadas, a hurtadillas, a rastras, a saltos, a tientas, a trancas y
barrancas, a trompicones.
30.10.2b Al esquema
«preposición + sustantivo» responden también las locuciones adverbiales latinas
u originalmente latinas, ya integradas en el español, que se construyen con
preposiciones: ad aetérnum, ad líbitum, ad perpétuam, ex abrupto (‘repentinamente’,
diferente del sustantivo exabrupto, ‘salida de tono’), ex aequo, ex
cát(h)edra, ex profeso, in memóriam o in situ, todas ellas
explicadas en el DRAE. Se ha añadido indebidamente una preposición en
ciertas locuciones latinas. Así, de motu propio o a grosso modo son
variantes incorrectas de motu proprio y grosso modo, respectivamente.
30.10.2c La pauta
«preposición + grupo nominal», en la que el nombre puede estar modificado por
determinantes, adjetivos o complementos preposicionales, da lugar también a un
gran número de locuciones. La preposición va seguida del artículo determinado
en a la carrera, a la carta, a la fuerza, a la perfección, a la vez, a la vista,
a las mil maravillas, al amanecer, al azar, al detalle, al final, al momento,
al principio; en el acto, en el fondo; por el contrario, por el mismo rasero,
por la libre, etc.
Con el indefinido un / una, asimilado
a los numerales en algunos de sus usos (§ 15.1.4a), se forman de una vez y
sus variantes (de una buena vez, de una maldita vez, de una vez por todas, etc.),
así como un grupo numeroso de locuciones, restringidas a menudo a ciertas
zonas, que aluden a la manera ininterrumpida de llevar a cabo las acciones que
tienen límite temporal: de una sentada, de una tacada, de un brinco, de un
jalón, de un pelo, de un saque, de un solo, de un sorbo, de un tirón, de un
trago. Este esquema permite formar también locuciones sin artículo que
contienen modificadores del sustantivo:
a brazo partido, a cara descubierta, a
duras penas, a fuego lento, a grito pelado, a mano alzada, a ojos cerrados, a
pie(s) juntillas, a primera vista, a salto de mata, a última hora; de alguna
manera, de buena tinta, de {buena ~ mala} gana, de mala manera, de
mil amores; en gran parte, en primera instancia, en último extremo; por aquel
entonces, por arte de magia, etc.
30.10.2d Son igualmente
numerosas las locuciones que se ajustan a la pauta «preposición + adjetivo o
participio», como a diario, a menudo, a salvo, de antiguo, de inmediato, de
nuevo, en absoluto, en serio, por alto, por cierto, por completo, por supuesto,
por último. En femenino plural se forman a ciegas, a derechas, a
escondidas, a medias, a oscuras, a secas, a solas, a tontas y a locas, de
oídas. Con el artículo y el adjetivo en femenino singular se crean a la
brava, a la buena de Dios, a la corta, a la inversa, a la larga, a la ligera. Con
la variante con lo se forman las que expresan modos de actuar
exagerados, inapropiados o inhabituales, como a lo bestia, a lo bruto, a lo
grande, a lo loco (‘sin ton ni son’), a lo macho. Están totalmente
lexicalizadas a lo mejor, a lo sumo, de lo lindo, en lo sucesivo, por lo
común, por lo general, por lo demás, por lo visto, etc. Las correlaciones
de preposiciones (§ 29.5.2), como de… a…, o de… en… dan lugar a
algunas locuciones adverbiales, entre ellas de acá para allá, de ahora en
adelante, de bote en bote, de la ceca a la meca, de trecho en trecho, de un
momento a otro, de vez en cuando (y sus variantes: § 30.5.3a).
30.10.2e Se lexicalizan
como adverbios algunos grupos nominales que expresan cantidad o grado, como una
barbaridad, una enormidad, una eternidad, una fortuna, un abismo, un disparate,
un mundo, un ojo de la cara, entre otros, así como los sustantivos horrores
o montones. Proceden también de grupos nominales lexicalizados las locuciones
adverbiales acto seguido, cada poco, codo con codo, trato hecho. Se
construyen sobre esquemas coordinados cruz y raya (en España), de
golpe y porrazo, de mi puño y letra, entre gallos y medianoche (‘a
deshoras’, pero también ‘clandestinamente’), más o menos, más tarde o más
temprano, ni más ni menos, sin comerlo ni beberlo (‘sin haber tomado parte
en ello’), sin más ni más, entre otras.
