Caballeros 1

domingo, 17 de septiembre de 2017

Leyenda celta: Melusina.

 El rey Elinas de Albión perdió a su mujer muy joven, y nada podía consolarlo. Para intentar olvidar su soledad salía cada mañana a cazar sin ninguna compañía. Un día, a mitad de la jornada, llevado por el cansancio se acercó a una fuente a beber.
Una bella mujer de cabellos rubios y piel blanca estaba sentada en el borde de la fuente. La joven se llamaba Pressina y era un hada de buen corazón. Cuentan que el rey, nada más verla, quedó impresionado de la belleza de la joven y le pidió que se casara con ella. - Me casaré contigo, noble caballero, pero tienes que prometerme una cosa. Nunca podrás verme en el momento de dar a luz, porque entonces me veré obligada a dejar tu presencia. - Así lo haré, amada mía. Y cuentan que se casaron y fueron muy felices. Llevaban muy poco tiempo de casados cuando ella quedó en estado, y el día del parto avisaron las doncellas al rey de que su mujer estaba dando a luz a tres hermosas niñasEl padre, llevado por la emoción, entró en la alcoba ante la sorpresa de su amada. En ese momento desaparecieron las cuatro, el hada Pressina y sus tres hijas: Melior, Palestina y Melusina, que se refugiaron en la Isla de Avalon.
Crecieron las niñas sabiendo que vivían pobremente allí cuando podían ser princesas, si no hubiera sido por el descuido de su padre, y desde muy pequeñas reprocharon a su padre el error que cometió. Con los años este sentimiento se fue convirtiendo en odio y querían venganza. Incitadas por Melusina, las tres hermanas aprovecharon un descuido para encerrar a su padre en el Monte Braudelois, de donde no pudo salir. Cuando la madre supo lo que sus hijas habían hecho con el hombre que ella tanto había amado les echó una maldición. Melior fue encerrada en un castillo,condenada hasta el fin de sus días a proteger a un gavilán prodigioso,pero a pesar del encierro conservaba su belleza. Palestina no podía salir de una cueva en el condado de Barcelona.A Melusina le tocó la peor parte, la convirtió en serpiente de cintura para abajo y le dijo:- Y tú, Melusina, por ser la instigadora del crimen cometido contra tu padre, tendrás que cuidar toda tu vida de la fuente sagrada. Puedes vivir si quieres como mortal, pero eso sí, todos los sábados la mitad de tu cuerpo se convertirá en serpiente, para que nunca olvides el mal que has hecho contra tu progenitor. Y podrás casarte si quieres, pero nunca podrá tu marido verte mientras estés en ese estado. Si alguna vez rompe esta condición deberás abandonarlo al instante y pasarás el resto de tus días convertida en serpiente.... "
Cierto día, habiendo salido a cazar, Raymondin mata accidentalmente a Aymeric de Poitou cuando lo que intentaba era salvarle la vida del ataque de un jabalí. Desolado e invadido por la desesperación, Raymondin vaga por los bosques sin saber como comunicará tan infausta nueva a los hijos del muerto, mas hete aquí que, junto a una fuente, La fuente de la sed, se encuentra a una bella muchacha vestida de blanco: es el hada Melusina. Melusina le consuela y le da la solución para explicar a los hijos del conde de Poitou, como sucedió la muerte accidental de su padre.
Raymondin, prendado tanto de su belleza como de su sabiduría, la pide en matrimonio, imponiéndole ella sólo la condición de que los sábados le permita retirarse a sus aposentos sin ser vista en todo un día y una noche, a lo que su enamorado se aviene sin discutir. El caballero regresa a la corte del hermano de su padre y relata a sus primos como sucedieron los hechos conducentes a la muerte del conde; sus primos aprecian la nobleza de su conducta y no tienen nada que reprocharle, al contrario, pues le ofrecen como regalo de bodas unas tierras que él debe elegir, entonces el hada Melusina le aconseja que pida toda la extensión que pueda caber en una piel de ciervo, y, cogiendo esa piel, hace largas tiras de ella, las cuales, al ser enlazadas, dan un inmenso territorio que desde entonces será su feudo. Ambos contrajeron nupcias y Melusina le hizo el presente de construir, con ayuda de otras hadas y entidades mágicas, el castillo de Lusignan para él, aparte de la capilla en la que se casaron.
 
Vivieron felices muchos años, hasta que un malhadado día, el conde de Forez, hermano de Raymondin, en el transcurso de una alegre cena que se celebraba precisamente la noche de un sábado, vertió insidioso en su oído comprometedoras dudas acerca de la desaparición de su esposa Melusina, ya que no compartía con ellos la mesa. Entonces, Raymondin, acicateada su curiosidad, subió a las estancias del hada y espiándola por el agujero de la cerradura pudo descubrir el secreto tan celosamente guardado; ella estaba en el baño y de cintura para abajo era una serpiente.
Con todo, y porque la amaba, Raymondin prefirió callar y no comentarle a nadie lo que había visto. Sin embargo, tiempo después, uno de sus hijos, Geoffroy, enzarzado en lucha fraticida con su hermano Fromont, acabó con la vida de éste, arrasando el convento en donde era monje, con cuya existencia pagaron también los demás religiosos al haberle acogido.

 Raymomdin entonces acusó a Melusina de haberle traído la desgracia a su linaje, y rechazando las muestras de consuelo que su esposa le ofrecía la trató de odiosa serpiente, lo cual hizo comprender al hada que el secreto había sido descubierto, o sea, que Raymondin no cumplió su palabra dada como caballero.
Melusina, herida en lo más profundo por la traición, se encolerizó y huyó volando del castillo, para no volver más que de noche a visitar a sus hijos, pero nunca a Raymondin, quien la perdió para siempre, acabando sus días como ermitaño en la montaña de Montserrat.
La leyenda del hada Melusina es una de las más curiosas y extravagantes que nos ha regalado la Edad Media. Popularizada por Jean D’Arras en el siglo XIV y magistralmente recreada por Manuel Mujica Láinez en su novela El Unicornio, podemos encontrar un buen artículo sobre ella en la Wikipedia.
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