La risa espontanea y desinteresada es la risa del propio Lazaro. Despues del episodio del racimo de uvas, el narrador nos cuenta que "Reime entre mi y, aunque mochacho, note mucho la discreta consideracion del ciego" . Lazaro ,en ocasiones, no puede evitar la risa, a pesar de que el objeto de esa risa era el mismo: "... mas con tanta gracia y donaire recontaba el ciego mis hazanas, que, aunque yo estaba tan maltratado y llorando, me parescia que hacia sinjusticia en no se las reir"
Risa espontánea es también la del Hidalgo:La risa aqui no es malintencionada, y aunque Lazaro es tambien objeto de esta risa, la carcajada carece de la mala intencion de la burla; especialmente porque la risa nace de una circunstancia ajena al control de amo y criado. Una risa analoga es la del alguacil y del escribano toledanos que se rien del informe de Lazaro acerca de las ridiculas pretensiones de nobleza del ostentoso escudero, con su "solar de casas y un palomar derribado," "en su tierra," en "Castilla la Vieja" . El narrador cuenta que "Rieronse mucho el alguacil y el escribano, diciendo: 'Bastante relacion es esta para cobrar vuestra, aunque mejor fuese".
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