30.9 Conectores discursivos adverbiales
30.9.1 Características generales
30.9.1a Los conectores
discursivos (también llamados marcadores u operadores del discurso) no forman
una clase sintáctica de palabras, en el sentido en que lo son las clases verbo,
conjunción o adverbio, ya que constituyen un grupo establecido con
criterios textuales. La mayor parte de los conectores discursivos son adverbios
(encima, además), pero algunos son conjunciones coordinantes o
subordinantes (capítulo 31), preposiciones, como sobre en El arbitrio
de mendigar nuevos recursos, sobre ser indecoroso, será ineficaz (Olmedo, Epistolario),
interjecciones como claro, bueno, por fin (capítulo 32), o bien
locuciones formadas con todas estas clases de palabras (sin embargo, por si
fuera poco).
30.9.1b Muchos
conectores discursivos eran analizados como conjunciones en la tradición
gramatical. Se mezclaban o se confundían de esta forma los elementos de un
paradigma sintáctico (conjunción, adverbio, etc.) con unidades establecidas a
partir de criterios discursivos o textuales. En efecto, las conjunciones no
aparecen en posición final de oración o de período, ni suelen ir seguidas de
pausa en posición preoracional, a diferencia de lo que resulta normal con
muchos conectores discursivos adverbiales. Se obtienen de esta manera
contrastes como el que se da entre Así pues, la reacción resultó totalmente
inesperada (con conector discursivo adverbial) y *Puesto que, la
reacción resultó inesperada (con conjunción subordinante). Tampoco se
combinan entre sí las conjunciones coordinantes en un mismo segmento
sintáctico.
Si no obstante fuera conjunción,
resultarían anómalas secuencias como pero, no obstante, a diferencia de
lo que sucede. Por otra parte, mientras que las conjunciones pueden determinar
las propiedades formales de las oraciones que introducen, como el modo o el
tiempo verbal, los conectores discursivos no suelen poseer esa capacidad.
30.9.1c Desde el punto
de vista formal, los conectores se caracterizan por su relativa independencia
fónica y sintáctica respecto de la oración. Suelen formar grupo entonativo
propio, precedidos o seguidos de pausa. Cuando se usan como incisos o como
expresiones parentéticas, pueden separar el sujeto del predicado (La
experiencia del viaje, con todo, resultó muy positiva) o los componentes
del grupo verbal (La experiencia del viaje resultó, con todo, muy positiva),
pero no suelen separar los componentes de un grupo nominal (*La experiencia,
con todo, del viaje resultó muy positiva). Por otra parte, algunos de los
conectores, como a saber, a propósito, así las cosas, es decir, es más, esto
es o pues bien, no aparecen en posición final de oración, a diferencia
de otros, como desde luego, dicho sea de paso, más bien o por cierto.
30.9.1d La mayor parte
de los adverbios y locuciones adverbiales que se usan como conectores
discursivos orientan la manera en que la oración o el fragmento oracional sobre
el que inciden han de ser interpretados en relación con el contexto precedente
o con las inferencias que de él se obtienen. Así, consiguientemente presenta
la información que introduce como consecuencia de la que aporta el segmento que
lo precede: El tiro era, así, más corto, el blanco más reposado y,
consiguientemente, la pieza resultaba más segura (Delibes, Camino),
pero sus propiedades sintácticas son las de un adverbio, no las de una
conjunción. La independencia entonativa y la relativa libertad posicional
acercan los adverbios conectores a los adverbios oracionales, como sinceramente:
Sinceramente, eso no me gusta; Eso, sinceramente, no me gusta o Eso no
me gusta, sinceramente. Ni unos ni otros son focos de la negación o de otros
operadores. Sin embargo, mientras que los adverbios oracionales informan sobre aspectos
relativos a la oración misma, o a la actitud del hablante en relación con ella,
los conectores discursivos adverbiales la relacionan con el discurso en el que está
inserta atendiendo especialmente a la línea argumentativa que el hablante desea
seguir.
