Ofelia (Hamlet; Shakespeare)
A pesar de haber sido escrita por Shakespeare a finales del siglo XVI, los hechos transcurren en la Edad Media, aunque es innegable que en los soliloquios de los personajes se reflejan ciertos rasgos de la vida en la época isabelina, como la relación entre hombres y mujeres y el papel de la mujer directamente vinculado a la vida matrimonial o religiosa.
A lo largo de la historia la mujer ha sido víctima de una sociedad patriarcal y machista, en la que el hombre, por definición, era superior a la mujer en todos los aspectos de la vida pública y privada. Los varones ejercían un control directo sobre la mujer, quien tenía como única función prepararse para el matrimonio, engendrar hijos y encargarse de su cuidado y de las tareas del hogar.

En la etapa isabelina, además de no poder trabajar como actrices, las mujeres tampoco podían ir a la universidad. Solo un reducido número de mujeres –pertenecientes a familias nobles- recibían una educación básica en su respectivas casas. Estas mujeres de clase alta recibían clases de latín, francés, italiano y griego, así como tiro con arco, equitación y música.
El teatro en el siglo XVI

El caso más fiel de esta reinvención del teatro se encuentra en Hamlet, drama que agrupa grandes dicotomías humanas como venganza y justicia; razón y locura; fidelidad y traición; muerte y destino, entre muchas otras que realzan la naturaleza imperfecta del hombre.
A lo largo de la pieza teatral, se debate entre la obediencia a su padre y el amor que siente por Hamlet.
Cuando Hamlet se dirige a Ofelia, podemos ser conscientes del maltrato al que está sometida y, al mismo tiempo, podemos extrapolar las expresiones utilizadas por Hamlet poniéndolas en relación con la visión que la sociedad tenía de la mujer. Ofelia es el reflejo de la situación a la que estaban sometidas las mujeres en su época.
Ofelia es una hija obediente que sigue las pautas marcadas por su padre en una etapa en la que las mujeres no tenían otra opción que obedecer al hombre (en este caso, la figura paterna). Cuando su padre le ordena dejar de ver a Hamlet, ella responde “Debo obedecer a mi lord”. Pero esta no es la única ocasión en la que Ofelia actúa según los deseos de su padre, pues incluso llega a espiar a Hamlet después de que Claudio se lo hubiese pedido a Polonio y este a su propia hija. Esto demuestra que como mujer no puede tomar sus propias decisiones, pues por encima siempre estará la figura masculina que la controla.
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