Caballeros 1

lunes, 16 de noviembre de 2015

Mulleres no medievo.

La Educación es uno de esos campos en los que la mujer tiene cierto espacio en la Edad Media. Era ella, desde que la mayoría de la población es analfabeta, la encargada de transmitir la cultura y los conocimientos que poseía a los hijos y las hijas. Si nos referimos a las nobles, hoy en día sabemos que la mayoría de ellas sí cultivaron los saberes. Dominando la escritura y la lectura, aprendieron otras lenguas, se instruyeron en ciencias, y en música. Por el contrario, el acceso a la educación para las clases bajas fue mucho más complicado, especialmente en las zonas rurales.

De cualquier forma y a pesar de los conocimientos que tuviesen o su clase social, las instruían en la religión y las enseñaban a organizar un hogar. A las niñas plebeyas las iniciarán en la costura, el hilado y las tareas del huerto y el ganado y si tenían un negocio familiar, a las labores que debían desempeñar. A las nobles se las mostraba cómo dirigir al servicio así como buenos modales y el saber estar.
Las monjas eran las más afortunadas entre todas las mujeres si a la educación nos referimos ya que podían llegar incluso a conocer el latín y el griego y por tanto a leer y escribir. A pesar de que no era lo común, hoy en día sabemos de mujeres que retando a su tiempo, escribieron desde los conventos: Hildegarda de Bingen o Gertrudis de Helfta. Debieron enfrentarse a un cuestionamiento ya que se consideraban sin rigor por el simple hecho de ser mujeres.
Se las consideraba también con menor inteligencia, menos capacidades: las prescripciones o normas que debían seguir las mujeres, independientemente de su edad o clase social, se regían por libros de los monasterios o de la Antigüedad. Destacan las obras de fisiología que argumentaban que la diferencia entre sexos era una cuestión biológica: a las mujeres les atribuían unos humores fríos y húmedos, mientras que a los hombres se les consideraba calientes y secos, la perfección y medida de todas las cosas.
La naturaleza de las mujeres les hacía no sólo ser más débiles en los aspectos morales, sino también en los físicos, porque podía ser causante de todas sus enfermedades, entre ellas la menstruación -que no era sino todo aquello demoniaco que la mujer expulsaba por la vagina-.
Mujer medieval curando a un hombreEstos tratados fisiológicos, junto con otros escritos sobre moral y costumbres, así como una regulación jurídica muy negativa para la mujer, hicieron de la Edad Medía, en su mayoría, una etapa oscura, de austeridad y de prohibiciones para la mujer, en la que su comportamiento estuvo medido por la institución de la Iglesia como único garante del buen orden social y vigilado por los maridos como ejecutores de las normas. Pero también hubo luces.
Chistine de Pisan, una de las mujeres intelectuales más famosas de la Edad Media
En la actualidad se han multiplicado los estudios sobre esta época y sabemos gracias al trabajo de muchas historiadoras, de grandes mujeres que retaron a su tiempo o de actividades en las que la mujer era el centro. Una de ellas era la medicina familiar de la que las mujeres, especialmente aquellas rurales, tenían un conocimiento de las plantas y los remedios que podían utilizarse para curar las enfermedades.
Es por tanto una etapa de luz y de sombras, de pasos hacia delante y hacia atrás donde, desgraciadamente, la posición de la mujer fue de inferioridad pero donde, las mujeres buscaban huecos, agujeros por los que salir.
(Autora del texto del artículo/colaboradora de ARTEGUIAS:
Ana Molina Reguil

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