Tenorio no es un apellido extraño en la España del XVII. Es harto sabido que varios de los nombres utilizados por el dramaturgo que escribió El Burlador de Sevilla corresponden
a personajes reales, aunque ninguno tiene que ver con el enredo de la
comedia: un don Juan Tenorio, que vive a mediados del XIV, amigo del rey don Pedro I y luego caído en desgracia; la familia Tenorio, muy conocida por sus hazañas; la familia Ulloa; el noble sevillano don Pedro de Esquivel (mencionado en el v. 1251), sin hablar de los reyes Alfonso XI de Castilla y Juan de Portugal.
Santa Teresa afirma que es en Sevilla donde, quizá por su clima, el demonio
consigue tentar más al hombre y éste menos a resistirle (Libro de las Fundaciones,
cap. XXV
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