Caballeros 1

lunes, 24 de enero de 2011

Significación de la obra

Además del crimen y su investigación, “Plenilunio”, es una novela en la que el autor reflexiona sobre temas de actualidad como la violencia, el terrorismo, el mal, el amor, la insolidaridad de la sociedad actual y sobre el sensacionalismo de los medios de comunicación.
La violencia se manifiesta en los abusos sexuales a menores y en el asesinato de Fátima. También tenemos otro episodio, que recuerda el padre Orduña, sobre el abuso y asesinato de uno de los niños del internado a manos de un fraile perturbado. En ningún momento el narrador se muestra moralista, sino que se limita a contarnos los acontecimientos de forma objetiva. Pero el lector rechaza el mal y toma partido por las víctimas.
La otra violencia que planea por la novela es el terrorismo de ETA, que no sólo asesina con tiros en la nuca o coches bomba, sino que extiende su violencia al ámbito privado (policías y sus familias o empresarios extorsionados) con amenazas verbales, llamadas telefónicas a altas horas o con las pancartas en la calle. La mujer del inspector es víctima de esa otra violencia, que ha deteriorado su matrimonio y la ha llevado a un hospital psiquiátrico. La misma actitud desolada y escéptica del inspector es fruto de la amenaza del terrorismo.
Todos los personajes muestran su extrañeza sobre la existencia del mal y no son capaces de comprender los motivos que llevan al asesino a cometer los abusos sexuales y el crimen.
La insolidaridad de la sociedad se manifiesta en la impunidad con que actúan los asesinos. El secuestro de las niñas, el traslado hasta el parque, los restos de sangre no despiertan la sospecha de ningún ciudadano. Tanto los terroristas de ETA como el asesino pescadero logran cometer sus delitos ante la indiferencia, cuando no inhibición de los ciudadanos.
Otro tema presente es el del amor en una doble vertiente. Por un lado, el amor conyugal del inspector hacia su esposa, que es un amor roto, desgastado por el paso de los años y en el que no hay pasión. Pero el inspector no es capaz de romper el vínculo con su esposa, porque él se siente responsable de sus problemas psíquicos. La situación vivida en Bilbao, la presión y el acoso de ETA, son las causas de su internamiento en un psiquiátrico. Esto le impide iniciar una nueva vida con Susana Grey, que queda en adulterio.
La otra vertiente del amor la encontramos en la historia de amor del inspector con Susana Grey. La maestra aparece como la salvadora que le hace descubrir la auténtica pasión. Susana es el único personaje positivo de la novela. Se muestra como una mujer culta, aficionada a la literatura y a la música. Mujer divorciada, que ha tenido que criar a su hijo sola, que luego se va con su padre. Es una mujer independiente, que con 40 años, decide rehacer su vida tomando la iniciativa, algo impensable en décadas anteriores. Susana, la maestra, representa a la mujer moderna y liberada de las ataduras de la época de la dictadura.
También cabe destacar el sensacionalismo de los medios de comunicación, tan presentes en nuestra vida diaria. En efecto cuando se da la noticia del asesinato de Fátima, la plaza se llena de cámaras y de antenas móviles para transmitir al minuto, llegando incluso a los telediarios. En esta actitud de los medios parece que pesa más el morbo para lograr audiencia que la información. Prueba de ello es el abandono de todos los medios cuando pasa el momento y la investigación no avanza. Consciente de ello el inspector quiere evitar que la noticia del ataque de Paula llegue a la prensa. Este hecho va a ser fundamental para detener al asesino. También asombra la aceptación silenciosa de la violencia y del terror suministrados a diario por los medios de comunicación.
Muñoz Molina muestra al asesino como una figura despreciable sin que quepa ninguna coartada estética ni relativista y vuelca toda su piedad solidaria con el dolor de las víctimas y de su entorno.
En “Plenilunio” se hace un claro homenaje a las víctimas, frecuentemente abandonadas en el sistema jurídico español, si bien los asesinos tienen todo tipo de garantías procesales.
El autor parece buscar una reacción extrema de rechazo a la violencia. Como si la escritura tuviera una función catártica. Enfrenta al lector con detalles de unas descripciones que pueden herir su sensibilidad y su conciencia moral: “Los muertos hablan, decía Ferreras (…), muestran sin palabras todo lo que fueron (…), el hígado hinchado por el alcohol, las caries, el alquitrán en los pulmones (…), la irritación en los esfínteres por falta de higiene, los efectos del trabajo en las manos, las huellas de la nicotina”. (págs. 163-164).
La novela fue bien recibida por la crítica (Juan A. Masoliver en “La Vanguardia”, Ricardo Senabre en el “ABC Cultural” y García-Posada en “El País”) y por el público lector y recibió varios premios nacionales e internacionales: Premio Euskadi de Plata (19979; Premio Femina Etranger a la mejor novela extranjera publicad en Francia; Premio de la revista “Elle” y Premio “Crisol” en 1998.
En el año 2000 Imanol Uribe estrenó la adaptación al cine de “Plenilunio”. Colaboró en la adaptación Elvira Lindo en calidad de coguionista. Interpretó al policía Miguel Ángel Solá, al Padre Orduña Fernando Fernán-Goméz y al asesino y violador Juan Diego Botto.

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