Caballeros 1

lunes, 12 de marzo de 2018

Un poco de, reflexiones.



Un poco puede ser una locución adjetiva que se usa ante sustantivos no contables para denotar cantidad pequeña: Quiero un poco de agua. También puede funcionar como locución pronominal con el mismo significado de cantidad pequeña pero con un antecedente: Estaba mezclando la pintura y se me derramó un poco; y como locución adverbial con los significados de ‘en grado no elevado, en pequeña medida’, ‘con baja intensidad’, ‘un corto período de tiempo’ (DLE, 2014).

Por otro lado, poco significa ‘en cantidad o intensidad por debajo de lo normal’ y puede acompañar a adjetivos (Eres poco hábil) o sustantivos (Tienes poco cabello). Además, puede funcionar como pronombre (Pocos piensan en ti) o como adverbio (Descansé poco)..


Las locuciones según la Nueva gramática de la lengua española de la RAE
1.5.2 Grupos sintácticos lexicalizados y semilexicalizados
1.5.2a El concepto de grupo sintáctico se suele usar en el sentido de grupo sintáctico libre, es decir, creado mediante la combinación de categorías gramaticales de acuerdo con los principios de la sintaxis. Se reconoce también la estructura de un grupo sintáctico en las locuciones o grupos de palabras lexicalizados —es decir, ya formados y generalmente incluidos en los diccionarios— que constituyen una sola pieza léxica y ejercen la misma función sintáctica que la categoría que les da nombre. Así, la locución nominal ojo de buey designa cierta claraboya, y la locución verbal tomar el pelo, la acción de burlarse de alguien. El sentido de estos grupos no se obtiene composicionalmente (es decir, combinando las voces que los constituyen), aunque algunos son relativamente transparentes: de principio a fin, fuera de lugar, por fortuna.
1.5.2b Las locuciones conservan en distinta medida sus propiedades sintácticas, es decir, presentan diferentes grados de lexicalización. Así, admiten posesivos en ausencia de y a pesar de (en su ausencia y a su pesar), pero los rechaza a falta de (*a su falta). Asimismo, las locuciones verbales que contienen sustantivos pueden permitir o no que algún pronombre ocupe el lugar de estos. El que la sustitución meter la pata > meterla resulte más natural en el español europeo que en el americano da a entender que en este último se halla más avanzada la lexicalización. También se distinguen entre las locuciones aquellas que permiten interpolar elementos (como en tomarle constantemente el pelo o en gracias en parte a los que…) y las que no lo permiten: a rajatabla, de armas tomar, siempre y cuando.
1.5.2c Suelen reconocerse los siguientes tipos de locuciones (los ejemplos que se proporcionan pueden estar restringidos solo a ciertas áreas):
-          locuciones nominales: caballo (o caballito) de batalla, cabeza de turco, media naranja, pata de gallo, toma y daca;
-          locuciones adjetivas: corriente y moliente, de abrigo, de cuarta, de cuidado, de gala, de marras, de postín;
-          locuciones verbales: hacer (buenas) migas, hacer las paces, irse de aprontes, meter la pata, poner el grito en el cielo, sentar (la) cabeza, tomar el pelo;
-          locuciones adverbiales: a carta cabal, a chaleco, a disgusto, a la carrera, a la fuerza, a medias, a veces, al tiro, de paso, en un santiamén, en vilo, por fortuna;
-          locuciones preposicionales: a falta de, a juicio de, a pesar de, al son de, con vistas a, frente a, fuera de, gracias a;
-          locuciones conjuntivas: de manera que, ni bien, puesto que, si bien, ya que; locuciones interjectivas: ¡A ver!; ¡Ahí va!; ¡Desde luego!; ¡En fin!; ¡Ni modo!; ¡Ni hablar!
1.5.2d El concepto tradicional de ‘locución’ es de naturaleza funcional más que categorial. Así lo ponen de manifiesto los frecuentes cambios de grupo entre las locuciones adverbiales y adjetivales: las locuciones en vivo, a bocajarro, en falso y en serio son adverbiales en retransmitir en vivo, disparar a bocajarro, jurar en falso y hablar en serio, pero adjetivas en retransmisión en vivo, disparo a bocajarro, juramento en falso o conversación en serio. La mayor parte de las locuciones adverbiales muestran la estructura de un grupo preposicional, como se vio en los ejemplos del apartado anterior, pero son relativamente comunes los grupos nominales usados como locuciones adverbiales de sentido cuantitativo: una enormidad, un potosí, una barbaridad, etc.
1.5.2e Se llaman construcciones con verbo de apoyo, ligero o liviano los grupos verbales semilexicalizados constituidos por un verbo (sobre todo, dar, tener, tomar, hacer y echar) y un sustantivo abstracto que lo complementa: dar un paseo, tener gana, tomar una decisión, hacer alusión, echar una carrera. Muchos de estos grupos verbales tienen equivalentes aproximados con otros verbos, como en dar un paseo ~ pasear; tomar una decisión ~ decidir.

13.8 Locuciones adjetivas
Las locuciones adjetivas o adjetivales son grupos lexicalizados que se asimilan a los adjetivos en su funcionamiento sintáctico. Muchas de ellas poseen la estructura de los grupos preposicionales y pueden ser, a su vez, locuciones adverbiales, por lo que se dan alternancias como juramento en falso ~ jurar en falso; retransmisión en vivo ~ retransmitir en vivo; vestido de gala ~ vestir de gala. Un gran número de locuciones adjetivas se ajustan al esquema «preposición + sustantivo o grupo nominal» y se construyen con varias preposiciones: una camisa a rayas, una falda a cuadros, un viaje de ensueño, un barquito de morondanga, un rival de fuste, una mujer de cuidado, reloj de pared, información de primera mano, brazos en jarras. Son asimismo numerosas las que se construyen con «como + sustantivo o grupo nominal»: verdades como puños, una mentira como una catedral, un triunfo como la copa de un pino. Entre los esquemas coordinados que dan lugar a locuciones adjetivas destacan sobre todo los que muestran dos adjetivos en coordinación copulativa, como contante y sonante (‘pronto, efectivo, corriente’, referido al dinero), corriente y moliente (‘llano, común’; también común y corriente o común y silvestre, el último aplicado casi siempre a las personas), sano y salvo (‘sin lesión, enfermedad ni peligro’), mondo y lirondo (‘limpio, sin añadidura’). También pueden coordinarse términos de preposición en las locuciones adjetivas: sin oficio ni beneficio (‘ocioso, desocupado’), de rompe y rasga (‘de ánimo resuelto’), de mírame y no me toques (‘delicado, frágil’).

Locuciones verbales
15.6.3 Locuciones verbales con grupos nominales escuetos
La designación de tipo o clase característica de los grupos nominales escuetos favorece su integración con el verbo para dar lugar a predicados que se refieren a prototipos muy diversos. Tal como se ha explicado, pueden estar relacionados con el atuendo (llevar falda, usar sombrero, dejarse bigote) y los deseos o las necesidades (buscar socio, necesitar permiso, querer bistec), pero también con ciertas actividades regladas (adjuntar informe, hacer copia) y otros aspectos socialmente fijados.
