Caballeros 1

martes, 5 de mayo de 2020

Literatura Universal . semana del 4 al 8. 2ª jornada.

Seguimos leyendo.
https://premiumglobalmagazine.files.wordpress.com/2014/11/adolfo-bioy-casares-diario-de-la-guerra-del-cerdo.pdf



Como vemos la novela tiene un personaje central Isidoro Vidal, un hombre de 50 años, que para algunos puede pasar por joven (al menos por el momento) y para otros por viejo- En una guerra contra los viejos vidal no está excluído del peligro . Así, mientras que algunos le dicen que todavía es joven y que no tiene nada de qué preocuparse, en varias ocasiones debe huir de ataques juveniles y llega incluso a estar «marcado» para la muerte.
A medida que la novela avanza las medias tintas van quedando en el camino y las aguas se abren cada vez más, volviendo insostenible la cotidianeidad de Vidal y sus amigos, «los muchachos», los cuales no verán finalizar la guerra sin experimentar en el seno de su grupo la agresión y la muerte.

Lo más interesante de la novela es la reflexión que hace Bioy sobre la vejez (en un momento de su vida en que estaba ingresando inexorablemente en ella). Los viejos son presentados con crueldad, tanto que la publicación misma de Diario de la guerra del cerdo fracasó en Europa justamente porque los lectores tenían la misma edad que los viejos de la novela. De esta manera, podemos leer frases como: «Los viejos al hablar escupimos», «En la vejez todo es triste y ridículo: hasta el miedo de morir» , «Envuelto en cuero. Todo viejo se convierte en bestia» , «No hay nada peor que la vejez»  y, tal vez la más demoledora, «”La enfermedad no es el enfermo” –pensó– “pero el viejo es la vejez y no tiene otra salida que la muerte”» .

La vejez, en la historia,  es el lugar de lo repugnante, de lo desvaído y de la muerte, pero lo interesante es que, en medio de la guerra, las principales razones contra los viejos no son dadas por los jóvenes, sino por los viejos mismos. Son ellos los primeros en odiar la vejez, y por eso casi ninguno se asume de buenas a primeras como viejo, y por eso Vidal llega a pensar: «Qué a gusto me siento con los jóvenes» . Mientras que por un lado los jóvenes son violentos y descerebrados (aunque se dice que la guerra tiene sus razones, éstas no parecen guiar los ataques ni las agresiones), por el otro los viejos aparecen, muchas veces, como" merecedores" de la violencia de la que son víctimas: son egoístas y cobardes.

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