VERSIÓN DE PABLO NERUDA (Romeo y Julieta de William Shakespeare)
ROMEO
Si yo profano con mi mano indigna
este santuario, mi castigo es éste:
¡mis labios peregrinos se disponen
a borrar el contacto con un beso!
JULIETA
¡Injusto con tu mano, peregrino,
eres, porque ella se mostró devota!
No olvides que los santos tienen manos
y que se tocan una mano y otra
y palma a palma en el sagrado beso
de los romeros en la romería.
ROMEO
¿No tienen labios, santos y romeros?
JULIETA
¡Sólo para rezar, ay, peregrino!
ROMEO
¡Entonces, dulce santa, que los labios
hagan también lo que las manos hacen!
¡Ellos ruegan, concédeles la gracia
y así no desesperen de su fe!
JULIETA
¡Los santos no se mueven, aunque otorguen!
ROMEO
¡Entonces no te muevas, que mis ruegos
van a obtener la gracia que esperaban!
Si yo profano con mi mano indigna
este santuario, mi castigo es éste:
¡mis labios peregrinos se disponen
a borrar el contacto con un beso!
JULIETA
¡Injusto con tu mano, peregrino,
eres, porque ella se mostró devota!
No olvides que los santos tienen manos
y que se tocan una mano y otra
y palma a palma en el sagrado beso
de los romeros en la romería.
ROMEO
¿No tienen labios, santos y romeros?
JULIETA
¡Sólo para rezar, ay, peregrino!
ROMEO
¡Entonces, dulce santa, que los labios
hagan también lo que las manos hacen!
¡Ellos ruegan, concédeles la gracia
y así no desesperen de su fe!
JULIETA
¡Los santos no se mueven, aunque otorguen!
ROMEO
¡Entonces no te muevas, que mis ruegos
van a obtener la gracia que esperaban!
La mantis religiosa
Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm. de mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras caliente de la orilla del Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas,
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.
Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre,
Pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza cáscara.
Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho
vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
y dispuesta.
Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos
y el tejido del más distante vericueto, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
a la muerte.
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.
Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué
última palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra de
agradecimiento.
José Watanabe.
FRIKISBESOTES
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