Con mucha frecuencia tal integración da como resultado la formación de locuciones verbales, como en dar fin (a algo), hacer blanco, tener agallas (para algo), poner coto (a algo), pedir cuentas (a alguien), pasar o virar (la) página, cantar victoria, sacar con cuchara (‘obtener información con mucho esfuerzo’), y otras muchas similares (§ 34.7.2). Al igual que en otros casos, estas locuciones muestran considerable variación geográfica. Así, alternan, según los países, dar, pasar, colar, vender y meter en la locución «V + gato por liebre». Para hacer referencia a la situación de inactividad de los jugadores suplentes de un equipo, se usan comer banco, hacer banco, chupar banquillo o calentar banco, entre otras variantes. Los ejemplos de estas formas de variación podrían multiplicarse.
34.7.1 Locuciones verbales formadas con verbos transitivos
Las locuciones verbales que se forman con verbos transitivos presentan una considerable variación histórica y geográfica, pero también sintáctica, léxica e incluso morfológica. Aunque aparezcan registradas como expresiones lexicalizadas en los diccionarios, constituyen grupos verbales cuyos componentes muestran cierta autonomía sintáctica, pues admiten adverbios en su interior, como el subrayado en —Pero si estamos vivos —intervino uno que no había abierto nunca la boca (Sábato, Abaddón). Algunas son transparentes, como pisar el acelerador ‘dar celeridad a algo’, ya que es posible deducir fácilmente su sentido, mientras que otras son opacas, como tomar el pelo (a alguien) ‘burlarse de él’ o pelar el diente (a alguien) ‘sonreírle, adularlo’, común en el Caribe continental. Su grado de lexicalización es variable. Por ejemplo, la sustitución del complemento directo por un pronombre átono (tomarle el pelo a alguien > tomárselo; meter la pata > meterla) es más frecuente en el español europeo que en el americano. Un grupo numeroso de locuciones verbales contiene pronombres personales átonos, casi siempre lo, la o las, cuyo referente se intuye a veces por el contexto, pero queda sin especificar en la mayor parte de los casos. Así ocurre en pasarlo o pasarla (de una determinada manera), arreglárselas, creérselo o creérsela ‘actuar con suficiencia o arrogancia’, dársela a alguien con queso ‘engañarlo’, echársela ‘presumir’, dárselas (de algo) ‘fingir lo que no se es’, jugársela ‘arriesgarse’, entre otras muchas. Otras locuciones verbales contienen objetos directos lexicalizados que se usan únicamente en contextos negativos o irreales (§ 48.6.2), como No da pie con bola o si lo que me ofreces valiera un pimiento.
34.7.2 Construcciones de verbo de apoyo
A diferencia de las locuciones verbales, las construcciones de verbo de apoyo (también ligero o vicario) se forman con verbos parcialmente desemantizados y con sustantivos, casi siempre derivados, que aportan el contenido léxico que caracteriza a la construcción, como en dar un paseo ~ pasear (§ 5.2.6b y 35.2.2c). Los verbos de apoyo transitivos más frecuentes son los que siguen: Dar: dar un paso, una vuelta; también dar esperanzas (a alguien), tiempo (a alguien o a algo), etc.
Echar: echar una cabezada, una partida, el cerrojo, etc.
Hacer: hacer alarde, caso, cosquillas, daño, memoria, un favor, etc.
Tener: tener ánimo, cabida, calor; también tener admiración, cariño, estima, lástima, manía, miedo (a alguien o a algo), etc.
Tomar o coger: tomar fuerzas, impulso, velocidad, etc.
A mayor distancia en número de combinaciones se encuentran pedir, poner y otros verbos:
Pedir: pedir disculpas, explicaciones, etc.
Poner: poner remedio, fin, término (a algo); también poner un castigo (a alguien), etc.
Mientras que en las locuciones verbales no se admiten las unidades léxicas próximas semánticamente (se dice tomarle a alguien el pelo, no el cabello), se aceptan, aunque con ciertas limitaciones, en las construcciones de verbo de apoyo (como en dar un paseo, una vuelta, un rodeo). También se admiten en las llamadas colocaciones, que son combinaciones restringidas de voces cuya frecuencia de coaparición es muy elevada, como sortear un peligro, un problema, un inconveniente, etc., o sembrar la duda, la incertidumbre, la sospecha, etc.
Locuciones verbales con complemento indirecto
35.2.2f Son muy numerosas las locuciones verbales que contienen o que exigen complementos indirectos. No se consideran locuciones, sin embargo, las construcciones formadas con verbos de apoyo a las que se ha aludido en los apartados precedentes, puesto que los sustantivos que contienen forman parte de paradigmas: pena, por ejemplo, alterna con alegría, asco, escrúpulo, gusto, lástima y otros sustantivos en dar pena a alguien. Las locuciones verbales de complemento indirecto se pueden dividir en tres grupos. El primero está formado por aquellas que contienen complementos indirectos fijos, en el sentido de constituidos por grupos nominales que no alternan con otros, como en buscarle cinco (o tres) pies al gato, dar tres cuartos (también cuartos o un cuarto) al pregonero, darle vueltas a la cabeza, echar( le) guindas al pavo, pedir( le) peras al olmo, poner( le) el cascabel al gato, verle las orejas al lobo.
35.2.2g El segundo grupo es el más numeroso. Está constituido por perífrasis que se construyen con un complemento directo fijo (a veces con otros complementos o con un sujeto: caérsele la baba a alguien, hacérsele la boca agua a alguien) y un complemento indirecto variable de carácter argumental. He aquí algunos ejemplos, muchos de los cuales se forman con dar (en todos cabe añadir le): bailar el agua (a alguien), complicar la vida (a alguien), dar alas (a alguien), dar o meter caña (a alguien), dar carrete (a alguien), dar curso (a algo), dar de lado (a alguien), dar ejemplo (a alguien), dar guerra (a alguien), dar gusto (a alguien), dar la {lata ~ matraca ~ murga ~ vara} (a alguien), dar la mano (a alguien), dar la razón (a alguien), dar paso (a algo o a alguien), dar —en algunos países, echar— una mano (a alguien), echar el cierre (a algo), ganar la partida (a alguien), hacer ascos (a algo o a alguien), parar los pies (a alguien), tirar de la lengua (a alguien), tomar el pelo (a alguien), etc.
35.2.2h Al tercer grupo pertenecen las locuciones que contienen otra variable sintáctica, además de la correspondiente al objeto indirecto. Esta otra variable puede ser el complemento directo, como en echar(le) en cara (algo a alguien); un complemento del nombre, como en hacer(le) (a alguien) el honor (de algo); un complemento preposicional, como en ir (a alguien con algo); un predicativo adjetival o adverbial, como en caer (a alguien de cierta forma) {antipático ~ bien ~ regular ~ simpático}.
