En esa coyuntura, si ellas eran consideradas materia de contrato ¿por qué debían asumir sin rechistar la fidelidad matrimonial? Cumplían su parte en el negocio y discretamente manejaban sus emociones.
A pesar de que podían ser castigadas incluso con la muerte, en su pensamiento profundo las mujeres medievales parece que comprenden el adulterio, una relación nada problemática mientras no exista embarazo. De hecho, la solidaridad femenina se manifiesta en el apoyo que las mujeres se prestan entre sí para ocultar y resolver los problemas derivados de una preñez indebida, como se narra abiertamente en La Celestina.
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