Caballeros 1

jueves, 9 de noviembre de 2017

Textos para el examen de Segundo de Bachillerato.

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el cielo, que van por el aire dormido engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
   José Martí Nuestra América.

Unamuno confiesa a Augusto que no es más que un ente de ficción, el producto de sus fantasías, en definitiva, un personaje de nivola. La duda sobre el azar queda aparentemente resuelta: Augusto no es libre para tomar sus propias decisiones, sino que su futuro está trazado de antemano. Como el personaje carece de libertad, el suicidio planeado por Augusto no es una posibilidad siempre y cuando Unamuno no lo haya previsto. Semejante descubrimiento hace que el personaje se rebele intentando proclamar su libertad, sobre todo basándose en la lógica interna, que impide al escritor hacer lo que le plazca. Lleno de impotencia Augusto plantea a Unamuno la posibilidad de que todo sea al contrario de lo que piensa, de que «sea usted [Unamuno] y no yo el ente de ficción, el que no existe en realidad, ni vivo, ni muerto… No sea que usted no pase de ser un pretexto para que mi historia llega al mundo». Viendo que Unamuno no le toma en serio le amenaza con matarle, lo que supone una violación absoluta de las leyes naturales de la ficción. Para castigar al personaje que se ha atrevido a rebelarse contra su creador, Unamuno le anuncia que próximamente se producirá su muerte irrevocablemente.
   Unamuno cae en varias contradicciones: primero dice que el personaje no puede suicidarse porque al ser un ente de ficción no está ni vivo ni muerto, pero un poco más adelante le anuncia su muerte, para volver a contradecirse luego diciendo que «un ente de ficción es una idea, y una idea es siempre inmortal», ya que permanecerá siempre viva en la mente de los lectores y mientras haya un lector de Niebla Augusto Pérez seguirá con vida. Esta idea no contenta a Augusto, que en un desgarrado grito existencialista, eco del pensamiento del propio Unamuno, advertirá a los lectores de la fragilidad de su contingencia: «¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera, se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos, sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo, Augusto Pérez, ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros».

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 Pardo Bazán abre el debate sobre la lucha entre los géneros, porque esto podría suponer un obstáculo al progreso y un factor negativo en la entrada de España en la modernidad. Según apunta, la escritora, mientras que la mujer española no tenga los mismos derechos que los hombres, y sean rehenes del pasado, constituirán un lastre político y social para la nueva España moderna que se está gestando a finales del XIX.
“La incorporación de la mujer a una sociedad en proceso de la modernización lo constituyen las pautas de empleo femenino fuera del hogar, que, al igual que sucedía con las de empleo masculino, revelan el desplazamiento del sector agrícola a los sectores industrial y de servicios típicos de las economías en proceso de modernización”.
Otro signo de cambio a tener en cuenta fue la mejora del sistema de enseñanza pública, lo que dio oportunidad de acceder a la alfabetización, tanto a hombres como a mujeres. Lo que hace que surja un tipo de mujer moderna en núcleos urbanos, independiente e intrépida que se niega a seguir relegada al hombre y fuera de la Universidad.
“Como documenta Shirley Mangini en “Las Modernas de Madrid”, la difusión en las décadas de 1910 y 1920 de este nuevo modelo de identidad femenina entre las clases medias y altas urbanas dio lugar a un nutrido grupo de mujeres intelectuales que desempeñaron un papel prominente en los avances sociales, políticos y culturales del período”.

http://webs.ucm.es/info/especulo/numero47/mujevang.html

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