Capítulo primero
1. Los «milagros, maravillas y sorpresas» son:
En la calle del Pez aparece un socavón que atraviesa la calle
de norte a sur. De la grieta salen gases sulfurosos, rugidos de
dolor y blasfemias.
Una víbora que sale de debajo de una piedra y que se va
convirtiendo sucesivamente en culebra, culebrón y en boa,
rodea el Alcázar y lo va apretando con ánimo de derribarlo.
Un niño encuentra un tesoro de monedas antiguas.
Las campanas de Santa Águeda tocan solas.
De una casa en ruinas surgen voces angustiosas.
2. La gente cree que el socavón es una puerta al Infierno porque de
él salen gases sulfurosos, es decir, que huelen a azufre,
elemento químico que se relacionaba con el Demonio. Además,
también salían gritos de dolor, que podrían ser de los
condenados, y blasfemias, palabras y expresiones contra Dios, la
Virgen o los santos.
3. La Inquisición o Santo Oficio fue una institución jurídica creada
durante la Edad Media. Tiene sus inicios en Francia, donde se
crea como respuesta al resurgimiento de la doctrina albigense,
considerada herejía. Pero no fue hasta el siglo XII, cuando la
Inquisición se constituyó como tal. Por esta época el Papa
Gregorio IX promulgó los Estatutos Excommunicamus, donde se
establecen severos castigos para los herejes.
El principal objetivo de este tribunal era investigar, juzgar y dar
castigo a toda aquella persona que fuera encontrada sospechosa
o culpable de herejía. Se consideraba un hereje a todo individuo
que se opusiera a los criterios y dogmas de la Iglesia Católica, ya
fuera desde sus creencias religiosas, descubrimientos o
investigaciones científicas o creaciones artísticas.
Los procedimientos para extirpar el desvío de lo ortodoxo eran la
censura o expurgo (libros, comedias, etc.), el castigo jurídico
(multa, confiscación, sambenito), o la ejecución en la hoguera
(reos rebeldes), en efigie (reos huidos o desaparecidos), por la
horca (reos de condición humilde reconciliados) o por el hacha
(reos de elevada condición social).
También se castigaban la brujería, las prácticas sexuales
prohibidas por la religión católica, el adulterio, la prostitución y
la sexualidad.
Los inquisidores eran exclusivamente frailes franciscanos y
dominicos.
La máxima autoridad oficial del Santo Oficio era el Inquisidor
General o Gran Inquisidor.
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