Caballeros 1

sábado, 11 de diciembre de 2010

Rasgos Métricos



Pedro Salinas utiliza en La voz a ti debida una métrica que no es muy habitual en la poesía española. La mayor parte de los poemas está escrita en versos heptasílabos. Esta medida en la literatura española se ha usado habitualmente de dos modos: o mezclada con endecasílabos (formando silvas, liras o estancias) o como una variante del romance, el llamando romance endecha. Pedro Salinas, en su libro, utiliza también en alguna ocasión la mezcla de endecasílabos y heptasílabos. Pero no riman del modo que suele hacerse en las combinaciones que hemos citado. También utiliza algunas veces el verso octosílabo, que es mucho más frecuente en la poesía española.
Estos heptasílabos no suelen seguir una rima determinada y, muy frecuentemente, carecen de ella. Serían heptasílabos blancos; ya que se llaman así, blancos, los versos que tienen una medida similar, pero que no riman. La rima de estos poemas de Salinas, cuando existe, suele ser bastante irregular y abunda en estos versos la rima interna.
Tampoco la medida de los versos es completamente regular. Así, en poemas que tienen versos de siete sílabas en la mayoría del poema se ven a veces interrumpidos por versos menores. Con frecuencia estas interrupciones tienen un valor expresivo.
Con menos frecuencia usa también Salinas los endecasílabos, mezclados, a veces, con otros versos de número impar de sílabas.
Dentro del ámbito de la métrica, hay que destacar el uso abundante de los encabalgamientos. Es raro que el sentido del verso acabe en sí mismo; éste se desborda y continúa en los versos siguientes; eso le da al poema un aire de conversación que no se interrumpe, como un flujo de conciencia que le sale al poeta como si surgiese improvisadamente. Salinas utiliza el encabalgamiento abrupto (rematado antes de la 5ª sílaba del verso encabalgado) con sentimientos negativos y el suave lo deja para la relajación, para el acuerdo, el disfrute de la naturaleza. A veces, también se emplea el abrupto para poner de relieve la palabra que viene a continuación, que queda resaltada en el fluir del poema: “Y todo enajenado podrá el cuerpo/descansar, quieto, muerto ya. Morirse”.
El tono de esta obra es de júbilo porque, a través de sus páginas, se coge a un sueño de la mano y se vive junto a él, aunque, a veces, dudas ocasionales susciten la revisión de todo el proceso. Alegría, lágrimas, recuerdos, sombras… son motivos repetidos que agrupan poemas de distinto tono, reflejando los diferentes sentimientos del amor.

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