48.6.3 Las locuciones de polaridad negativa. Estructura sintáctica
Desde el punto de vista formal, las locuciones que funcionan como términos de polaridad negativa son también heterogéneas.
48.6.3a Muchas se forman con sustantivos sin artículo. Los verbos que admiten el mayor número de ellas son haber y, sobre todo, tener: haber caso, haber color, haber duda, haber inconveniente, haber manera, haber problema, haber tutía (tutía es un ungüento medicinal, por lo que no debe escribirse tu tía), haber  vuelta atrás; tener abuela, tener cara, tener ciencia, tener comparación, tener corazón, tener desperdicio, tener entrañas, tener hiel, tener límites, tener nombre, tener palabras (para algo), tener pelos en la lengua, tener perdón (de Dios), tener pizca de gracia, tener precio, tener secretos (para alguien), tener vuelta de hoja.
No obstante, también se forma este tipo de locuciones con otros verbos: caber duda, dar abasto, dar bola (a alguien), dar crédito, dar pie con bola, dar vela en este entierro (a alguien), decir palabra, dejar lugar a dudas, dejar títere con cabeza, encontrar palabras (para algo), hacer ascos (a algo), levantar cabeza, llevar el apunte (a alguien), pegar (un) ojo, perder(se) detalle (de algo), probar bocado, ser santo de la devoción (de alguien), soltar prenda.
48.6.3b Más amplia es la serie de modismos de polaridad negativa que se caracteriza por contener la conjunción ni, como los siguientes: acertar ni una, decir ni media palabra (también … ni pío, … ni mu), entender ni papa (o … ni jota), hacer ni caso, ni atado, ni borracho, ni en broma, ni en joda, ni en pedo, ni hecho de encargo, ni loco, ni por asomo, pegar ni con cola, poder ver ni en pintura, quedar ni rastro, ser ni carne ni pescado, tener ni cinco, tener ni oficio ni beneficio, tener ni (zorra) idea, tener ni para pipas.
48.6.3c Algunas locuciones de polaridad negativa se forman con los adverbios menos y más: «no poder menos que + infinitivo»; no ser menos que (alguien o algo); no ver más allá de las narices (de uno); no poder más; «no tener {otro ~ más} remedio que + infinitivo». También son términos de polaridad negativa las locuciones verbales siguientes: abrir la boca, andarse con chiquitas (o … con remilgos, … tonterías), andarse por las ramas, bajarse del caballo (o … del burro), caber en sí de gozo, dar el brazo a torcer, dar más de sí, estar el horno para bollos, estar en sus cabales, estar para bromas, ganar para sustos, ir a la zaga, llegar a los talones (a alguien), llegar la sangre al río, oír el vuelo de una mosca, pensarse algo dos veces, poder (alguien) con su alma, quitar el ojo de encima (a algo o a alguien), saber de la misa la media, ser para tanto, ver la hora (de hacer algo), ver tres en un burro.

29.3 Locuciones preposicionales
29.3.1 Criterios de delimitación
Las locuciones preposicionales o prepositivas son agrupaciones de palabras que adquieren conjuntamente el sentido y el funcionamiento gramatical de las preposiciones, como a causa de, en orden a, por culpa de, bajo pena de, etc.
Estas unidades léxicas se crean mediante mecanismos productivos que permiten gramaticalizar significados mucho más específicos que los que designan las preposiciones simples. Como sucede con otras locuciones, la clase formada por las preposicionales consta de numerosos miembros y se aproxima a los paradigmas abiertos, aunque no llegue a serlo realmente.
29.3.1a Resulta controvertido el análisis de secuencias como delante de la casa y otras similares formadas con detrás, encima, cerca, enfrente, etc., seguidos de la preposición de. Una opción es analizarlas en la forma [delante de] [la casa], donde el primer segmento se interpreta como locución preposicional y el segundo, como su término. Otra es elegir la variante [delante] [de la casa], de forma que si delante es adverbio en Estaba delante, lo sigue siendo en Estaba delante de la casa. En este último caso, de la casa es el complemento del adverbio. Se optará aquí por este último análisis, que evita adscribir una misma palabra a dos categorías distintas en secuencias que ponen de manifiesto propiedades gramaticales muy semejantes.
29.3.1b Presentan similares opciones de análisis muchas construcciones formadas sobre sustantivos, como a cubierto, a distancia, a la derecha, a la inversa, a la puerta y otras semejantes, todas las cuales se construyen con de. En efecto, también en estos casos es posible prescindir del segmento encabezado por la preposición de, lo que da lugar a alternancias como Estaba a la derecha de la mesa y Estaba a la derecha.
Unos gramáticos entienden que a distancia, a la inversa, a la puerta, etc., son locuciones adverbiales que seleccionan un complemento, esté expreso o sobrentendido: [a la derecha] [de la mesa]. Frente a esta interpretación, que parece la más probable, otros consideran que la preposición de se integra en una locución preposicional, por tanto [a la derecha de] [la mesa].
29.3.1c Las locuciones formadas sobre sustantivos presentan, además, la dificultad de determinar si el proceso de gramaticalización está lo suficientemente avanzado como para entender que se trata de auténticas locuciones, o si el sustantivo sigue funcionando todavía como tal. La ausencia de artículo y de otros determinantes delante del sustantivo, así como el rechazo de la flexión, son indicios de gramaticalización.
A pesar de ello, en algunos casos los nombres que integran la locución presentan variantes en singular y en plural, como en a comienzo(s) de, a efecto(s) de o a fin(es) de, y también pueden alternar la presencia y la ausencia del artículo: a (o al) efecto de, a (los) efectos de, a (los) ojos de, con (el) objeto de, por (la) vía de, etc. Parece claro, sin embargo, que el grado de gramaticalización es menor en con la esperanza de, en el sentido de, con la idea de o con la ayuda de, que en las variantes sin artículo, que aparecen en los siguientes ejemplos:
Una vez mostradas a gozar de este castillo, en todas las cosas hallaréis descanso, aunque sean de mucho trabajo, con esperanza de tornar a él (Santa Teresa, Moradas);
¿Rueda vertical, girando en sentido de la quilla? —dijo Valentín, con la incredulidad pintada en su atezado rostro—. ¿Y cómo la mueves? (Galdós, Episodios);
Subía hacia la plaza con idea de hincarse ante el Cristo (Nácher, Guanche); La raya, alta y a la izquierda, era tan impecable como si hubiera sido trazada con ayuda de una regla (Pérez-Reverte, Maestro).
Es índice, asimismo, del grado de gramaticalización de estas expresiones la posibilidad de sustituir el segmento que de encabeza por un demostrativo o un posesivo, de modo que las alternancias como con idea de contar el dinero ~ con esa idea; a pesar de él ~ a su pesar ~ a pesar suyo se interpretan en el sentido de que los sustantivos no están totalmente gramaticalizados en las locuciones subrayadas. Otro indicio importante lo constituye el rechazo de los modificadores adjetivos. No se añadiría un adjetivo al sustantivo gracias, que forma parte de la locución preposicional gracias a (*gracias efusivas a…), pero se añaden a los sustantivos que aparecen en expresiones como estar en íntimo contacto con... o actuar en estrecha colaboración con…, lo que da a entender que esas construcciones no están enteramente gramaticalizadas.
29.3.1d Se ha señalado en el apartado anterior que en colaboración con o en contacto con no son locuciones plenas porque el nombre que las forma admite modificadores. Sin embargo, tampoco muestran una sintaxis enteramente libre. Se dice, en efecto, en colaboración con él, en contacto con él, en relación con él, pero no *en vínculo con él ni *en trabajo con él, lo que indica que colaboración, contacto, relación y otros pocos sustantivos constituyen un paradigma restringido con el que se forman expresiones semilexicalizadas.
29.3.2 Pautas gramaticales sobre las que se forman las locuciones preposicionales
29.3.2a La pauta más productiva en la formación de locuciones preposicionales es «preposición + sustantivo + preposición». Las preposiciones que suelen aparecer con más frecuencia en posición inicial son a (a base de, a cargo de, a costa de); con (con arreglo a, con base en, con cargo a); de (de boca de, de conformidad con, de parte de); en (en aras de, en atención a, en bien de; se considera incorrecta en base a) y por (por causa de, por conducto de, por culpa de). Se forman menos locuciones preposicionales con otras preposiciones, entre ellas bajo (bajo pena de, bajo pretexto de) o so (so capa de, so pena de, so pretexto de: § 29.2.2a). Recuérdese (§ 29.3.1c) que entre las que muestran la preposición de tras el sustantivo, unas presentan un menor grado de lexicalización, ya que admiten posesivos (de boca de > de su boca; de parte de > de su parte; a pesar de > a su pesar), mientras que otras rechazan esta sustitución (en vista de ello > *en su vista; de conformidad con el artículo octavo > *de su conformidad).
29.3.2b Las locuciones que responden al esquema «preposición + sustantivo + preposición» son heterogéneas desde varios puntos de vista. Muestran grados distintos de lexicalización, como se ha visto, y no todas comparten la misma distribución geográfica. Mientras que algunas son de uso general en todos los países hispanohablantes (por ejemplo, a causa de), otras solo se emplean en algunos (como en punto a ‘en cuanto a’, ‘en lo relativo a’). Tampoco coinciden en las variedades de lengua en las que se registran, ya que mientras que unas están limitadas a los hablantes de un determinado nivel social o a ciertos registros (a trueque de, por cima de, so capa de), en otras la distribución de usos está en función del significado que adopten. Así, a(l) nivel de suele admitirse cuando pone de manifiesto el límite o el estadio que corresponde a algo: Sin embargo, el título de comunicador social abre un campo de posibilidades en el mercado laboral, situación que se limitaría si existe una especialización a nivel de pregrado (Universal [Ven.] 23/9/1996), pero se suele rechazar como sustituto indiscriminado de en lo relativo a, como en La política comercial no ha sido positiva a nivel de exportaciones. En ciertas locuciones, pero no en otras, cabe el reemplazo del sustantivo por otros sinónimos, lo que da lugar a series como a {demanda ~ iniciativa ~ instancia(s) ~ petición ~ requerimiento ~ ruego ~ solicitud ~ sugerencia} de. Finalmente, unas tienen interpretación transparente (de espaldas a, en contraste con, en señal de), mientras que otras son opacas (a fuer de, en pos de, por mor de).
29.3.2c Sobre la pauta «sustantivo + preposición» se forman gracias a, merced a y otras locuciones que expresan posición o dirección: cara a, frente a, esquina a, camino de, rumbo a, dirección a (usada en el lenguaje periodístico de España y menos recomendable que en dirección a o con dirección a). Siguen la misma pauta respecto a, respecto de, que alternan con al respecto de, con respecto a y con respecto de. El esquema «adjetivo (o participio) + preposición», poco productivo, da lugar a debido a, junto a, junto con, referente a, relacionado con, tocante a. La pauta «preposición + lo + adjetivo + preposición», a la que corresponden en lo referente a, en lo tocante a, a lo ancho de, a lo largo de, en lo alto de, no forma locuciones preposicionales porque el adjetivo sigue funcionando en ellas como tal. También son escasas las locuciones formadas sobre el esquema «preposición + infinitivo + preposición»: a juzgar por, a partir de (no se forma con esta pauta a pesar de porque pesar es sustantivo). Sobre el presente de subjuntivo del verbo pesar se forma pese a: Siempre me ha fascinado el centro colonial de la ciudad, pese a su desarreglo (Aguilar Camín, Adriano).

30.10 Locuciones adverbiales
30.10.1 Características generales
30.10.1a Las locuciones adverbiales son expresiones fijas constituidas por varias palabras que equivalen a un solo adverbio. El número de locuciones adverbiales del español es muy superior al de locuciones que corresponden a las demás clases de palabras. Su estudio atañe más a la lexicografía, la fraseología y la dialectología que a la gramática, por lo que en esta obra solo se presentan algunos ejemplos de tan amplio paradigma Varias de ellas admiten paráfrasis aproximadas con adverbios en -mente (en secreto ~ secretamente; en especial ~ especialmente), pero la mayor parte expresa significados más específicos que los adverbios que podrían emparentarse con ellas desde un punto de vista morfológico.
30.10.1b Muchas locuciones adverbiales poseen la estructura de los grupos preposicionales («preposición + sustantivo o grupo nominal»), pero se distinguen de estos por su mayor grado de fijación. En efecto, no suelen admitir variaciones morfológicas, con escasas excepciones (de mañana ~ de mañanita; a golpes ~ a golpetazos; a puchos ~ a puchitos). Aún más restringidas están las variaciones sintácticas como en a ratos ~ a ratos perdidos; a mi entender ~ a mi modesto (o particular) entender, etc. Algunas locuciones cuentan con variantes léxicas, a menudo usadas en áreas geográficas distintas y, a veces, también en épocas diferentes. Así, con el significado de al final o de en fin, se usan en la lengua oral de diversas zonas en un final, a la final y a las finales; por otra parte, de fijo muestra las variantes a la fija, en fijo, de fija. Se usa a la mejor en México y algunos países centroamericanos, pero con menor frecuencia que a lo mejor, empleada en todas las áreas hispanohablantes. Con el sentido de la locución a toda velocidad se han documentado, entre otras, las variantes a toda greña, a toda leche, a toda marcha, a toda mecha, a toda pastilla, a toda prisa, a todo gas, a todo mecate, a todo trapo, a todo tren, a todo trote, además de a todo correr, a todo dar y a todo meter. Todas las mencionadas son propias de la lengua conversacional. Por otra parte, algunas locuciones adverbiales adquieren sentidos diferentes en función del área lingüística en que se usen. Así, de repente significa ‘repentinamente’ en todas las variedades del español, pero también ‘quizá, a lo mejor, posiblemente’ en muchos países americanos y en las islas Canarias (España), como en “Nunca se sabe, de repente puedo necesitarlo”, pensó (Allende, Casa).
