
Por lo que se refiere al tiempo interno de la novela, la acción se desarrolla a lo largo de un año. El narrador aporta algunas referencias temporales: el inspector ha llegado a la ciudad “sólo unos meses antes, a principios de verano”; el crimen de Fátima sucede a finales del otoño o a principios del invierno; la violación de Paula se produce cuando faltaban dos semanas para las vacaciones de Navidad; el inspector (acostumbrado al Norte) dice que añora el frío y la lluvia del lejano invierno y el narrador dice que han pasado siete meses desde la muerte de Fátima. Con todos estos datos podemos afirmar que la novela se desarrolla siguiendo un orden lineal entre la primavera y el otoño de un año entre 1990 y 1995.
La mayor parte de la novela se desarrolla en un ambiente nocturno. Tanto el asesinato de la niña como la relación de Susana con el inspector suceden por la noche. Sólo los tres últimos capítulos se desarrollan a la luz del día, que simboliza la superación del temor tras la detención del asesino.
No se nombra la ciudad donde transcurre la acción de la novela, sólo se dice que es una ciudad “alta e interior”. Cuando la acción sucede fuera de la ciudad se describe el paisaje con elementos de ciudades andaluzas: olivares, cortijos, el color pardo o rojizo de la tierra, y además hay varias referencias al río Guadiana. Todo ello nos hace suponer que la ciudad donde suceden los hechos es Mágina, designación literaria de su Úbeda natal; pues encontramos el parque de la Cava, las plaza con la estatua del general, el hospital de Santiago y la parte antigua renacentista.
Los espacios exteriores tienen su importancia en la novela, ya que tanto el inspector como el asesino pasean a menudo por la noche por las calles de la ciudad. El inspector para detener al criminal y el asesino para gozar de la sensación de impunidad.
Los espacios interiores sirven para conocer mejor a los personajes, pues reflejan su personalidad y su modo de vida. La casa del inspector se describe como un piso vacío y este vacío físico no es más que una proyección de su estado de ánimo. El antiguo colegio donde vive el Padre Orduña nos ayuda a comprender mejor al personaje, pues se define como anticuado y decrépito. Las casas de las víctimas se caracterizan por la modestia propia de una familia trabajadora y por las abundantes fotografías de las niñas.
La decoración de la casa de Susana Grey refuerza su imagen de mujer culta e independiente.
La casa del asesino da una sensación de vulgaridad y opresión. Vive con sus padres, pero se encierra en su desordenada habitación, donde pasa las horas viendo películas pornográficas.
La cafetería de la plaza, el Monterrey, se describe desde la perspectiva del inspector. Su instinto de protección le hace sentarse en una mesa frente al ventanal que da a la plaza.
Estas precauciones hacen que sintamos el peligro de sufrir un atentado.
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