30.9.1e Entre los
adverbios que funcionan como conectores se perciben diferencias de registro
lingüístico. Así, total (grupo 9 en el § 30.9.2a) pertenece a la
lengua conversacional: Total, que nada más colgar, he ido como una sonámbula
al cuarto de baño y me he mirado al espejo (Belbel, Caricias),
mientras que en síntesis o en resumen son propios de los
registros formales. También pueden separarlos diferencias geográficas, como ocurre
con la locución adverbial por cierto, vigente hoy sobre todo en Chile,
el Río de la Plata, México y Centroamérica, como adverbio de afirmación (en
alternancia con desde luego o sin duda) o como adverbio enfático:
Vendré el jueves, por cierto, y no quiero excusas; Sí, por cierto o No,
por cierto. En cambio, por cierto no está restringido
geográficamente cuando se emplea, al igual que a propósito (grupo 12 del
§ 30.9.2a), como introductor de una digresión o como marca de un comentario
marginal: —Muchas gracias —repuse, aprovechando la oportunidad para rematar
mi plan—. Por cierto, quisiera ir al cine... (Benítez, Caballo).
Por otra parte, algunos adverbios son conectores discursivos en ciertas
construcciones, pero no en otras. Por ejemplo, el adverbio encima no es
conector discursivo cuando denota lugar (§ 30.4.1), como en Puso las llaves
encima de la mesa, pero sí lo es cuando adquiere valor concesivo, equivalente
a aun así, como en Le das todo lo que pide y encima se queja. Un
comportamiento similar presentan algunas locuciones adverbiales, como con
todo: Con todo, estoy bastante contenta (locución adverbial de sentido
concesivo), que contrasta con Estoy bastante contenta con todo (grupo
preposicional en función de complemento del adjetivo).
30.9.2 Clasificación de los conectores
discursivos
30.9.2a Existen muchas
clasificaciones de los conectores discursivos adverbiales atendiendo a su
significado. La que se presenta a continuación recoge los grupos fundamentales:
1. Aditivos y de
precisión o particularización: a decir verdad, además, análogamente, aparte,
asimismo, de hecho, encima, en el fondo, en realidad, es más, por añadidura,
por otro lado, por si fuera poco, sobre todo.
2. Adversativos y
contraargumentativos: ahora bien, (antes) al contrario, antes bien, después
de todo, empero, en cambio, eso sí, no obstante, por el contrario, sin embargo,
todo lo contrario.
3. Concesivos: así
y todo, aun así, con todo, de cualquier manera, de todas {formas ~ maneras},
de todos modos, en cualquier caso.
4. Consecutivos e
ilativos: así pues, consiguientemente, de {este ~ ese} modo,
en consecuencia, entonces, por consiguiente, por ende, por lo tanto, por tanto,
pues.
5. Explicativos: a
saber, es decir, esto es, o sea.
6. Reformuladores: dicho
con otras palabras, dicho en otros términos, dicho de otra {forma ~ manera},
de otro modo, más claramente, más llanamente, hablando en plata.
7. Ejemplificativos:
así, así por ejemplo, así tenemos, por ejemplo, verbigracia.
8. Rectificativos: más
bien, mejor dicho, por mejor decir.
9. Recapitulativos:
a fin de cuentas, al fin y al cabo, en conclusión, en definitiva, en fin, en
resumen, en resumidas cuentas, en síntesis, en suma, en una palabra,
resumiendo, total.
10. De ordenación: a
continuación, antes {de ~ que} nada, de {una ~ otra}
parte, en {primer ~ segundo…} lugar ~ término,
finalmente, para empezar, para terminar, primeramente.
11. De apoyo
argumentativo: así las cosas, dicho esto, en vista de ello, pues bien.
12. De digresión: a
propósito, a todo esto, dicho sea de paso, entre paréntesis, por cierto.
30.9.2b Las locuciones
adverbiales que se usan como conectores discursivos adquieren a menudo sentidos
diversos que pueden corresponder a un grupo o a otro. Por ejemplo, en
realidad pertenece al grupo 1 cuando añade alguna precisión que matiza
la presentada en el texto previo: Si mis rimas fuesen bellas, /
enorgullecerme dellas / no está bien, / pues nunca mías han sido / en realidad (Sor
Juana, Inundación), pero se interpreta también como contraargumentativa
(grupo 2) porque reorienta el discurso precedente, con un significado
próximo al de por el contrario, como en La gloria no tiene nada que
ver con la bondad de las causas; depende, en realidad, de los puntos de vista
y, por descontado, de un dinamismo empeñoso (Mujica Lainez, Bomarzo).
En función del contexto, la precisión
que esta locución introduce puede entenderse como rectificación (grupo 8):
Marin Marais también componía para el violonchelo, aunque en realidad era un
compositor y un virtuoso de la viola da gamba (Glantz, Rastro).
Finalmente, en realidad puede ser también locución adverbial evidencial (§
30.8.3e), junto con efectivamente, desde luego, realmente, verdaderamente. En
los apartados que siguen se mencionan tan solo los rasgos característicos de
cada grupo.