30.10.1c Los límites entre los grupos preposicionales y las locuciones adverbiales pueden ser graduales. Un buen número de locuciones adverbiales admite variaciones dentro de paradigmas restringidos, como en a la primera, a la segunda, a la tercera…; a codazos, a golpes, a gritos, a tiros…; a la francesa, a la griega, a la inglesa…
Las locuciones adverbiales se diferencian en su grado de composicionalidad, es decir, en la medida en que su estructura sintáctica pone de manifiesto su significado. Algunas son transparentes, es decir, permiten que se deduzca su significado a partir del de las palabras que las forman. A este grupo pertenecen a la disparada y de una disparada (‘al momento’, ‘precipitadamente’), comunes en el español rioplatense: Alboroto de auxiliares que entraban y salían a la disparada (Roa Bastos, Hijo); El que quiera en este pago / reírse de una disparada… (Ascasubi, Aniceto). No es transparente, en cambio, al cohete o al cuete, usada en la misma región y en algunas partes de Centroamérica con el significado de ‘en vano’: Y al cuete es que el hombre clame / si la suerte no le liga (Lussich, Cantalicio).
30.10.2 Pautas sintácticas de las locuciones adverbiales
Como las locuciones adjetivales, las adverbiales son casi siempre grupos preposicionales lexicalizados. En consecuencia, no se definen en términos categoriales, sino funcionales. En razón de esta característica, las mismas unidades reciben a menudo una doble clasificación en función del contexto sintáctico. Así, en exceso, sin límite o a la francesa se analizan como locuciones adverbiales en comer en exceso, trabajar sin límite y despedirse a la francesa, pero como locuciones adjetivales en comida en exceso, un trabajo sin límite y tortilla a la francesa.
30.10.2a La estructura sintáctica de las locuciones adverbiales responde en muchas ocasiones a la pauta «preposición + sustantivo en singular», como en a bocajarro, a caballo, a cambio, a fondo, a gusto, a tiempo, bajo cuerda, contra reloj, de casualidad, de día, de golpe, de prisa, de reojo, de sobra, de sopetón, de verdad, en consecuencia, en orden, en parte, en resumen, en secreto, para colmo, por casualidad, por desgracia, por fin, sin cuidado, sin duda. En cambio, corresponden al esquema «a + sustantivo en plural» varias locuciones adverbiales, como las que expresan la manera en que se deshace o se desmorona algo: a cachos, a jirones, a pedazos, a trozos; o la forma en que se llevan a cabo ciertos movimientos o determinadas acciones: a brincos, a gatas, a horcajadas, a hurtadillas, a rastras, a saltos, a tientas, a trancas y barrancas, a trompicones.
30.10.2b Al esquema «preposición + sustantivo» responden también las locuciones adverbiales latinas u originalmente latinas, ya integradas en el español, que se construyen con preposiciones: ad aetérnum, ad líbitum, ad perpétuam, ex abrupto (‘repentinamente’, diferente del sustantivo exabrupto, ‘salida de tono’), ex aequo, ex cát(h)edra, ex profeso, in memóriam o in situ, todas ellas explicadas en el DRAE. Se ha añadido indebidamente una preposición en ciertas locuciones latinas. Así, de motu propio o a grosso modo son variantes incorrectas de motu proprio y grosso modo, respectivamente.
30.10.2c La pauta «preposición + grupo nominal», en la que el nombre puede estar modificado por determinantes, adjetivos o complementos preposicionales, da lugar también a un gran número de locuciones. La preposición va seguida del artículo determinado en a la carrera, a la carta, a la fuerza, a la perfección, a la vez, a la vista, a las mil maravillas, al amanecer, al azar, al detalle, al final, al momento, al principio; en el acto, en el fondo; por el contrario, por el mismo rasero, por la libre, etc.
Con el indefinido un / una, asimilado a los numerales en algunos de sus usos (§ 15.1.4a), se forman de una vez y sus variantes (de una buena vez, de una maldita vez, de una vez por todas, etc.), así como un grupo numeroso de locuciones, restringidas a menudo a ciertas zonas, que aluden a la manera ininterrumpida de llevar a cabo las acciones que tienen límite temporal: de una sentada, de una tacada, de un brinco, de un jalón, de un pelo, de un saque, de un solo, de un sorbo, de un tirón, de un trago. Este esquema permite formar también locuciones sin artículo que contienen modificadores del sustantivo:
a brazo partido, a cara descubierta, a duras penas, a fuego lento, a grito pelado, a mano alzada, a ojos cerrados, a pie(s) juntillas, a primera vista, a salto de mata, a última hora; de alguna manera, de buena tinta, de {buena ~ mala} gana, de mala manera, de mil amores; en gran parte, en primera instancia, en último extremo; por aquel entonces, por arte de magia, etc.
30.10.2d Son igualmente numerosas las locuciones que se ajustan a la pauta «preposición + adjetivo o participio», como a diario, a menudo, a salvo, de antiguo, de inmediato, de nuevo, en absoluto, en serio, por alto, por cierto, por completo, por supuesto, por último. En femenino plural se forman a ciegas, a derechas, a escondidas, a medias, a oscuras, a secas, a solas, a tontas y a locas, de oídas. Con el artículo y el adjetivo en femenino singular se crean a la brava, a la buena de Dios, a la corta, a la inversa, a la larga, a la ligera. Con la variante con lo se forman las que expresan modos de actuar exagerados, inapropiados o inhabituales, como a lo bestia, a lo bruto, a lo grande, a lo loco (‘sin ton ni son’), a lo macho. Están totalmente lexicalizadas a lo mejor, a lo sumo, de lo lindo, en lo sucesivo, por lo común, por lo general, por lo demás, por lo visto, etc. Las correlaciones de preposiciones (§ 29.5.2), como de… a…, o de… en… dan lugar a algunas locuciones adverbiales, entre ellas de acá para allá, de ahora en adelante, de bote en bote, de la ceca a la meca, de trecho en trecho, de un momento a otro, de vez en cuando (y sus variantes: § 30.5.3a).
30.10.2e Se lexicalizan como adverbios algunos grupos nominales que expresan cantidad o grado, como una barbaridad, una enormidad, una eternidad, una fortuna, un abismo, un disparate, un mundo, un ojo de la cara, entre otros, así como los sustantivos horrores o montones. Proceden también de grupos nominales lexicalizados las locuciones adverbiales acto seguido, cada poco, codo con codo, trato hecho. Se construyen sobre esquemas coordinados cruz y raya (en España), de golpe y porrazo, de mi puño y letra, entre gallos y medianoche (‘a deshoras’, pero también ‘clandestinamente’), más o menos, más tarde o más temprano, ni más ni menos, sin comerlo ni beberlo (‘sin haber tomado parte en ello’), sin más ni más, entre otras.

