Caballeros 1

martes, 18 de marzo de 2014

La novela en las tres decadas posteriores a la guerra civil.

 

LA NOVELA DE POSGUERRA (1939-1950).-

Como ya hemos visto, la novela española después de la Guerra Civil necesita comenzar de

nuevo. De nada vale lo hecho con anterioridad, ya que las peculiares circunstancias en que se

encuentra el país impide seguir las tendencias anteriores. Los novelistas de estos primeros años, por

tanto, tendrán que buscar un nuevo camino, y ese hecho explica que nos encontremos en la década

de los 40 con múltiples tendencias novelísticas:

a. Novela triunfalista, que defiende las nuevas circunstancias políticas del país. Esta novela

defiende los valores tradicionales (Dios, Patria, Familia) y justifica la Guerra Civil y sus

consecuencias, culpando de las mismas al bando perdedor. S lo que hace, por ejemplo,

Agustín de Foxá en
Madrid, de corte a checa.

b. Novela psicológica.- Se basa en el análisis del carácter y del comportamiento de los

personajes desde unas técnicas tradicionales, es decir, realistas. Un autor importante será

Ignacio Agustí con
Mariona Rebull.

c. Novela poética.- Sigue la línea de las novelas líricas de Gabriel Miró, donde lo fundamental

no era la historia narrada, sino el trabajo técnico y formal sobre la palabra.

d. Novela simbólica.- En esta tendencia nos encontraremos con novelas en las que los

personajes funcionan como símbolos de ideas o conflictos. Sigue la línea, por tanto, de

algunas novelas de Unamuno. Un autor significativo será José Antonio Zunzunegui.

e. Tremendismo.- Esta tendencia es iniciada por Camilo José Cela con
La familia de Pascual

Duarte

en el año 1942. Son novelas que nos retratan un mundo y unos personajes

dominados por la violencia y por la miseria.

f. Novela existencial.- Podríamos decir que se inicia con la novela
Nada de Carmen Laforet en

1945, y continuada en 1948 por Miguel Delibes con
La sombra del ciprés es alargada y

Gonzalo Torrente Ballester con
Javier Mariño. Estas novelas reflejarán el tema de la

angustia existencial, la tristeza y la frustración de las vidas cotidianas.

g. Junto a las tendencias anteriores nos encontraremos con autores y obras inclasificables, pero

que obtuvieron mucho éxito en aquellos años: José Mª Gironella y
Los cipreses creen en

Dios

, o Darío Fernández Flores y Lola, espejo oscuro.



 
Temáticamente, las novelas de este período girarán en torno a la amargura de las vidas

cotidianas, la soledad, la inadaptación, la muerte y a frustración. Los personajes se adaptarán a estos

temas, de forma que los protagonistas serán seres marginados socialmente (Pascual Duarte, en la

novela de Cela, es un condenado a muerte), angustiados y desarraigados (la protagonista de
Nada

llega a Barcelona para estudiar y allí se encuentra fuera de su ambiente, insegura y triste).

Las causas de esta amargura vital se encuentran en la sociedad de la España de los años cuarenta,

marcada por la pobreza, la incultura, la violencia, la persecución política, la falta de libertades...

Pero en ninguna de estas novelas encontraremos una crítica o denuncia directa. Para eso habrá que

esperar a los años cincuenta.

Técnicamente, estas novelas se caracterizan por su sencillez y tradicionalidad:

§
Narración cronológica lineal.

§
Narrador en tercera persona (mayoritariamente).

§
Ausencia de saltos temporales.

2. E

L REALISMO SOCIAL (1950-1962).-

En la década de los cincuenta la censura se relaja y ese hecho permitirá la aparición de novelas

en las que la denuncia de la pobreza, la persecución y la injusticia sean los temas predominantes. A

esta tendencia se le ha llamado novela social y no es exclusivamente española, sino que durante

todo el siglo XX venía existiendo una serie de obras que habían convertido la denuncia social en la

base de sus argumentos. En los años cincuenta, el francés Jean Paul Sartre define lo que es esta

“Literatura social”. Veamos lo que dice este autor a través de algunas frases suyas:

§
“La literatura no debe reflejar solo la realidad, sino explicarla e, incluso, transformarla”

Sartre, por tanto, se aleja del realismo tradicional del siglo XIX que pretendía

exclusivamente reflejar la sociedad, sin opinar sobre ella. Sartre es un autor muy influido

por el pensamiento marxista y por eso opina que el arte debe aspirar a transformar las cosas.

La literatura es un arma más con la que combatir la injusticia.

§
“El escritor tiene una función social, y será cómplice de la opresión si no se alía con los

oprimidos”

.“No se es escritor por decir ciertas cosas, sino por decirlas de cierta manera”

Esta última frase es importante porque Sartre puntualiza el hecho de que hacer una literatura

combativa no quiere decir que se haga una literatura técnicamente pobre. Para Sartre, el

escritor revolucionario lo es también desde el punto de3 vista técnico
La literatura social, como hemos dicho, no es un fenómeno de los años cincuenta, sino que se

venía haciendo por diferentes caminos desde principios de siglo y en distintos países occidentales.

Repasemos algunas de las tendencias sociales a lo largo del siglo XX:

a. Surrealismo.- Ya vimos en el tema 12 como el Surrealismo fue el movimiento de

Vanguardia que acabó con las vanguardias al llenarse de contenidos humanos, y entre esos

contenidos, la preocupación social fue constante.

b. Bertold Brecht y Piscator habían llevado su teatro por el camino de la crítica política (repasa

el tema del teatro en el siglo XX).

c. La novela de Ciencia Ficción de los años treinta había contado con dos autores cuya

intención fue la denuncia social, aunque a través de sociedades futuras. Esos es lo que hace

George Orwell en
1984 y Rebelión en la granja, o Aldous Huxley con Un mundo feliz.

d. El realismo. Ha sido la fórmula preferida por los novelistas del siglo XX para enfrentarse a

la problemática social. Hay diferentes tendencias dentro de este realismo:

§
Objetivismo.- El novelista se comporta como un observador de la realidad sin tomar

partido ante ella (es lo que hace en España Rafael Sánchez Ferlosio con
El Jarama).

§
Realismo Crítico.- El novelista no acepta la realidad tal como es y pretende

explicarla poniendo de relieve sus mecanismos profundos y denunciándola. Esta

tendencia es la más usada en la narrativa norteamericana de los autores de La

Generación Perdida (W. Faulkner, F. Scott Fitzgerald, E. Hemingway) y también en

el Realismo Social español de los años cincuenta (Martín Gaite, Caballero Bonald,

Ignacio Aldecoa).

§
Realismo socialista.- Esta tendencia pretende reflejar la realidad en su proceso

revolucionario (la lucha de clases), reduciéndola a un enfrentamiento en entre

opresores y oprimidos. Estas novelas pretende contribuir a la conversión de los

trabajadores al espíritu socialista. Técnicamente es muy pobre.

§
Realismo mágico.- Es una tendencia característica de la literatura latinoamericana

(Rulfo, García Márquez, Carlos Fuentes, etc...), aunque también hay alguna

manifestación española (Álvaro Cunqueiro y Ana Mª Matute). Son novelas en las

que la realidad y lo fantástico y maravilloso aparecen mezclados.

Centrándonos ya en lo que sucede en la literatura española de la década de los cincuenta,

debemos distinguir, en primer lugar, dos momentos en el Realismo Social, como dice Gonzalo

Sobejano:

a. Precursores de la novela social: Miguel Delibes,
El camino (1950); Luis Romero, La noria

(1951); Camilo J. Cela,
La colmena (1951); Miguel Delibes, Mi idolatrado hijo Sisí (1953).

b. Verdadera novela social.- Se inicia a partir de 1954 con autores como Ignacio Aldecoa. José

Manuel Caballero Bonald, Carmen Martín Gaite, Ana Mª Matute, Juan García Hortelano y

Rafael Sánchez Ferlosio.

Los temas principales de la novela española del Realismo Social serán:

§
La dureza de la vida en el campo (Dos dias de septiembre, Caballero Bonald o Los santos

inocentes

, de Miguel Delibes).

§
El mundo del trabajo urbano (Central Eléctrica, de Juan García Hortelano).

§
La ciudad (La colmena, de Cela).

§
Las clases trabajadoras (El Jarama, de Sánchez Ferlosio)

§
La burguesía (Entre visillos, Carmen Martín Gaite)

§
La Guerra Civil y sus consecuencias.

Desde el punto de vista técnico, la mayoría de estas novelas se incluyen dentro de lo que hemos

llamado realismo crítico, aunque es frecuente que encontremos técnicas objetivistas y, en algunas

novelas, planteamientos cercanos al realismo socialista (
Los santos inocentes, por ejemplo).

Algunas de las características técnicas son:

§
Narración lineal.

§
Aparente sencillez.

§
Descripciones funcionales.

§
Concentración espacial y temporal.

§
Personaje colectivo.