30.9.2c Entre los
conectores discursivos adverbiales que introducen información añadida a la ya
presentada (grupo 1), destaca además, que tiene puntos de
contacto con también. Sin embargo, al contrario que este, se construye
con complementos preposicionales, sean expresos o tácitos: Era rico y además
(de rico) era guapo, y suele ir seguido de pausa. En cuanto al adverbio encima,
introduce cierta información que se sitúa en un punto superior de la línea
argumentativa introducida en el texto que lo precede. Por lo general, la escala
argumentativa implícita en estas construcciones progresa en sentido negativo o
desfavorable (perdido en medio del monte y, encima, de noche), aunque
existen excepciones (inteligente, bella, y encima rica).
30.9.2d Varias de las
locuciones adverbiales del grupo 2 están vinculadas semánticamente con
la conjunción pero (§ 31.5.1c); sin embargo, pueden combinarse con ella
en secuencias enfáticas que no rechaza la lengua culta, a pesar de que
presentan cierto grado de redundancia: Ese tema puede no ser demasiado
original, pero en cambio no me parece enigmático (Benedetti, Primavera);
No trabajará, como dice la mujer, pero eso sí: él no se mete con nadie (Arlt,
Aguafuertes). En otros casos, los adverbios y las conjunciones
adversativas muestran contenidos no equivalentes. Así, por el contrario y
en cambio indican que la información que se aporta es diferente de la
que se muestra en el discurso previo, incluso opuesta a ella. De hecho, estas
locuciones suelen admitir paráfrasis como ‘a diferencia de lo anterior’, ‘en
contraposición con ello’ y otras semejantes. La conjunción pero no opone
directamente las informaciones que se presentan en el texto, sino una de ellas
y otra que se obtiene a través de cierta inferencia (§ 31.5.1d). Los conectores
adverbiales del grupo 3 tienen valor concesivo. El prototípico es aun
así, que significa aproximadamente ‘incluso en ese caso’ o ‘incluso dándose
tales circunstancias’. Otros conectores concesivos, como con todo y sus
variantes (con todo y eso, con todo y con eso, etc.) integran
léxicamente los dos componentes que aun así presenta desdoblados.
30.9.2e Los conectores
discursivos adverbiales del grupo 4 son consecutivos, y aportan un
significado muy próximo al de por eso, por ello, o debido a ello, es
decir, informaciones deícticas o anafóricas. De hecho, contienen demostrativos
los conectores así pues, por (lo) tanto, por ende y de {este ~
ese} modo, que retoman un enunciado precedente: No puedo añadir
nada más y, por tanto [‘por esa razón, por no poder añadir nada más’], me
callo. Los conectores de los grupos 5 a 9 condensan, expanden
o aclaran la información presentada. En algunas clasificaciones aparecen unidos
en un solo grupo, a pesar de que existen notables diferencias entre ellos. Los conectores
de ordenación (grupo 10) dan lugar a una serie de correspondencias, que pueden
ser estrictas cuando la elección de adverbios sucesivos está dictada por el
primer miembro (en primer lugar… en segundo lugar; por una parte… por otra, etc.),
pero también pueden no serlo, especialmente cuando no se da una relación formal
entre estos conectores (en primer lugar… luego…). Los conectores del
grupo 11, como así las cosas o pues bien, ponen de
manifiesto que el hablante toma en consideración cierta información,
suministrada en el discurso precedente, y que la asume para explicar lo que
sigue o para alcanzar alguna conclusión. Los conectores del grupo 12 introducen
una digresión en la que el hablante matiza sus consideraciones, o las extiende
a alguna situación supuestamente relacionada con la información presentada previamente.
El concepto de
conjunción. Conjunciones coordinantes y subordinantes
31.1.1 Definición y clases de
conjunciones
Las conjunciones constituyen una clase
de palabras invariables y generalmente átonas que relacionan entre sí vocablos,
grupos sintácticos u oraciones, unas veces equiparándolos y otras
jerarquizándolos y haciéndolos depender unos de otros. Las que los enlazan sin
establecer prelación entre ellos se denominan conjunciones coordinantes; las
que los vinculan marcando entre ellos diversas relaciones de dependencia reciben
el nombre de conjunciones subordinantes.