30.9 Conectores discursivos adverbiales
30.9.1 Características generales
30.9.1a Los conectores discursivos (también llamados marcadores u operadores del discurso) no forman una clase sintáctica de palabras, en el sentido en que lo son las clases verbo, conjunción o adverbio, ya que constituyen un grupo establecido con criterios textuales. La mayor parte de los conectores discursivos son adverbios (encima, además), pero algunos son conjunciones coordinantes o subordinantes (capítulo 31), preposiciones, como sobre en El arbitrio de mendigar nuevos recursos, sobre ser indecoroso, será ineficaz (Olmedo, Epistolario), interjecciones como claro, bueno, por fin (capítulo 32), o bien locuciones formadas con todas estas clases de palabras (sin embargo, por si fuera poco).
30.9.1b Muchos conectores discursivos eran analizados como conjunciones en la tradición gramatical. Se mezclaban o se confundían de esta forma los elementos de un paradigma sintáctico (conjunción, adverbio, etc.) con unidades establecidas a partir de criterios discursivos o textuales. En efecto, las conjunciones no aparecen en posición final de oración o de período, ni suelen ir seguidas de pausa en posición preoracional, a diferencia de lo que resulta normal con muchos conectores discursivos adverbiales. Se obtienen de esta manera contrastes como el que se da entre Así pues, la reacción resultó totalmente inesperada (con conector discursivo adverbial) y *Puesto que, la reacción resultó inesperada (con conjunción subordinante). Tampoco se combinan entre sí las conjunciones coordinantes en un mismo segmento sintáctico.
Si no obstante fuera conjunción, resultarían anómalas secuencias como pero, no obstante, a diferencia de lo que sucede. Por otra parte, mientras que las conjunciones pueden determinar las propiedades formales de las oraciones que introducen, como el modo o el tiempo verbal, los conectores discursivos no suelen poseer esa capacidad.
30.9.1c Desde el punto de vista formal, los conectores se caracterizan por su relativa independencia fónica y sintáctica respecto de la oración. Suelen formar grupo entonativo propio, precedidos o seguidos de pausa. Cuando se usan como incisos o como expresiones parentéticas, pueden separar el sujeto del predicado (La experiencia del viaje, con todo, resultó muy positiva) o los componentes del grupo verbal (La experiencia del viaje resultó, con todo, muy positiva), pero no suelen separar los componentes de un grupo nominal (*La experiencia, con todo, del viaje resultó muy positiva). Por otra parte, algunos de los conectores, como a saber, a propósito, así las cosas, es decir, es más, esto es o pues bien, no aparecen en posición final de oración, a diferencia de otros, como desde luego, dicho sea de paso, más bien o por cierto.
30.9.1d La mayor parte de los adverbios y locuciones adverbiales que se usan como conectores discursivos orientan la manera en que la oración o el fragmento oracional sobre el que inciden han de ser interpretados en relación con el contexto precedente o con las inferencias que de él se obtienen. Así, consiguientemente presenta la información que introduce como consecuencia de la que aporta el segmento que lo precede: El tiro era, así, más corto, el blanco más reposado y, consiguientemente, la pieza resultaba más segura (Delibes, Camino), pero sus propiedades sintácticas son las de un adverbio, no las de una conjunción. La independencia entonativa y la relativa libertad posicional acercan los adverbios conectores a los adverbios oracionales, como sinceramente: Sinceramente, eso no me gusta; Eso, sinceramente, no me gusta o Eso no me gusta, sinceramente. Ni unos ni otros son focos de la negación o de otros operadores. Sin embargo, mientras que los adverbios oracionales informan sobre aspectos relativos a la oración misma, o a la actitud del hablante en relación con ella, los conectores discursivos adverbiales la relacionan con el discurso en el que está inserta atendiendo especialmente a la línea argumentativa que el hablante desea seguir.
30.9.1e Entre los adverbios que funcionan como conectores se perciben diferencias de registro lingüístico. Así, total (grupo 9 en el § 30.9.2a) pertenece a la lengua conversacional: Total, que nada más colgar, he ido como una sonámbula al cuarto de baño y me he mirado al espejo (Belbel, Caricias), mientras que en síntesis o en resumen son propios de los registros formales. También pueden separarlos diferencias geográficas, como ocurre con la locución adverbial por cierto, vigente hoy sobre todo en Chile, el Río de la Plata, México y Centroamérica, como adverbio de afirmación (en alternancia con desde luego o sin duda) o como adverbio enfático: Vendré el jueves, por cierto, y no quiero excusas; Sí, por cierto o No, por cierto. En cambio, por cierto no está restringido geográficamente cuando se emplea, al igual que a propósito (grupo 12 del § 30.9.2a), como introductor de una digresión o como marca de un comentario marginal: —Muchas gracias —repuse, aprovechando la oportunidad para rematar mi plan. Por cierto, quisiera ir al cine... (Benítez, Caballo). Por otra parte, algunos adverbios son conectores discursivos en ciertas construcciones, pero no en otras. Por ejemplo, el adverbio encima no es conector discursivo cuando denota lugar (§ 30.4.1), como en Puso las llaves encima de la mesa, pero sí lo es cuando adquiere valor concesivo, equivalente a aun así, como en Le das todo lo que pide y encima se queja. Un comportamiento similar presentan algunas locuciones adverbiales, como con todo: Con todo, estoy bastante contenta (locución adverbial de sentido concesivo), que contrasta con Estoy bastante contenta con todo (grupo preposicional en función de complemento del adjetivo).
30.9.2 Clasificación de los conectores discursivos
30.9.2a Existen muchas clasificaciones de los conectores discursivos adverbiales atendiendo a su significado. La que se presenta a continuación recoge los grupos fundamentales:
1.      Aditivos y de precisión o particularización: a decir verdad, además, análogamente, aparte, asimismo, de hecho, encima, en el fondo, en realidad, es más, por añadidura, por otro lado, por si fuera poco, sobre todo.
2.      Adversativos y contraargumentativos: ahora bien, (antes) al contrario, antes bien, después de todo, empero, en cambio, eso sí, no obstante, por el contrario, sin embargo, todo lo contrario.
3.      Concesivos: así y todo, aun así, con todo, de cualquier manera, de todas {formas ~ maneras}, de todos modos, en cualquier caso.
4.      Consecutivos e ilativos: así pues, consiguientemente, de {este ~ ese} modo, en consecuencia, entonces, por consiguiente, por ende, por lo tanto, por tanto, pues.
5.      Explicativos: a saber, es decir, esto es, o sea.
6.      Reformuladores: dicho con otras palabras, dicho en otros términos, dicho de otra {forma ~ manera}, de otro modo, más claramente, más llanamente, hablando en plata.
7.      Ejemplificativos: así, así por ejemplo, así tenemos, por ejemplo, verbigracia.
8.      Rectificativos: más bien, mejor dicho, por mejor decir.
9.      Recapitulativos: a fin de cuentas, al fin y al cabo, en conclusión, en definitiva, en fin, en resumen, en resumidas cuentas, en síntesis, en suma, en una palabra, resumiendo, total.
10.  De ordenación: a continuación, antes {de ~ que} nada, de {una ~ otra} parte, en {primer ~ segundo…} lugar ~ término, finalmente, para empezar, para terminar, primeramente.
