1.- Explica cuál
es el comportamiento de Parmeno a lo largo de la obra.
2.- Celestina, para seducir a Melibea, busca refuerzos en la brujería. ¿Crees que
dan resultado? Justifica tu
respuesta.
3.- Esta historia transcurre en
un contexto en el que el catolicismo tiene mucho poder, en la obra, Celestina pide confesión antes de morir, Calisto también pide confesión cuando yace
moribundo tras caer del muro, Melibea se suicida. Los tres mueren sin recibir
la confesión que perdonaría sus culpas. ¿Crees que Rojas quiere transmitir
algún mensaje moral o religioso?. Desarrolla la respuesta.
4.- Localiza y
comenta los siguientes textos en función de tu lectura.
A.- CELESTINA.- ¡Mala landre te mate! ¡Y cómo lo dice el desvergonzado! Dejadas burlas
y pasatiempos, oye ahora, mi hijo, y escucha. Que, aunque a un fin soy llamada,
a otro soy venida y aunque contigo me haya hecho de nuevas, tú eres la causa.
Hijo, bien sabes cómo tu madre, que Dios haya, te me dio viviendo tu padre. […]
Que, como Séneca nos dice, los peregrinos tienen
muchas posadas y pocas amistades, porque en breve tiempo con ninguno no pueden
firmar amistad. Y el que está en muchos cabos, está en ninguno. Ni puede
aprovechar el manjar a los cuerpos que en comiendo se lanza, ni hay cosa que
más la sanidad impida que la diversidad y mudanza y variación de los manjares.
Y nunca la llaga viene a cicatrizar, en la cual muchas medicinas se tientan. Ni
Dios envió a dos ángeles a Sodoma para salvar a Lot y su familia, antes de
destruir la ciudad a causa de sus horribles pecados. Al ver a esos ángeles, los
sodomitas intentaron violarlos. Sempronio hace un chiste, ya que Sempronio
quiere tener relaciones sexuales con Melibea, a quien proclama como su dios. la
planta, que muchas veces es traspuesta. Ni hay cosa tan provechosa que en
llegando aproveche. Por tanto, mi hijo, deja los ímpetus de la juventud y
tórnate con la doctrina de tus mayores a la razón. Reposa en alguna parte. ¿Y
dónde mejor que en mi voluntad, en mi ánimo, en mi consejo, a quien tus padres
te remetieron? Y yo, así como verdadera madre tuya, te digo, so las maldiciones
que tus padres te pusieron, si me fueses inobediente, que por el presente
sufras y sirvas a este tu amo, que procuraste, hasta en ello haber otro consejo
mío. Pero no con necia lealtad, proponiendo firmeza sobre lo movible, como son
estos señores de este tiempo. Y tú gana amigos, que es cosa durable. Ten con
ellos constancia. No vivas en flores . Deja los vanos prometimientos de los
señores, los cuales desechan la sustancia de sus sirvientes con huecos y vanos
prometimientos. Como la sanguijuela saca la sangre, desagradecen, injurian,
olvidan servicios, niegan galardón. ¡Ay de quien en palacio envejece ! Como se
escribe de la probática piscina5 , que de ciento que entraban, sanaba uno.
Estos señores de este tiempo más aman a sí que a los suyos. Y no yerran. Los
suyos igualmente lo deben hacer. Perdidas son las mercedes, las magnificencias,
los actos nobles. Cada uno de estos cativa y mezquinamente procuran su interés
con los suyos. Pues aquellos no deben menos hacer, como sean en facultades
menores, sino vivir a su ley. Dígolo, hijo Pármeno, porque este tu amo, como
dicen, me parece rompenecios
PÁRMENO.- Celestina, todo tremo en oírte. No sé qué haga, perplejo estoy. Por
una parte, téngote por madre; por otra, a Calisto por amo. Riqueza deseo; pero
quien torpemente sube a lo alto, más pronto cae que subió. No querría bienes
mal ganados. : de todos se quiere servir sin merced. Mira bien, créeme. En su
casa cobra amigos, que es el mayor precio mundano. Que con él no pienses tener
amistad, como por la diferencia de los estados o condiciones pocas veces
acontezca. Caso es ofrecido, como sabes, en que todos medremos y tú por el
presente te remedies. Que lo otro que te he dicho, guardado te está a su
tiempo. Y mucho te aprovecharás siendo amigo de Sempronio.
B.- SEMPRONIO.- ¿Qué dices de sirvientes? ¿Parece por tu razón que nos puede venir a
nosotros daño de este negocio y quemarnos con las centellas que resultan de
este fuego de Calisto? ¡Aun al diablo daría yo sus amores! Al primer
desconcierto que vea en este negocio, no como más su pan. Más vale perder lo
servido que la vida por cobrarlo. El tiempo me dirá qué haga. Que primero que
caiga del todo, dará señal, como casa, que se acuesta. Si te parece, madre,
guardemos nuestras personas de peligro. Hágase lo que se hiciere. Si la
hubiere, hogaño; si no, a otro año; si no, nunca. Que no hay cosa tan difícil
de sufrir en sus principios que el tiempo no la ablande y haga comportable.
Ninguna llaga tanto se sintió que por luengo tiempo no aflojase su tormento; ni
placer tan alegre fue que no le amengüe su antigüedad. El mal y el bien, la
prosperidad y adversidad, la gloria y pena, todo pierde con el tiempo la fuerza
de su acelerado principio. Pues los casos de admiración y venidos con gran
deseo, tan presto como pasados, olvidados. Cada día vemos novedades y las oímos
y las pasamos y dejamos atrás. Diminúyelas el tiempo, hácelas contingibles
CELESTINA.- Bien has dicho. Contigo estoy, agradado me has. No podemos errar.