31.1.2 Las conjunciones coordinantes
31.1.2a Las conjunciones
coordinantes enlazan oraciones y palabras o grupos sintácticos que pertenecen a
casi todas las clases de palabras. Se dividen en dos tipos: simples y
compuestas (las segundas se denominan también discontinuas o correlativas).
Las simples pueden ser copulativas (y,
su variante e, ni ), disyuntivas (o, su variante u, ni)
y adversativas (pero, sino, mas). Como se ve, la conjunción ni se
agrupa con las copulativas, pero también con las disyuntivas (§ 31.4.1.g). Las
compuestas, a su vez, pueden ser copulativas (ni… ni…; tanto… como…; tanto…
cuanto…; así… como…) y disyuntivas o distributivas (sea… sea…; ya… ya…;
ora… ora…; bien… bien….; o… o…).
31.1.2b Desde el punto
de vista semántico, los grupos coordinados se interpretan como conjuntos cuyos
elementos se suman (copulativas), alternan entre sí o se prestan a una elección
(disyuntivas) o se oponen de diversas formas (adversativas). Las conjunciones
compuestas disyuntivas se denominan tradicionalmente distributivas y presentan
los elementos coordinados como alternativas que se suceden según ciertas
circunstancias. Desde el punto de vista gramatical, el resultado de la coordinación
es un grupo sintáctico que posee la misma categoría gramatical de los elementos
coordinados y puede realizar las mismas funciones sintácticas que cada uno de
ellos. Así, los días y las noches es un grupo nominal coordinado,
resultado de unir dos grupos nominales, y tanto aquí como allí es un
grupo adverbial coordinado, resultado de unir dos adverbios.
31.1.3 Las conjunciones subordinantes
31.1.3a Las conjunciones
subordinantes hacen depender de otro el segmento al que preceden, generalmente
oracional. El segmento formado con el grupo sintáctico que introducen
complementa unas veces al predicado principal (Te llamé porque quería
hablarte), pero otras constituye uno de los dos miembros de algún período
(§ 1.7.3c y 47.1.1), es decir, un período entre cuyos componentes se establece cierta
relación discursiva (Si te apetece, vamos al cine). Las conjunciones
coordinantes copulativas y disyuntivas pueden enlazar más de dos segmentos,
como en Oye música, atiende el teléfono y dibuja, pero las subordinantes
solo ponen en relación dos segmentos. Finalmente, las oraciones que introducen
las conjunciones subordinantes presentan el verbo en forma personal: Quiero
que {guardes ~ *guardar} esto; Me invitarás si {logras ~ *lograr}
ese trabajo.
31.1.3b Es polémica la clasificación
de las conjunciones subordinantes. En primer lugar, son a veces difusos los
límites entre las conjunciones coordinantes y las subordinantes, especialmente
en lo que respecta a las conjunciones comparativas (que, como) y a las
ilativas (luego, así que, conque, de modo que), incluidas por algunos gramáticos
entre las coordinantes y por otros entre las subordinantes. También es polémico
el límite entre las conjunciones subordinantes y las preposiciones que introducen
términos oracionales. Este problema afecta de modo característico a las expresiones
porque y para que, pero también a otras como a pesar de que o
sin que y ciertas combinaciones del tipo «adverbio + que». Se
trata esta cuestión en los § 46.2 y 47.6.1c. Son también escurridizos en ocasiones
los límites entre las conjunciones y los adverbios relativos. Este problema se
abordará en el § 31.6.2.
31.1.3c La siguiente
clasificación de conjunciones subordinantes recoge los grupos sobre los que
parece haber más consenso entre los gramáticos, con la excepción de las tres
últimas clases, que son más controvertidas (la de las conjunciones exceptivas se
tratará en el § 31.6.3). Se mencionan solo algunas conjunciones en cada uno de
estos grupos y se añaden algunas locuciones conjuntivas (§ 1.5.2c y 31.6.1).
Completivas: que (Supongo que
llamará); si (No sé si es ella).
-
Condicionales:
si (si te gusta el libro); como (con subjuntivo: como
no me escuches).
-
Causales:
porque (porque tú lo dices); como (con indicativo: Como
no venía, me fui ).
-
Concesivas:
aunque (Camina diariamente hasta su trabajo aunque vive lejos); si
bien (Si bien no nos parece la mejor solución, la aceptaremos).
-
Temporales:
luego que (luego que lo examinó); ni bien (ni bien lo avise).
-
Consecutivas:
que (Hacía tanto frío que no se podía salir de casa).
-
Ilativas:
luego (Pienso, luego existo); conque (Es tarde, conque
apúrate).