11.  De apoyo argumentativo: así las cosas, dicho esto, en vista de ello, pues bien.
12.  De digresión: a propósito, a todo esto, dicho sea de paso, entre paréntesis, por cierto.
30.9.2b Las locuciones adverbiales que se usan como conectores discursivos adquieren a menudo sentidos diversos que pueden corresponder a un grupo o a otro. Por ejemplo, en realidad pertenece al grupo 1 cuando añade alguna precisión que matiza la presentada en el texto previo: Si mis rimas fuesen bellas, / enorgullecerme dellas / no está bien, / pues nunca mías han sido / en realidad (Sor Juana, Inundación), pero se interpreta también como contraargumentativa (grupo 2) porque reorienta el discurso precedente, con un significado próximo al de por el contrario, como en La gloria no tiene nada que ver con la bondad de las causas; depende, en realidad, de los puntos de vista y, por descontado, de un dinamismo empeñoso (Mujica Lainez, Bomarzo).
En función del contexto, la precisión que esta locución introduce puede entenderse como rectificación (grupo 8): Marin Marais también componía para el violonchelo, aunque en realidad era un compositor y un virtuoso de la viola da gamba (Glantz, Rastro). Finalmente, en realidad puede ser también locución adverbial evidencial (§ 30.8.3e), junto con efectivamente, desde luego, realmente, verdaderamente. En los apartados que siguen se mencionan tan solo los rasgos característicos de cada grupo.
30.9.2c Entre los conectores discursivos adverbiales que introducen información añadida a la ya presentada (grupo 1), destaca además, que tiene puntos de contacto con también. Sin embargo, al contrario que este, se construye con complementos preposicionales, sean expresos o tácitos: Era rico y además (de rico) era guapo, y suele ir seguido de pausa. En cuanto al adverbio encima, introduce cierta información que se sitúa en un punto superior de la línea argumentativa introducida en el texto que lo precede. Por lo general, la escala argumentativa implícita en estas construcciones progresa en sentido negativo o desfavorable (perdido en medio del monte y, encima, de noche), aunque existen excepciones (inteligente, bella, y encima rica).
30.9.2d Varias de las locuciones adverbiales del grupo 2 están vinculadas semánticamente con la conjunción pero (§ 31.5.1c); sin embargo, pueden combinarse con ella en secuencias enfáticas que no rechaza la lengua culta, a pesar de que presentan cierto grado de redundancia: Ese tema puede no ser demasiado original, pero en cambio no me parece enigmático (Benedetti, Primavera); No trabajará, como dice la mujer, pero eso sí: él no se mete con nadie (Arlt, Aguafuertes). En otros casos, los adverbios y las conjunciones adversativas muestran contenidos no equivalentes. Así, por el contrario y en cambio indican que la información que se aporta es diferente de la que se muestra en el discurso previo, incluso opuesta a ella. De hecho, estas locuciones suelen admitir paráfrasis como ‘a diferencia de lo anterior’, ‘en contraposición con ello’ y otras semejantes. La conjunción pero no opone directamente las informaciones que se presentan en el texto, sino una de ellas y otra que se obtiene a través de cierta inferencia (§ 31.5.1d). Los conectores adverbiales del grupo 3 tienen valor concesivo. El prototípico es aun así, que significa aproximadamente ‘incluso en ese caso’ o ‘incluso dándose tales circunstancias’. Otros conectores concesivos, como con todo y sus variantes (con todo y eso, con todo y con eso, etc.) integran léxicamente los dos componentes que aun así presenta desdoblados.
30.9.2e Los conectores discursivos adverbiales del grupo 4 son consecutivos, y aportan un significado muy próximo al de por eso, por ello, o debido a ello, es decir, informaciones deícticas o anafóricas. De hecho, contienen demostrativos los conectores así pues, por (lo) tanto, por ende y de {este ~ ese} modo, que retoman un enunciado precedente: No puedo añadir nada más y, por tanto [‘por esa razón, por no poder añadir nada más’], me callo. Los conectores de los grupos 5 a 9 condensan, expanden o aclaran la información presentada. En algunas clasificaciones aparecen unidos en un solo grupo, a pesar de que existen notables diferencias entre ellos. Los conectores de ordenación (grupo 10) dan lugar a una serie de correspondencias, que pueden ser estrictas cuando la elección de adverbios sucesivos está dictada por el primer miembro (en primer lugar… en segundo lugar; por una parte… por otra, etc.), pero también pueden no serlo, especialmente cuando no se da una relación formal entre estos conectores (en primer lugar… luego…). Los conectores del grupo 11, como así las cosas o pues bien, ponen de manifiesto que el hablante toma en consideración cierta información, suministrada en el discurso precedente, y que la asume para explicar lo que sigue o para alcanzar alguna conclusión. Los conectores del grupo 12 introducen una digresión en la que el hablante matiza sus consideraciones, o las extiende a alguna situación supuestamente relacionada con la información presentada previamente.

El concepto de conjunción. Conjunciones coordinantes y subordinantes
31.1.1 Definición y clases de conjunciones
Las conjunciones constituyen una clase de palabras invariables y generalmente átonas que relacionan entre sí vocablos, grupos sintácticos u oraciones, unas veces equiparándolos y otras jerarquizándolos y haciéndolos depender unos de otros. Las que los enlazan sin establecer prelación entre ellos se denominan conjunciones coordinantes; las que los vinculan marcando entre ellos diversas relaciones de dependencia reciben el nombre de conjunciones subordinantes.
31.1.2 Las conjunciones coordinantes
31.1.2a Las conjunciones coordinantes enlazan oraciones y palabras o grupos sintácticos que pertenecen a casi todas las clases de palabras. Se dividen en dos tipos: simples y compuestas (las segundas se denominan también discontinuas o correlativas).
Las simples pueden ser copulativas (y, su variante e, ni ), disyuntivas (o, su variante u, ni) y adversativas (pero, sino, mas). Como se ve, la conjunción ni se agrupa con las copulativas, pero también con las disyuntivas (§ 31.4.1.g). Las compuestas, a su vez, pueden ser copulativas (ni… ni…; tanto… como…; tanto… cuanto…; así… como…) y disyuntivas o distributivas (sea… sea…; ya… ya…; ora… ora…; bien… bien….; o… o…).
31.1.2b Desde el punto de vista semántico, los grupos coordinados se interpretan como conjuntos cuyos elementos se suman (copulativas), alternan entre sí o se prestan a una elección (disyuntivas) o se oponen de diversas formas (adversativas). Las conjunciones compuestas disyuntivas se denominan tradicionalmente distributivas y presentan los elementos coordinados como alternativas que se suceden según ciertas circunstancias. Desde el punto de vista gramatical, el resultado de la coordinación es un grupo sintáctico que posee la misma categoría gramatical de los elementos coordinados y puede realizar las mismas funciones sintácticas que cada uno de ellos. Así, los días y las noches es un grupo nominal coordinado, resultado de unir dos grupos nominales, y tanto aquí como allí es un grupo adverbial coordinado, resultado de unir dos adverbios.
