Caballeros 1

sábado, 11 de diciembre de 2010

El tratamiento del amor en La voz a ti debida

Los poemas se ordenan en torno a tres “momentos” sucesivos en la historia amorosa:
a) Constatación del gozo de la inesperada alegría del enamoramiento, que parten de situaciones concretas y reflejan la felicidad del enamorado.
b) Proceso de búsqueda de la verdadera esencia de la amada. Búsqueda más allá de lo superficial, incluso de la pasión, aunque con esa búsqueda el amor puede entrar en crisis.
c) El Poeta intenta elaborar un Ars Amandi, una filosofía del amor que desea compartir con su amada, pero al final se da por vencido: haber buscado un “tú” perfecto ha causado al amante aislamiento, desilusión y dolor, hasta obligarle a admitir que es una quimera imposible.
El amor de Salinas es un sentimiento que parece abarcar todo el universo. La amada se compara con el mundo y muchas veces las metáforas así lo indican (por ejemplo cuando compara el rubor de la amada con una isla). Así, cuando la amada lo acepta, ese sí se refleja en todas partes: Todo dice que sí / sí del cielo lo azul / y sí. Lo azul del mar; / mares, cielos, azules / con espumas y brisas, / júbilos monosílabos / repiten sin parar
La amada posee un inmenso valor. Al igual que pasaba en la poesía petrarquista, el amante se considera pobre en méritos o en valor para aspirar al amor de una mujer que es concebida como algo enormemente valioso (Tú no puedes quererme: estás alta, ¡qué arriba!). Ante el deslumbramiento que en él produce la realidad de la mujer, él se considera apenas como una sombra. El amor le parece un don tan grande que no lo siente como algo real y la situación le parece increíble: “No, no puedo creer / que seas para mí, / si te acercas y llegas / y me dices: te quiero”.
El amante al ser elegido se convierte en alguien importante; antes, no era nadie: Cuando tú me elegiste / -el amor eligió_ / salí del gran anónimo / de todos, de la nada.
Ese amor se convierte así en la realidad más importante. Si la amada le concede su amor, todo el resto de las cosas que constituyen la vida deja de tener valor: “Lo dejaría todo, / todo lo tiraría: / los precios, los catálogos,/ el azul del océano en los mapas, / los días y sus noches, los telegramas viejos / y un amor.” Es decir, que ante la presencia de la amada, no tiene importancia ni el mundo de los negocios o las ocupaciones, ni los viajes ni la historia sentimental anterior.
El amor es, en Salinas, una actividad exigente, es como una búsqueda. Los amantes deben desprenderse de todo aquello que se considera superficial o falso, deben buscar la desnudez del yo, el ser esencial. Cada uno debe buscar la mejora del otro, porque los hombres pueden mejorar en su ser. El amante ayuda a la amada a ser mejor, aunque eso le pueda causar dolor alguna vez: “Perdóname por ir así buscándote / tan torpemente, dentro / de ti. / Perdóname el dolor, alguna vez. / Es que quiero sacar / de ti tu mejor tú.”
Uno de los motivos más repetidos en el libro es el de que la amada debe ir dejando atrás aquello que es anecdótico, que no está en el centro de su ser. Incluso, y eso llama la atención, algunos de los actos amorosos más habituales, como pueden ser las caricias, son considerados como algo poco relevante, frente al encuentro con el ser auténtico: “Ansia / de ir dejando atrás / anécdotas vestidos y caricias, / de llegar, / atravesando todo / lo que en ti cambia, / a lo desnudo y a lo perdurable.”
Ese amor produce una gran alegría, como si todo el mundo se iluminase con una luz intensa y el poeta lo hace notar en muchas partes de su libro. Pero también aparece el temor y el temblor, que está, sobre todo, provocado por la separación, aunque también por el miedo a no entenderse: “Miedo. De ti. Quererse / es el más alto riesgo”. La noche, con la ausencia de la amada, es uno de los peores momentos.
En La voz a ti debida, el amor lleva a vencer las separaciones de tiempo o de espacio. Aunque la amada no esté físicamente presente, el poeta puede percibirla a su lado, con su mente. Lo mismo ocurre con la distancia en el tiempo: “Y cuando ella me hable / de un cielo oscuro, de un paisaje blanco, / recordaré estrellas que no vi, que ella miraba / y nieve que nevaba allá en su cielo”.
De todo lo anterior se desprende que el amor posee una enorme parte de imaginación. Sobre la base de los datos corporales, el poeta inventa a la amada. .

1 comentario:

  1. Muy bueno me ayudo mucho a completar información para hacer un estudio crítico sobre esta obra. Seguir así. ;)

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