Caballeros 1

miércoles, 13 de mayo de 2020

3º de ESO, semana del 11 al 15, 3ª jornada.





Malaherba, Capítulo 2, continuación.

Aquel día Ojitos andaba por la panadería con una sudadera de capucha. Siempre había muchísima gente en la panadería a esas horas, parecía un bar de domingo por la mañana en el pueblo. A mí me gustaba porque, como tardaban en atendernos, me iba a los hornos donde se hacían el pan y las napolitanas y aquello olía como si se acabase de inaugurar el mundo. Julián, el panadero, siempre me decía que tenía que ir a las seis de la mañana o una hora así de bestia, porque entonces se hacía mucho más pan y todo olía aún mejor. Así que cuando me despertaba en medio de la noche y mamá venía a la cama yo le decía: antes de ; volver a dormirme, que en lugar de ir al baño prefería bajar a la panadería.· Si Julián me preguntase qué pensaba cuando tenía diez años, podría decirle: «En lo mucho que quería bajar a la panadería de madrugada, y no podía».
Ese día no me dio tiempo a ir a los hornos porque   en la cola de la panadería, ademas de Dani Oji- ais y, su niñera ya estaban Armando Claudia y Elvis .Juraría ahora que Armando estaba en pantuflas o algo muy parecido; en cualquier caso era un calzado muy cómodo  que me llamó la atención. Nos preguntó por papá y a mí me salió decirle que estaba vivo. Después nos invitó a Reme y a mí a subir a su casa cuando acabásemos de comer para hacer los deberes juntos. Era perfecto porque al menos el día anterior Armando apenas nos había molestado:aquello de trabajar en casa se lo tomaba muy en serio .  Elvis llevaba una mochila de las tortugas ninjas• Jugamos allí mismo a los mosqueteros, salimos a la calle de vez en cuando y pisamos la carretera.
Entonces Daisy se acerco a nosotros, nos contó su vida sin venir a cuento y acabó preguntándonos si queríamos hacer los deberes con Dani Ojitos. Si nos «apetecía» hacer los deberes con Ojitos, como si pudiésemos poner en el examen que estudiamos con él para que la profesora se llevase buena impresión. 'Elvis dijo que sí con la cabeza. Yo, que no podía ni hablar, me puse a hacerme el interesante mirando la.carta de helados, como si aún hubiese helados en la panadería o como si estuviese puesta la carta.
Así que en aquella panadería estábamos esas «dos almas errantes», como nos llamó Rebe al vernos ese día en el recreo, y el auténtico Dani Ojitos, otro que bien mirado tenía un libro. Resulta que Ojitos vendría a casa de Elvis a pasar la tarde, y que nos juntaríamos allí los tres. Eso pensaba yo, pero Rebe dijo que ya venamos, porque teníamos que esperar a que llegase mamá del hospital con noticias de papá. La cosa iba a funcionar así: mamá le iba a contar a Rebe qué le pasaba a papá. Lo haría con un lenguaje un poco más estúpido que el doctor Iglesias, lo cual iba a ser difícil, y después Rebe lo vulgarizaría todo de forma inimaginable hasta decírmelo a mí en secreto cuando estuviésemos solos. Tenía ganas de que me lo contase sólo para verlo.




Tarea de gramática.


El gerundio suele acompañar a un verbo en forma personal para expresar una acción simultánea o inmediatamente anterior:

Escuchando el cuento, se durmió.

Es incorrecto el gerundio que expresa una acción posterior a la del verbo.

Escuchó el cuento, durmiéndose poco después.

Corrige los errores que encuentres en estas oraciones
.

a) El coche se averió, teniendo que ser remolcado por la grúa.

b) Se votó la propuesta, aprobándose por unanimidad.
 También es incorrecto el gerundio que se usa con valor de adjetivo. ¿Cómo corregirías estas oraciones?

a) Encontró una caja conteniendo diez pastillas.

b) Se solicita secretaria hablando inglés y francés.

Malaherba capítulo 2

(Continúa)   El narrador, un niño de quince años, sigue relatando su experiencia cuatro años antes. Aquí están sus primeras impresiones sobre Elvis ¿Qué rasgos describe del niño?


  Le dije todo esto a Rebe en la cocina (menos lo ultimo)' mientras ella rompía unos huevos, y abría y cerraba cajones buscando unas tijeras para Dio sabe qué misterio. Rebe, como todas las hermanassera mamá cuando mamá no estaba; los hermanos: sin embargo, estamos absueltos de ser papá, lo cual no significa nada. Rebe es la hermana con la que cualquiera soñaría. Le dije que quería subir con Elvis en cuanto supiésemos qué tal estaba papá, y ella me preguntó si es que me gustaba tanto jugar con Elvis y le contesté la verdad, que me apetecía estar y jugar con él, aunque a veces me daba un poco de vergüenza por su torpeza o por cómo leía en clase, porque aquella mañana se marcó un recital en el dictado que había que oírlo. Olía bien, eso también se lo tuve que decir porque olía de maravilla.
 -Siempre que conoces a alguien te parece tu mejor amigo -dijo Rebe-. Luego pasa lo que pasa.
 Era verdad: me emocionaba. A veces sólo me faltaba mearme delante de ellos, aunque ahora que lo pienso eso ya lo hice una vez.
 -¿Luego pasa lo que pasa? ¿Y qué es lo que pasa? -pregunté.
 -Pasa que después no era para tanto.
-¡Siempre es para tanto!
  Rebe se rio. Hasta que conocí a Elvis, Rebe era la persona a la que más hacía reír. Luego llegó Elvis y le dio la vuelta a todo, pero yo no sabía a quién de los dos prefería hacer reír más. Pasamos mucho tiempo pensando en.la gente que nos hace reír, y elegimos estar siempre con ellos, pero nadie se da cuenta de que eso es muy egoísta: la gente no sólo tiene que hacerte reír a ti, tú también deberías hacer reír a los demás. Yo no tenía ninguna clasificación de la gente que me hacía reír, pero sí de a la que hacía reír yo y Rebe era la primera, además de porque era mi hermana, porque tenía una risa que «alegraba las plantas». Eso se lo decía así mamá, que cada vez que Rebe reía las plantas crecían un poco. Ya no teníamos plantas en casa, pero hubo una época en la que parecía una selva.
 -¿ Vamos a subir o no? ¿A ti no te cae bien Claudia?
 -Claudia es una sabihonda pero está sola, y no me gusta que nadie esté solo. No huele tan bien como Elvis porque ella se pone una colonia horrenda. Hoy le preguntamos qué colonia es para no usarla nosotros -dijo Rebe.
    Así fue como supe que subiríamos a casa de Elvis, y me puse contento porque de repente no sólo íbamos a pasar la tarde juntos haciendo los deberes, sino por la suerte de vivir tan cerca de él, a sólo un piso de ascensor. Era ese tipo de alegría inabarcable que reúne dentro alegrías más pequeñas, algo muy difícil de medir.
 Una de esas pequeñas alegrías era que fuese a estar con nosotros Dani Ojitos, tan callado y con su aspecto de estar siempre triste. Este año estaría en mi clase, porque era un año menor, aunque luego supe que había nacido el 1 de enero. Cuando me lo dijo aluciné, pero tardó mucho en hacerlo, porque Dani Ojitos hablaba poco y casi nunca de sí mismo.
Cuando llegó mamá a casa yo estaba viendo los dibujos en la salita de estar. A mi madre no la describo porque es la única persona a la que veo y me da vergüenza. Eso y que tampoco estoy describiendo mucho a nadie. Lo importante es que los tenga yo a todos en la cabeza como los recuerdo.

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