31.1.3 Las conjunciones subordinantes
31.1.3a Las conjunciones subordinantes hacen depender de otro el segmento al que preceden, generalmente oracional. El segmento formado con el grupo sintáctico que introducen complementa unas veces al predicado principal (Te llamé porque quería hablarte), pero otras constituye uno de los dos miembros de algún período (§ 1.7.3c y 47.1.1), es decir, un período entre cuyos componentes se establece cierta relación discursiva (Si te apetece, vamos al cine). Las conjunciones coordinantes copulativas y disyuntivas pueden enlazar más de dos segmentos, como en Oye música, atiende el teléfono y dibuja, pero las subordinantes solo ponen en relación dos segmentos. Finalmente, las oraciones que introducen las conjunciones subordinantes presentan el verbo en forma personal: Quiero que {guardes ~ *guardar} esto; Me invitarás si {logras ~ *lograr} ese trabajo.
31.1.3b Es polémica la clasificación de las conjunciones subordinantes. En primer lugar, son a veces difusos los límites entre las conjunciones coordinantes y las subordinantes, especialmente en lo que respecta a las conjunciones comparativas (que, como) y a las ilativas (luego, así que, conque, de modo que), incluidas por algunos gramáticos entre las coordinantes y por otros entre las subordinantes. También es polémico el límite entre las conjunciones subordinantes y las preposiciones que introducen términos oracionales. Este problema afecta de modo característico a las expresiones porque y para que, pero también a otras como a pesar de que o sin que y ciertas combinaciones del tipo «adverbio + que». Se trata esta cuestión en los § 46.2 y 47.6.1c. Son también escurridizos en ocasiones los límites entre las conjunciones y los adverbios relativos. Este problema se abordará en el § 31.6.2.
31.1.3c La siguiente clasificación de conjunciones subordinantes recoge los grupos sobre los que parece haber más consenso entre los gramáticos, con la excepción de las tres últimas clases, que son más controvertidas (la de las conjunciones exceptivas se tratará en el § 31.6.3). Se mencionan solo algunas conjunciones en cada uno de estos grupos y se añaden algunas locuciones conjuntivas (§ 1.5.2c y 31.6.1).
Completivas: que (Supongo que llamará); si (No sé si es ella).
-          Condicionales: si (si te gusta el libro); como (con subjuntivo: como no me escuches).
-          Causales: porque (porque tú lo dices); como (con indicativo: Como no venía, me fui ).
-          Concesivas: aunque (Camina diariamente hasta su trabajo aunque vive lejos); si bien (Si bien no nos parece la mejor solución, la aceptaremos).
-          Temporales: luego que (luego que lo examinó); ni bien (ni  bien lo avise).
-          Consecutivas: que (Hacía tanto frío que no se podía salir de casa).
-          Ilativas: luego (Pienso, luego existo); conque (Es tarde, conque apúrate).
-          Comparativas: que (más gente que antes); como (tantos aciertos como errores).
-          Exceptivas: salvo (Todos pasaron el curso, salvo Jacinto).
Aunque se presenta aquí como conjunción subordinante, la partícula completiva si es considerada adverbio relativo por algunos gramáticos, ya que, a diferencia de la conjunción condicional si, admite infinitivos (No sé si llamar).
31.1.3d De forma similar a como las preposiciones tienen término (sin que nadie lo advirtiera) y forman junto con él un grupo preposicional, también pueden tenerlo las conjunciones subordinantes (si nadie lo advertía) y formar con él un grupo conjuntivo.
Dicho grupo se denomina también oración en la gramática tradicional, a la vez que se aplica este mismo término solo a la expresión subrayada. El concepto de grupo conjuntivo (aceptado hoy por algunos gramáticos, pero no por otros) ha sido extendido a las conjunciones coordinantes, lo que da lugar a segmentaciones como [Juan] [y Pedro], en lugar de la más habitual [Juan] [ y] [Pedro]. Uno de los argumentos que se suelen aducir a favor de esa extensión es el hecho de que puede comenzarse un período con las conjunciones y o pero, lo que sugiere que forman un segmento sintáctico con el término: Y el anciano controla la intención de sus ojos. Y ella también (Chacón, Voz); Siempre fue altanera la Sofía y dicen que alguna vez guapa. Pero yo lo dudo (Mastretta, Vida). Estos grupos sintácticos pueden constituir turnos discursivos (Y Luisa también lo duda podría constituir una apostilla, por ejemplo) y también ser aislados como incisos, como en Podría considerarse halagador, o por lo menos reconfortante, que los reclamos de los capitalistas foráneos no estén relacionados como tradicionalmente ocurría con la inestabilidad institucional (Prensa [Arg.] 17/5/1992).
31.1.3e Algunas conjunciones subordinantes parecen admitir términos no oracionales. Así ocurre con que (menos frío que antes), como (tan ricos como nunca), cuando (cuando la guerra, asimilable en alguna medida a las preposiciones), si (La reunión, si no amena, al menos fue útil), si bien (El terreno, si bien largo, era insuficiente) y aunque: Es tarea, obligada, aunque sin duda ingrata, enfrentarse cuidadosamente a esta peculiar combinación de humanidad y ciencia (Sánchez Ron, Ciencia). Cabe añadir excepto (excepto tú), aunque es inestable la inclusión de esta voz, que admite infinitivos, entre las conjunciones subordinantes o las coordinantes (§ 31.6.3e). Los grupos sintácticos formados por las conjunciones subordinantes más una oración con verbo en forma personal pueden constituir también enunciados no dependientes, por ejemplo en las expresiones exhortativas o desiderativas: ¡Que te calles!; ¡Si tuviéramos suerte!; ¡Como si yo lo supiera! (§ 42.2.4).
31.1.3f Las conjunciones subordinantes no admiten pausa ante la oración que introducen, salvo cuando intercalan algún inciso, como en Dijo que, mientras viviera, no se tocaría el dinero. No aparecen tampoco en posición final absoluta ni en incisos. Estas propiedades permiten distinguirlas de los adverbios o expresiones adverbiales que funcionan como conectores o marcadores discursivos, y establecen alguna conexión semántica entre las oraciones que los contienen y el discurso previo. Así, el significado concesivo de la locución adverbial con todo es similar al de la conjunción aunque, pero, a diferencia de ella, puede aparecer entre pausas (Nadie, con todo, estaba enterado ~ *Nadie, aunque, estaba enterado) o en posición final de la oración (Nadie estaba enterado, con todo ~ *Nadie estaba enterado, aunque). En la tradición se solían analizar como conjunciones muchas partículas cuyo comportamiento es similar al de con todo. La mayor parte de ellas se consideran actualmente adverbios o locuciones adverbiales que funcionan como conectores discursivos de diversos tipos.
31.1.3g El grupo más numeroso de conjunciones subordinantes está constituido por las locuciones conjuntivas. Reciben esta denominación las expresiones compuestas por dos o más términos que funcionan como una sola conjunción. Son escasas las locuciones conjuntivas coordinantes, como o bien o así como, pero son muy numerosas las subordinantes. Se describen brevemente en el § 31.6.1.

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