Caballeros 1

miércoles, 23 de mayo de 2012

Trabajando la picaresca.

HAY APODOS QUE ILUSTRAN no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive.
La noche del 23 de junio de 1956, verbena de San Juan, el llamado Pijoaparte surgió de las sombras de su barrio vestido con un flamante traje de verano color canela; bajó caminando por la carretera del Carmelo hasta la plaza Sanllehy, saltó sobre la primer motocicleta que vio estacionada y que ofrecía ciertas garantías de impunidad (no para robarla, esta vez, sino simplemente para servirse de ella y abandonarla cuando ya no la necesitara) y se lanzó a toda velocidad por las calles hacia Montjuich. Su intención, esa noche, era ir al Pueblo Español, a tuya verbena acudían extranjeras, pero a mitad de camino cambió repentinamente de idea y se dirigió hacia la barriada de San Gervasio. Con el motor en ralentí, respirando la fragante noche de junio cargada de vagas promesas, recorrió las calles desiertas, flanqueadas de verjas y jardines, hasta que decidió abandonar la motocicleta y fumar un cigarrillo recostado en el guardabarros de un formidable coche sport parado frente a una torre. En el metal rutilante se reflejó su rostro —melancólico y adusto, de mirada grave, de piel cetrina—, sobre un firmamento de luces deslizantes, mientras la suave música de un fox acariciaba su imaginación: frente a él, en un jardín particular adornado con farolillos y guirnaldas de papel, se celebraba una verbena.
La festividad de la noche, su afán y su trajín alegres eran poco propicios al sobresalto, y menos en aquel barrio; pero un grupo de elegantes parejas que acertó a pasar junto al joven no pudo reprimir ese ligero malestar que a veces provoca un elemento cualquiera de desorden, difícil de discernir: lo que llamaba la atención en el muchacho era la belleza grave de sus facciones meridionales y cierta inquietante inmovilidad que guardaba una extraña relación —un sospechoso desequilibrio, por mejor decir— con el maravilloso automóvil. Pero apenas pudieron captar más. Dotados de finísimo olfato, sensibles al más sutil desacuerdo material, no supieron ver en aquella hermosa frente la mórbida
impasibilidad que precede a las decisiones extremas, ni en los ojos como estrellas furiosas esa vaga veladura indicadora de atormentadoras reflexiones, que podrían incluso llegar a la justificación moral del crimen. El color oliváceo de sus manos, que al encender el segundo cigarrillo temblaron imperceptiblemente, era como un estigma. Y en los negros cabellos peinados hacia atrás había algo, además del natural atractivo, que fijaba las miradas femeninas con un leve escalofrío: había un esfuerzo secreto e inútil, una esperanza mil veces frustrada pero todavía intacta: era uno de esos peinados laboriosos donde uno encuentra los elementos inconfundibles de la cotidiana lucha contra la miseria y el olvido, esa feroz coquetería de los grandes solitarios y de los ambiciosos superiores.
Juan Marsé; Últimas tardes con Teresa

1 comentario:

  1. V. EL TEMA

    Después de haber leído la novela, ¿cuál crees que fue el propósito de Marse al escribirla? Gonzalo Sobejano, en el estudio citado, hace estas afirmaciones sobre el propósito del autor y el tema de la novela.

    - “La novela “Últimas tardes con Teresa” podría definirse como la parodia –sarcástica- de la novela social en sus dos vertientes, como testimonio de los sufrimientos del pueblo y como testimonio de la decadencia de la burguesía. (...)”

    - “Con inexorable befa y a soberana distancia de sus personajes (salvo cuando expresa los delirios de la moribunda criada, los sueños infantiles del ratero y la enjaulada soledad de la señorita) Marsé hace ver, en la aguda y centellante prosa de esta novela, la zanja que separa una clase de otra (...) por encima de cualquier conclusión fatalista, lo que sobresale es la crítica mordaz de la primera generación universitaria subversiva por su “snobismo” y señoritismo, por su inautenticidad.”

    - “(...) una saludable llamada de atención hacia la autenticidad como premisa indispensable de toda labor en pro de la solidaridad entre clases (...)”

    25. A partir de las afirmaciones anteriores –y con especial atención a las expresiones subrayadas- redacta una breve explicación sobre el propósito del autor y el tema de la novela. Cita fragmentos que argumenten tu explicación.

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