Caballeros 1

domingo, 11 de mayo de 2014

Propuesta examen de lengua Mayo 2014.



Por: Miguel Lorente Acosta | 11 de mayo de 2014

Hombres y mujeres no percibimos lo mismo cuando miramos a nuestro alrededor, es cierto que la realidad viene más condicionada por lo que nos muestran de ella, que por lo que conocemos  de forma directa desde nuestro mirador y su reducido campo de visión, pero lo que se muestra forma parte de lo que previamente se piensa.  

Un ejemplo muy gráfico de esta situación ha quedado recogido en la encuesta que realizó la marca Bluebella preguntando sobre cuál sería el “cuerpo perfecto” para hombres y mujeres. A pesar de las limitaciones de la encuesta, los resultados son muy gráficos en varios sentidos, y bien merecen un ejercicio de reflexión.

En primer lugar, porque las referencias consideradas para esculpir ese cuerpo perfecto sobre su propio sexo y sobre el otro, han sido tomadas a partir de personas “mostradas” a través de los medios de comunicación y el cine, no conocidas directamente en el entorno de las personas entrevistadas, algo lógico ante el tipo de preguntas, pero muy revelador de esa realidad expuesta por la que nos movemos con más facilidad que por las aceras de nuestro día a día.

Este primer resultado indica que el reconocimiento intersubjetivo, es decir, aquel que nos hace ser y comportarnos según creemos que los demás valorarán más nuestra forma de comportarnos y ser, pesa mucho en nuestras decisiones y aspiraciones. Pero también indica que las referencias comunes están construidas sobre los estereotipos tomados como válidos en cada momento, los cuales, al referirnos al cuerpo de hombres y mujeres, actúan como un molde rígido, no tanto para los cuerpos como para la mente y las ideas que sobre esos cuerpos existen en la sociedad: El tiempo cambia los atributos, pero no las ideas asociadas al tamaño, forma y demás características de los mismos.

Así se construye el deseo, un deseo hacia los demás, para ser reconocido o reconocida, y un deseo para sí mismo que busca sentirse bien sobre esas referencias. Por eso los estereotipos no se limitan a encasillar la realidad y a las personas, sino que condicionan todo lo que ocurre alrededor de ellos, tanto en el resultado como en el significado que se les da.

Esa relación entre deseo y estereotipos que la cultura establece respecto a los cuerpos queda reflejada en los resultados de la encuesta, y en lo que mujeres y hombres desean para sí y para el otro grupo.

Las mujeres esculpen su cuerpo a partir de otras mujeres “famosas” que se mueven en un rango de edad entre los 22 y los 50 años. Y la mezcla de todos los atributos “perfectos” a partir de cada una de las referencias nos da una mujer con una media de edad de 35’8 años, cuyo trabajo tiene relación con la estética, aunque no es el condicionante principal, pues la mayoría de las referencias tomadas son de actrices y en un caso, concretamente al decidir sobre el “pelo perfecto”, se hace de la vida social y política al elegir el cabello de Catalina de Cambridge.

Esas mismas mujeres ven el “cuerpo perfecto” masculino en un hombre muy parecido a su “mujer ideal”. La edad media a partir de todos los hombres tomados como referentes es de 35’2 años, el rango de edad se mueve entre los 20 y los 51 años, y son hombres que trabajan en ámbitos donde la estética no es prioritaria, fundamentalmente como actores y deportistas.

Los hombres, por su parte, construyen su cuerpo ideal sobre el de otros hombres "conocidos" que se mueven entre los 36 y 51 años, resultando un hombre con una edad media de 41’2 años que trabaja con la estética como elemento principal.

En cambio, estos mismos hombres crean el cuerpo de su mujer perfecta a partir de mujeres mucho más jóvenes, de hecho la mujer con mayor edad tomada como referencia es más joven que el hombre de menor edad que resulta un buen modelo para ellos. Son mujeres que se mueven entre los 27 y los 34 años, la edad media de esta mujer de cuerpo perfecto es 30’1 años, y el trabajo de la mayoría de ellas es el de modelo.  CUERPOS-ESTEREOTIPOS-Hombres

No parece que sean una casualidad estos resultados, más bien al contrario. Y mientras que las mujeres ven la “perfección” del cuerpo masculino en un hombre igual a ellas, con su misma edad, el mismo tipo de ocupación, y una estética similar, proporcional y realista; los hombres entienden que la “perfección del cuerpo femenino” está en una mujer 11 años más joven, modelo de profesión y con los elementos que sexualizan su cuerpo especialmente marcados.

