Caballeros 1

domingo, 15 de enero de 2017

De sirenas.

La sirena del Orzán.


El cardenal Jerónimo del Hoyo se hacía eco en el siglo XVII de la presencia en los alrededores de A Coruña de «certos peixes semellantes a homes, agás no feito de teren mans e pés lixeiramente tortos por culpa da natación que practican arreo. Estes exemplares, a quen chaman homes mariños, posúen nas súas costas finas e pretas espiñas que semellan pelos, e deles din os mareantes que a súa presenza nas augas é sinal de boa pesca, alén de seren amigos dos humanos, que acostuman darlle pan». Entre el mito y la ficción se sitúan testimonios de marineros que aseguran haberlos visto en el mar, tratando de subir a sus barcos o huyendo ante la presencia de los humanos.
   Otra de las leyendas que relaciona el apellido Mariño con las sirenas tiene su origen en Ares. El epicentro mitológico de la zona son las dos islas Miranda, asociadas a una sirena. Un hidalgo la descubre, se enamoran y se casan en secreto. Con el tiempo, las escamas dan paso a dos piernas y la sirena abandona su vida junto a las Mirandas. Añade la leyenda que fruto de la unión se inauguró el linaje de los Mariño. El escritor Antonio Reigosa ofrece una variante. «Un mariñeiro casa cunha serea muda e teñen un fillo -relata-; un día, farto do seu silencio, ameaza con matar ao cativo e a serea berra e expulsa algo que lle obstruía a gorxa».
   La más famosa de las sirenas gallegas es la de Finisterre, también se la relaciona con el apellido Mariño.  Allá por el año mil, el caballero Mariño cayó al mar y fue rescatado por la sirena de Finisterre. Ésta se enamoró de él y lo retuvo como amante. Después, le permitió volver a tierra; a cambio, ella se llevaría al mar a cada descendiente varón que naciera con los ojos azules. Gonzalo Torrente Ballester escribió un cuento ambientado en el siglo XX partiendo de esta leyenda.
 
 
  


 
http://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/11150/CC-66%20art%2013.pdf;sequence=1

La sirena de San Amaro

   También es muy conocida la estatua del sireno de Vigo, lo que no es tan conocida es su historia, El 10 de mayo de 1739, los pescadores del puerto de Vigo tuvieron un encuentro con un misteriosos ser marino. El diario irlandés Belfast Newsletter recoge la noticia en su edición del día siguiente.
El monstruo, llamado Merman por el autor de la noticia, fue capturado por algunos pescadores de la ciudad. Su descripción es bien extraña: medía aproximadamente 1, 70 metros desde sus pies a la cabeza, provista de una larga barba y bigotes. Su piel era negra y algo peluda.

El Merman tenía un cuello muy largo, brazos cortos y manos muy largas y exageradamente grandes en proporción a su cuerpo, con largos dedos, como los de un hombre y con las uñas en forma de garra.
Los dedos de los pies también eran muy largos y parecidos a los pies de un pato, con aletas en la zona del talón que parecían “las alas con las que los pintores representan al dios Mercurio en sus cuadros”. Para rematar la extraña morfología de este monstruo marino, en el extremo inferior de su espalda tenía una aleta de unos 30 cm de largo por 40 de ancho.

Desconocemos qué fue del ser, si fue devuelto nuevamente al mar o se conservó durante algún tiempo en el puerto. La noticia no arroja más luz pero, curiosamente, Vigo cuenta –entre sus muchos atractivos para el visitante- con la presencia de una estatua dedicada al Merman…o al Sireno, como es conocido en el lugar.

El Sireno, de Francisco Leiro
Este Sireno es un punto de referencia básico de la ciudad. Obra del escultor gallego Francisco Leiro, fue
instalado en la Porta do Sol en 1991 y representa un híbrido entre un humano y un pez. Elevado a 13 metros de altura sobre un pedestal hecho con dos columnas de granito negro pulido, este ser imaginario (o no) mira fijamente hacia el mar, tal vez recordando un tiempo en el que su morada se encontraba allí…
  
 También encontramos historias de sirenas en El Miño.

o en Lugo, esta es la de Foz.
 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario