Caballeros 1

viernes, 26 de febrero de 2021

Venus y Adonis de William Shakespeare.

 




El mito

El mito de Adonis es una leyenda de origen sirio. La versión más antigua conocida de este mito cuenta que Mirra (o Esmirna), hija de Tías (rey de Siria), fue objetivo de la ira de Afrodita, la cual le hizo desear una relación incestuosa con su propio padre. Él, engañado, cayó en el incesto y este fue consumado. Sin embargo, Tías, al darse cuenta de que había sido engañado, persiguió a su hija con un cuchillo para darle muerte. Mirra huyó e imploró la protección de los dioses, los cuales la transformaron en árbol para protegerla (el árbol de la mirra). Diez meses después surgió un niño de debajo de la corteza de este árbol, cuyo nombre sería Adonis.

Afrodita, embaucada por la belleza del niño, decidió recogerlo y confiárselo a Perséfone (diosa de los infiernos) para que lo cuidara, pero Perséfone también quedó prendada del niño y no quiso devolvérselo a Afrodita. Para resolver la disputa entre las diosas fue necesaria la intervención de Zeus, quién decidió que Adonis viviría un tercio del año con Afrodita, otro con Perséfone y el último donde él deseara. El resultado fue que Adonis pasaba dos tercios del año junto a Afrodita y solo uno junto a Perséfone (aquí hay que ver la vinculación del mito con la naturaleza, el mito de un niño nacido de un árbol que pasa un tercio del año bajo tierra y el resto en el exterior). Finalmente, un jabalí enviado por Artemisa hirió de muerte al joven durante una cacería.

Versiones posteriores fueron ampliando la leyenda. Así, por ejemplo, se buscó la razón de la ira de Afrodita en la osadía de la madre de Mirra al afirmar que su hija era más bella que la propia diosa; o se dijo que el jabalí no había sido enviado por Artemisa, sino por el celoso amante de Afrodita, Ares. También se vinculó a esta historia el origen de las rosas y las anémonas, que se supone surgieron de las lágrimas Afrodita y de la sangre derramada por Adonis.

Londres, 1593: una epidemia de peste ha obligado a cerrar todos los teatros. Llevado por la irrefrenable pasión por la escritura pero también por la carnal, un William Shakespeare de 29 años, dramaturgo ya con obras como Titus Andronicus o Ricardo III, muy enamorado pero no se sabe bien de quién, no puede estrenar obra nueva pero tampoco detener su pluma, por lo que crea el poema narrativo Venus y Adonis. La fogosidad sensual y sexual es clara: es la historia de un deseo, una tentación y una seducción tan ardiente como fríamente frustrada. El éxito de la que quizá sea la obra donde la excitación sexual de Shakespeare es más explícita es total porque se convierte en el libro más vendido de la época isabelina, con 16 ediciones en 47 años…

El texto de Shakespeare recoge fielmente el argumento del mito narrado por Ovidio en el décimo libro de Las metamorfosis.

La diosa Venus se enamora del apuesto joven Adonis y se le ofrece insistentemente, pero éste la rechaza. Se trata de un lírico y apasionado "quiero y no puedo", en el que el desinterés de Adonis funciona como resorte erótico para el lector.

El caballo de Adonis suelta sus riendas para correr tras una yegua. Venus consigue acostarse con Adonis, y quiere volver a verlo al día siguiente, pero él le dice que irá a cazar un jabalí. Venus lo pide que no lo haga, porque presiente que el jabalí le matará.

Al día siguiente, Adonis muere atacado por el jabalí, y Venus sentencia que desde ese momento el amor irá acompañado del dolor.

La muerte de Adonis ejerce de contrapunto vencedor del amor de Venus, aportando una versión más de esta clásica dicotomía.

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