Caballeros 1

lunes, 2 de diciembre de 2019

Los símbolos.




   Como hemos apuntado varias veces en el visionado de la película tenemos que tener en cuenta  que la Maléfica, protagonizada por Angelina Jolie, no se basa (en puridad) en el popular cuento La bella durmiente del bosque. No se puede considerar una interpretación del relato tradicional ni tampoco una versión cinematográfica de un texto literario. Es una obra original con un hipotexto (es la palabra culta para designar la obra u obras que están detrás de otra nueva) reconocible, este texto es  el recopilado por Perrault y los Hermanos Grimm en sus libros. Las creadoras de Maléfica han desplegado en la obra una serie de símbolos universales entresacadas del inconsciente colectivo (según las teorías de C.G. Jung) muy interesantes. Al conocerlos y al asumirlos, la película adquiere otra significación y se presenta con la ambición de convertirse en un clásico. Enumeramos los más evidentes:

 1) Unas enormes alas 
 2) Una visible cornamenta. Podemos añadir un tercer y cuarto sentidos simbólicos
 3) El color negro y/u oscuro de estos elementos que también se llevan a la ropa de la protagonista .
 4) el bastón mágico. 
Los símbolos del vuelo
El simbolismo de las alas, de las plumas, y en consecuencia del vuelo, se manifiesta en diversas formas, que traen consigo siempre la noción general de ligereza espiritual y elevación de la tierra al cielo. […] Las alas expresarán, pues, en general una elevación hacia lo sublime, un impulso para trascender la condición humana. Constituyen el atributo más característico del ser divinizado y de su acceso a las regiones uránicas. El añadir alas a ciertas figuras transforma los símbolos. Por ejemplo, la serpiente, cuyo signo es de perversión del espíritu, se convierte, si es alada, en símbolo de espiritualización, de divinidad.”
Las alas de Maléficae simbolizan la ascensión de Maléfica por los cielos, como si de un ángel se tratase, y encarnan el bien y lo divino en tanto que Maléfica las porta es un hada buena y protectora.

Los símbolos de los cuernos

En los mitos, actúan de un modo peculiar: como corona, revistiendo de poder y de legitimidad para guiar a quien los porta. 
“El cuerno tiene el sentido primitivo de eminencia, de elevación. Su simbolismo es el del poder. Es por otro lado, de forma general, el de los animales que lo llevan. […] Los guerreros de diversos pueblos (y especialmente galos) han llevado cascos de cuernos. El poder de los cuernos por otra parte no es solamente de orden temporal: Moisés lleva cuernos, que son rayos luminosos (así en la célebre estatua de Miguel Ángel). Simbolizan el poder espiritual que emana de su persona, en razón de sus relaciones particulares con Yahvéh.” 

Sentido simbólico del bastón, vara o báculo

 El bastón que Maléfica crea ,una vez Stephan le ha arrebatado su capacidad de vuelo. La humilde vara convertida en báculo mágico por el poder del hada, la ayuda a “caminar” (en el sentido simbólico del término), cuando se le ha negado el poder de volar. La Reina necesita apoyarse en algo (para moverse por los “asuntos de la tierra”) y lo hace utilizando este bastón que contrarresta su invalidez emocional provisional y su incapacidad para volar. 
Este símbolo está plenamente arraigado en la literatura que puebla el inconsciente colectivo. Maléfica no lo lleva hasta que no se convierte en general, guardiana y protectora de su mundo. Antes no lo necesitaba puesto que era una igual entre los suyos.
“Sostén, defensa, guía, el bastón se convierte en cetro, símbolo de soberanía, poder y mando, tanto en el orden intelectual y espiritual como en la jerarquía social.”

EL color negro.
El negro, según los símbolos y mitos clásicos, es el tono de la indefinición que procede al nacimiento de un orden distinto. Y, si resumimos mucho, esa es la trama de la película: la búsqueda de una nueva forma de entender el mundo. Como sucede en los mitos, y en los cuentos populares, esta realidad no llega así sin más. Siempre son necesarios luchas (a muerte) y “trabajos” de todo tipo (físicos, psicológicos y anímicos) hasta llegar a vislumbrar la verdad que lleva a la felicidad. La cobardía queda fuera de esta búsqueda. Únicamente el espíritu valiente y entregado es el único que puede conseguir ese objetivo. 
Y en eso está Maléfica. Pero, ¿no es la mala de la película? Como en la vida y en el espíritu humano (aunque es un ser mitológico), sí y no. En esencia, el hada se guía por una indestructible fortaleza y un generoso poder. Su lado oscuro (cuando su animus armonizado se deja invadir por la sombra perversa) llega cuando le arrebatan las alas. Stephan, quien ella creía amigo entregado, minado por la ambición y por la locura de una corona que no le pertenece, comete la peor de las felonías contra Maléfica: robarle sus alas dejándola débil, herida, humillada, maltrecha y dolorida. Stephan no solo es desleal hacia el hada, también se deja arrastrar por su lado oscuro al preferir la promesa de un reino (que solo puede estar envenenado porque no lo ha ganado) al triunfo del amor. 
El dolor de Maléfica es de tal magnitud que toda la sencilla bondad que en ella hay se convierte en odioso resentimiento. El hada, por tanto, olvida su poder curativo (para ella misma y para los que cuida), al perder (con un subterfugio deletéreo, recordemos) su capacidad para volar y, por tanto, se le corta la posibilidad de acercarse a la inmaterialidad del espíritu. 




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