-
Comparativas:
que (más gente que antes); como (tantos aciertos como
errores).
-
Exceptivas:
salvo (Todos pasaron el curso, salvo Jacinto).
Aunque se presenta aquí como conjunción
subordinante, la partícula completiva si es considerada adverbio
relativo por algunos gramáticos, ya que, a diferencia de la conjunción
condicional si, admite infinitivos (No sé si llamar).
31.1.3d De forma similar
a como las preposiciones tienen término (sin que nadie lo advirtiera) y
forman junto con él un grupo preposicional, también pueden tenerlo las
conjunciones subordinantes (si nadie lo advertía) y formar con él un
grupo conjuntivo.
Dicho grupo se denomina también oración
en la gramática tradicional, a la vez que se aplica este mismo término solo
a la expresión subrayada. El concepto de grupo conjuntivo (aceptado hoy
por algunos gramáticos, pero no por otros) ha sido extendido a las conjunciones
coordinantes, lo que da lugar a segmentaciones como [Juan] [y Pedro], en
lugar de la más habitual [Juan] [ y] [Pedro]. Uno de los argumentos que
se suelen aducir a favor de esa extensión es el hecho de que puede comenzarse
un período con las conjunciones y o pero, lo que sugiere que
forman un segmento sintáctico con el término: Y el anciano controla la
intención de sus ojos. Y ella también (Chacón, Voz); Siempre fue
altanera la Sofía y dicen que alguna vez guapa. Pero yo lo dudo (Mastretta,
Vida). Estos grupos sintácticos pueden constituir turnos discursivos (Y
Luisa también lo duda podría constituir una apostilla, por ejemplo) y
también ser aislados como incisos, como en Podría considerarse halagador, o
por lo menos reconfortante, que los reclamos de los capitalistas foráneos no
estén relacionados como tradicionalmente ocurría con la inestabilidad
institucional (Prensa [Arg.] 17/5/1992).
31.1.3e Algunas
conjunciones subordinantes parecen admitir términos no oracionales. Así ocurre
con que (menos frío que antes), como (tan ricos como
nunca), cuando (cuando la guerra, asimilable en alguna medida
a las preposiciones), si (La reunión, si no amena, al menos fue útil),
si bien (El terreno, si bien largo, era insuficiente) y aunque:
Es tarea, obligada, aunque sin duda ingrata, enfrentarse cuidadosamente a esta
peculiar combinación de humanidad y ciencia (Sánchez Ron, Ciencia).
Cabe añadir excepto (excepto tú), aunque es inestable la
inclusión de esta voz, que admite infinitivos, entre las conjunciones
subordinantes o las coordinantes (§ 31.6.3e). Los grupos sintácticos formados
por las conjunciones subordinantes más una oración con verbo en forma personal
pueden constituir también enunciados no dependientes, por ejemplo en las
expresiones exhortativas o desiderativas: ¡Que te calles!; ¡Si tuviéramos
suerte!; ¡Como si yo lo supiera! (§ 42.2.4).
31.1.3f Las conjunciones
subordinantes no admiten pausa ante la oración que introducen, salvo cuando
intercalan algún inciso, como en Dijo que, mientras viviera, no se tocaría
el dinero. No aparecen tampoco en posición final absoluta ni en incisos. Estas
propiedades permiten distinguirlas de los adverbios o expresiones adverbiales que
funcionan como conectores o marcadores discursivos, y establecen alguna
conexión semántica entre las oraciones que los contienen y el discurso previo.
Así, el significado concesivo de la locución adverbial con todo es
similar al de la conjunción aunque, pero, a diferencia de ella, puede
aparecer entre pausas (Nadie, con todo, estaba enterado ~ *Nadie,
aunque, estaba enterado) o en posición final de la oración (Nadie estaba
enterado, con todo ~ *Nadie estaba enterado, aunque). En la
tradición se solían analizar como conjunciones muchas partículas cuyo
comportamiento es similar al de con todo. La mayor parte de ellas se
consideran actualmente adverbios o locuciones adverbiales que funcionan como
conectores discursivos de diversos tipos.
31.1.3g El grupo más
numeroso de conjunciones subordinantes está constituido por las locuciones
conjuntivas. Reciben esta denominación las expresiones compuestas por dos o más
términos que funcionan como una sola conjunción. Son escasas las locuciones
conjuntivas coordinantes, como o bien o así como, pero son muy numerosas
las subordinantes. Se describen brevemente en el § 31.6.1.
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