Estructura de la obra y valor del fragmento dentro de
ella
Externamente,
la novela se divide en cinco partes, sin titular ni numerar, cada una de las
cuales gira en torno a un personaje o a un suceso principal. Sin embargo, el
modo zigzagueante en que el narrador-cronista nos va contando la historia, con
frecuentes retrocesos, anticipaciones y superposiciones, hace que en ocasiones
no resulte sencillo situar un determinado fragmento en una de esas cinco
partes, pues la acción no avanza en absoluto de un modo lineal. Este novedoso
tratamiento del tiempo es una de las características típcas de las novelas
hispanoamericanas del “boom”.
La
primera parte de las cinco en que se divide la novela se centra especialmente
en la figura de Santiago Nasar, futura víctima del crimen que se nos anuncia
desde las primeras líneas de la novela, y en su familia. La segunda parte tiene
como eje principal al marido ultrajado, Bayardo San Román, y se desplaza luego
hacia la figura de Ángela y de su familia, mientras que en la tercera, los
protagonistas son los gemelos Vicario. Es especialmente llamativo el hecho de
que los sucesos que se nos narran en la cuarta parte (desde la autopsia y las
reacciones que siguieron al asesinato de Santiago, hasta el reencuentro de
Ángela y Bayardo diecisiete años después del crimen, pasando por todo lo
relativo al juicio de los gemelos) son cronológicamente posteriores a los de la
quinta y última parte, que se centra en las últimas horas de vida de Santiago y
en la descripción pormenorizada de su asesinato. Esta peculiar ordenación, o
más bien, este desorden cronológico, responde a la voluntad del autor de
concederle a la obra una estructura circular. En efecto, considerada
globalmente, podemos afirmar que la novela comienza con el anuncio de un asesinato
(ya desde la primera línea, y desde el propio título de la obra, se nos anuncia
que a Santiago Nasar lo van a matar) y termina con la descripción de ese crimen
tan anunciado. También podríamos señalar que en cierto sentido la obra tiene un
carácter abierto, pues la mayoría de los interrogantes con los que el narrador
aborda esta investigación permanecen sin resolver cuando concluye su crónica de
los hechos. En especial, el que tiene que ver con la “culpabilidad” de Santiago
Nasar, que no llega en ningún momento a demostrarse.
Según
lo dicho anteriormente, podemos considerar que el texto propuesto para
comentario pertenece al final de la segunda parte de la obra. Ya en la primera
parte se nos había adelantado parte de la información que aquí se nos cuenta
con detalle, pero es ahora cuando conocemos realmente cómo se produjo la
repudia de la esposa y cómo reaccionaron los familiares de Ángela ante la
noticia. A partir de este momento, comenzará la búsqueda de los hermanos
Vicario, en quienes ha recaído la responsabilidad de recuperar la honra perdida
de su hermana matando a Santiago Nasar. Esta escena tiene mucha importancia
dentro de la obra, porque esas palabras finales de Ángela, esa acusación,
constituyen el inicio del fin del protagonista de la novela. Un fin que, por
otra parte, ya estaba escrito.
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