La cosificación de las mujeres que con tanta frecuencia ocurre en nuestra sociedad empieza por sus cuerpos y termina en sus ideas y roles, en aquellas funciones, espacios y tiempos que deben ajustarse a lo que se espera de ellas. Muchos hombres todavía ven en la mujer “perfecta” más como una acompañante que como una compañera que aborde el día a día desde la misma posición, respeto, criterio y autonomía; de ahí que la publicidad y los mensajes que se mandan sistemáticamente incidan en esta idea de mujer objeto. De lo contrario, si no fueran exitosos esos mensajes, no se insistirían tanto en ellos, y menos aún para “vender un producto”.

Y todo ello tiene consecuencias negativas para las mujeres y para la sociedad, no se trata de una valoración cargada de “moralina”, ni una crítica a los gustos de nadie.  Uno de los elementos claves para que un agresor pueda construir una relación basada en la violencia de género, es decir, en una violencia caracterizada por el control y el sometimiento constante con agresiones puntuales más o menos frecuentes y de mayor o menor intensidad, es conseguir lo que los anglosajones llaman “deshumanización del objeto de la violencia”, que no es otra cosa que la “cosificación” de la mujer. Para ello la mujer es atacada sistemáticamente en sus elementos de identidad y en sus fuentes de apoyo externo (familia, amistades y trabajo), y queda reducida a lo que el maltratador decida por ella en un proceso que requiere tiempo. Cuanto más cosificada esté la mujer en la sociedad y más normal se entienda esa consideración, antes y de forma más rápida se producirá la cosificación particular que cada maltratador lleva a cabo para ejercer la violencia contra su mujer de manera habitual y cotidiana.

La prevención y erradicación de la violencia de género pasa por cambiar estos estereotipos machistas que muchos utilizan para cosificar a las mujeres, para presentarlas como “portadoras del caos”, o para justificar la violencia y las violaciones en nombre de los celos, la provocación… o cualquier otra idea al uso.

Allá cada uno y cada una con sus gustos y deseos, pero da la sensación de que la “idea de perfección” de las mujeres es más realista y sus "referencias" más compartidas. Los hombres parecen seguir peleándose con el tamaño del bíceps, pechos, caderas y otros atributos anatómicos… pero queda claro que es bajo lo que ellos consideran que gusta, no porque realmente resulte atractivo. Quizás por ello se explica por qué en los estudios sociológicos que se han hecho, tanto en adultos como en adolescentes, un 14’9% de los hombres piensan que el hombre agresivo es más atractivo, idea que sólo la comparte el 4’6% de las mujeres.

Hombres y mujeres no perciben lo mismo ni se ven del mismo modo, pero mientras que la visión de las mujeres es más realista y cercana a la realidad, con sus virtudes y sus defectos, muchos hombres parece que siguen creyendo que la realidad es aquella que ellos desean; quizás por eso recurran con tanta frecuencia a la fuerza, la violencia, las guerras… para intentar adaptarla a sus deseos, o para castigarla por no ajustarse a lo que ellos quieren.

1. Primera parte: (2 puntos)
Resume entre cinco y diez líneas aproximadamente el contenido del texto; o bien, si lo prefieres, elabora un esquema ordenado que ponga de relieve sus ideas principales.
2. Segunda parte: (2 puntos)
Redacta un comentario crítico sobre el contenido del texto.

3. Tercera parte: (6 puntos)
a) Analiza las formas verbales subrayadas en el texto.  (1.5 puntos)
b) Los usos de se en español. (1,5 puntos)

c) Analiza sintácticamente la siguiente secuencia: La cosificación de las mujeres que con tanta frecuencia ocurre en nuestra sociedad empieza por sus cuerpos. (1.5 puntos)
d) Construye una oración subordinada condicional que contenga una oración subordinada adjetiva (1,5 puntos)

 

 

 

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