Pero todavía, hijo, es necesario que el buen procurador ponga de su casa algún
trabajo, algunas fingidas razones, algunos sofísticos .[…] ¿Qué me dirás, sino
que, a tres días pasados o a la segunda vista, no hay quien de ello se
maraville? Todo es así, todo pasa de esta manera, todo se olvida, todo queda
atrás. Pues así será este amor de mi amo: cuanto más fuere andando tanto más
disminuyendo. Que la costumbre luenga amansa los dolores, afloja y deshace los
deleites, desmengua las maravillas. Procuremos provecho, mientras pendiere la
contienda. Y si a pie enjuto le pudiéremos remediar, lo mejor, mejor es; y si
no, poco a poco le soldaremos el reproche o menosprecio de Melibea contra él.
Donde no, más vale que pene el amo que no que peligre el mozo.: ir y venir a
juicio, aunque reciba malas palabras del juez. Siquiera por los presentes, que
lo vieren; no digan que se gana holgando el salario. Y así vendrá cada uno a él
con su pleito y a Celestina con sus amores.
C.- PLEBERIO.- Alisa, amiga, el tiempo, según me parece, se nos va, como dicen, entre
las manos. Corren los días como agua de río. No hay cosa tan ligera para huir
como la vida. La muerte nos sigue y rodea, de la cual somos vecinos y hacia su
bandera nos acostamos, según natura. Esto vemos muy claro, si miramos nuestros
iguales, nuestros hermanos y parientes en derredor. Todos los come ya la
tierra, todos están en sus perpetuas moradas. Y pues somos inciertos cuándo
habemos de ser llamados, viendo tan ciertas señales, debemos echar nuestras
barbas en remojo y aparejar nuestros fardeles acabarlo conmigo: cumplir. para
andar este forzoso camino; no nos tome improvisos ni de salto aquella cruel voz
de la muerte. Ordenemos nuestras ánimas con tiempo, que más vale prevenir que
ser prevenidos. Demos nuestra hacienda a dulce sucesor, acompañemos nuestra
única hija con marido, cual nuestro estado requiere, porque vayamos descansados
y sin dolor de este mundo. Lo cual con mucha diligencia debemos poner desde
ahora por obra y lo que otras veces habemos principiado en este caso, ahora
haya ejecución31. No quede por nuestra negligencia nuestra hija en manos de
tutores
ALISA.- Dios la conserve, mi señor Pleberio, porque nuestros deseos veamos
cumplidos en nuestra vida. Que antes pienso que faltará igual a nuestra hija,
según tu virtud y tu noble sangre, que no sobrarán muchos que la merezcan. Pero
como esto sea oficio de los padres y muy ajeno a las mujeres, como tú lo
ordenares seré yo alegre; y nuestra hija obedecerá, según su casto vivir y
honesta vida y humildad. , pues parecerá ya mejor en su propia casa que en la
nuestra. Quitarla hemos de lenguas de vulgo, porque ninguna virtud hay tan
perfecta que no tenga vituperadores y maldicientes. No hay cosa con que mejor
se conserve la limpia fama en las vírgenes que con temprano casamiento. ¿Quién
rehuiría nuestro parentesco en toda la ciudad? ¿Quién no se hallará gozoso de
tomar tal joya en su compañía? En quien caben las cuatro principales cosas que
en los casamientos se demandan, conviene a saber: lo primero discreción,
honestidad y virginidad; segundo, hermosura; lo tercero el alto origen y
parientes; lo final, riqueza. De todo esto la dotó natura. Cualquiera cosa que
nos pidan hallarán bien cumplida.
D.- Mi triste hija quiso
tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos
hechos haces. No das iguales galardones. Inicua es la ley, que a todos igual no
es. Alegra tu sonido; entristece tu trato. Bienaventurados los que no conociste
o de los que no te curaste. Dios te llamaron otros, no sé con qué error de su
sentido traídos. Cata que Dios mata los que crió; tú matas los que te siguen.
Enemigo de toda razón, a los que menos te sirven das mayores dones, hasta
tenerlos metidos en tu congojosa danza. Enemigo de amigos, amigo de enemigos,
¿por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre y mozo.
Pónente un arco en la mano, con que tiras a tiento; más ciegos son tus
ministros, que jamás sienten ni ven el desabrido galardón que saca de tu
servicio. Tu fuego es de ardiente rayo, que jamás hace señal donde llega. La
leña que gasta tu llama son almas y vidas de humanas criaturas. Las cuales son
tantas que de quién comenzar pueda, apenas me ocurre. No sólo de cristianos;
mas de gentiles y judíos y todo en pago de buenos servicios37. […] Del mundo me
quejo, porque en sí me crió, porque no me dando vida, no engendrara en él a
Melibea, no nacida no amara, no amando cesara mi quejosa y desconsolada
postrimería. ¡Oh mi compañera buena! ¡Oh mi hija despedazada! ¿Por qué no
quisiste que estorbase tu muerte? ¿Por qué no hubiste lástima de tu querida y
amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me
dejaste, cuando yo te había de dejar? ¿Por qué me dejaste penado? ¿Por qué me
dejaste triste y solo in hac lachrymarum valle
No hay comentarios:
Publicar un comentario