Caballeros 1

viernes, 28 de mayo de 2021

El mundo feliz de Husley.

 


Crítica al consumismo

¿Qué relación existe entre el consumo y la felicidad? Detrás de esta cuestión se esconde la crítica que Huxley hacía en 1932 a la sociedad del consumo, la cual con el paso del tiempo cobra más sentido aún.

Pues al fin y al cabo, el consumo se ha convertido el motor de nuestro siglo con la creencia extendida de que el consumo excesivo y la obtención continua de bienes materiales nos harán más felices.

Todo esto excluye el amor, los sentimientos o las experiencias inmateriales que nos hacen sentirnos vivos para dar como resultado individuos adquisidores de bienes, ignorantes y más pendientes de “sostener” el sistema que de su propia satisfacción individual.

Eliminación del individualismo

En el libro se han destruido por completo las relaciones y los lazos que caracterizan al ser humano. Asimismo, se ha dinamitado el individualismo. Es decir, los individuos de la sociedad de castas propuesta no pueden obrar por su propia voluntad. En esta sociedad, el pensamiento está determinado por el sistema, el individuo ha perdido su capacidad y libertad de razonar.

Deshumanización

En Un mundo feliz las máquinas priman por encima del ser humano, especialmente, determinan su desarrollo. Son precisamente las máquinas las que han hecho que el individuo pierda las características que lo hacen humano.

Un mundo feliz o la imposición de la felicidad

¿Qué pretende el sistema descrito en el libro? ¿qué es realmente el Estado Mundial?

Es una sociedad mecanizada, deshumanizada en la que los individuos creen ser libres pero que, sin embargo, están controlados y determinados desde su “creación”. Es un sistema que quiere “garantizar” la felicidad, con seres prescindibles. Un régimen en el que no caben las emociones, las cuales son paleadas con sustancias artificiales. Una dictadura “vestida” de democracia. ¿Acaso este sistema no es como la “dictadura perfecta” que describió su autor?

Una dictadura perfecta tendría apariencia de democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que gracias al consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían la servidumbre.

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