
Pero a pesar de que la tercera persona es el punto de vista predominante, aparece la confesión personal en 1ª persona inserta dentro de un diálogo. Por ejemplo cuando Susana cena por primera vez con el inspector le cuenta las vicisitudes de su fracaso matrimonial o cuando el inspector habla con el Padre Orduña sobre la búsqueda del asesino y sobre su vida en el colegio.
En cuanto a las técnicas narrativas tenemos varios hilos narrativos: el primero y primordial, la trama policial; el segundo las vivencias del inspector en el País Vasco y el temor a un atentado terrorista y el tercero, en contrapunto ante tanta desolación, la historia de amor entre el inspector y Susana.
En el desarrollo de la trama cada capítulo suele estar dedicado a un personaje. A veces en un mismo capítulo, de forma alterna, a personajes o acontecimientos distintos. Esta forma de narrar parece que tiene influencia del cine o de las series de televisión.
También utiliza la técnica del suspense para despertar el interés del lector. Se interrumpe el relato en momentos de máxima tensión dejando al lector con la intriga de lo que sucederá. Así en el capítulo 20 el asesino ha seguido a la 2ª niña, Paula, hasta el ascensor de su casa y una vez dentro, la narración se para de forma abrupta cuando golpea con fuerza el botón de stop. Tendremos que esperar hasta el capítulo 22 para saber qué ha pasado.
El suspense en la novela se construye sobre la oposición entre el avance de la investigación del crimen sexual y la planificación silenciosa del atentado de ETA contra el inspector. Sabemos que el asesino de la niña está libre y puede volver a actuar y sabemos, también, que un asesino acecha al policía, porque ha visto su imagen en televisión y sabe dónde encontrarlo. Pero estas dos líneas de suspense culminan al final de la novela, el asesino es puesto a disposición judicial y el terrorista conseguirá su objetivo: atentar contra el inspector.
Desde el propio título (Plenilunio) la luna está presente en casi todos los capítulos de la novela y en los momentos de clímax como luna llena. La luna actuaría a modo de elemento cohesinador. Veamos algunos ejemplos:
El inspector busca la mirada del asesino de noche, bajo la luz de la luna; los ataques se producen siempre con la luna en fase de luna llena; la luna es el único testigo del primer encuentro íntimo del inspector y Susana; la luna llena será la clave para la resolución del crimen. El inspector intuye que el asesino volverá al lugar del crimen esa noche.
Todo este protagonismo de la luna se basa en la creencia que la luna llena incita a las personas al mal.
Dentro del estilo podemos destacar el uso del polisíndeton y la abundancia de verbos para aumentar la tensión: “tropieza , cae entre dos coches y no llega a tiempo a adelantar las manos y su cara golpea contra las losas”.
En la presentación de los personajes aparecen la anáfora y el paralelismo para reforzar los rasgos que nos quiere transmitir: “las manos limpias, las manos blandas de tanta humedad, las manos rojas del trabajo y del frío, las manos con dedos grandes, con uñas cuarteadas de filos ásperos y córneos, las uñas siempre con un borde negro”.
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