§
Personaje representativo.

§
Preeminencia del diálogo.

3. L

A RENOVACIÓN DE LAS TÉCNICAS NARRATIVAS (1962-1975).-

A principios de la década de los sesenta se produce un cambio en la novela española. Las causas

de ese cambio pueden deberse a:

a. Cansancio del Realismo Social dominante porque...

§
Simplifica la realidad en “buenos y malos”.

§
Excesivo peso político.

§
Pobreza técnica y artística.



b. La publicación en 1962 de
Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos demostró que se podía

hacer una novela crítica y, a la vez, técnicamente innovadora.

c. El conocimiento de la nueva novela hispanoamericana (García Márquez, Vargas Llosa,

Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Julio Cortázar, etc...) en el año 1962 con
La ciudad y los perros,

de Vargas Llosa, y en 1967 con
Cien años de soledad de García Márquez, enseña a los

novelistas jóvenes españoles dos importantes lecciones:

§
Puede hacerse una novela crítica y de alta calidad artística.

§
La realidad puede tratarse de manera no exclusivamente realista (lo que se ha

llamado Realismo Mágico).

Como consecuencia de lo anterior, los novelistas españoles abrirán sus ojos a los autores y

tendencias que desde principios del siglo XX, tanto en España como fuera, habían intentado hacer

una novela que se apartase de la tradición realista que venía del siglo XIX. Algunos de los más

importantes renovadores de la novela en el siglo XX había sido:

a. Franz Kafka, que usó la imaginación y la fantasía para reflejar un mundo dominado por el

malestar existencial.

b. Marcel Proust (A la búsqueda del tiempo perdido), James Joyce (Ulises) o Thomas Mann

(La montaña mágica), que habían incluido en sus novelas nuevas formas de narrar mediante

saltos temporales, estructuras circulares, etc...

c. La novela española de los autores del 98 y del Novecentismo, que ya habían reaccionado

contra el realismo y naturalismo.

d. La Generación Perdida norteamericana, que nos ofrecen en sus novelas una visión negativa

y desengañada de la vida en EE.UU.

e. El “Noveau Roman” francés de la década de los cincuenta, que pretende hacer una novela en

la que se rechaza la importancia del argumento, de los personajes o de la intención social.

f. La novela hispanoamericana del siglo XX, que había fusionado la realidad y la fantasía.

Lo característico, por tanto, de la novela española de este período será la introducción de

múltiples recursos técnicos que buscan apartarse de las formas tradicionales. Veamos los más

usados:

a. Desaparición de la voz del autor: la novela se limita a presentar los hechos sin comentarlos o

explicarlos.

b. Perspectivismo. Nos ofrecen distintos puntos de vista sobre una misma realidad.

c. El argumento.-

§ Pierde importancia la historia narrada.
§
Se introducen elementos antirrealistas: fantasía, irracionalismos, símbolos,

alucinaciones, magia...

§
Se introducen elementos discursivos no narrativos: comentarios, explicaciones,

digresiones...

§
Las descripciones dejan de ser funcionales (presentar el lugar de la acción y los

protagonistas de la misma) para adquirir funciones simbólicas o metafóricas.

d. Personajes.-

§
Los personajes se presentan y definen por sus comportamientos, no por lo que los

narradores nos dicen de ellos.

§
Personaje colectivo.

§
Personajes representativos.

§
El personaje típico, según Gonzalo Sobejano es “un personaje en conflicto con su

entorno social, familiar o cultural, y también consigo mismo, deseoso de encontrar

su identidad”.

e. Estructuración.-

§
Desaparece el capítulo como unidad de estructuración externa.

§
Ausencia de desenlace. Novela abierta.

§
Técnica del contrapunto: varias historias que se van entrelazando.

§
Concentración espacial.

§
Tratamiento del tiempo:

1. Concentración temporal.

2. Simultaneísmo.

3. Saltos temporales.

4. Desorden cronológico.

5. Elipsis temporales.

f. Narrador.-

§
No omnisciente.

§
Narración en 1ª , 2ª y 3ª pseorna.

g. Disminuye la importancia y la abundancia del diálogo.

h. Monólogo interior que reproduce el pensamiento de un personaje en primera persona de

forma desordenada.

i. Monólogo en estilo indirecto libre: reproduce el pensamiento de un personaje mediante la 3ª

persona.

j. Se incorporan a la novela elementos extraños a la narración: informes, anuncios, textos

periodísticos
k. Empleo de artificios tipográficos.

l. Eliminación o alteración de los signos de puntuación tradiconales.

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