Caballeros 1

jueves, 26 de abril de 2012

Peribáñez y El Comendador de Ocaña

Acto tercero.




http://digitum.um.es/xmlui/bitstream/10201/12829/1/Teatro%20de%20Lope%20de%20Vega%20y%20lirica%20tradiciona%202.%20parte.pdf
El honor tenía un sustrato no sólo económico sino también racial: éste se basaba, además, en el valor social que representaba para un individuo el ser étnicamente puro, o sea el no portar sangre contaminada ni con la judía ni con la musulmana. Como estos grupos raciales (judíos y musulmanes) por lo general no se dedicaban a la agricultura (sino más bien a las finanzas y en los contextos urbanos), los campesinos o labradores españoles gozaban con más certeza del prestigio de ser de sangre pura. Esos españoles sin contaminación racial se conocían con el nombre de cristianos viejos,categoría que siempre ayudaba en la ascensión social. Por lo general, la súbita conversión al cristianismo no erradicaba de un todo el estigma de impureza.
El tratamiento del honor en el Siglo de Oro es que en la inmensa mayoría de los casos el honor que está en juego es el de índole sexual. Es, en gran medida, un honor sexual. La doncellez de las mozas, de las hermosas villanas, de las recatadísimas damas, el honor sexual de los enriquecidos villanos o el de los nobles es el que casi siempre va a estar en juego (pues las clases sociales más elevadas son las que pueden ostentar sus cualidades, su honor). El honor sexual reconoce como virtud la potencia sexual del hombre en contraposición con la pureza sexual de la mujer. Y más aun: el honor del hombre dependía (y depende todavía en la actualidad), en gran medida, de la pureza sexual de la mujer. Un hombre cuya mujer le era infiel perdía el honor pues el mero hecho de haber sido traicionado por su mujer ponía de manifiesto su incapacidad para asumir el papel que como hombre (como macho diríamos en la actualidad) le correspondía. Y esta fórmula se extendía también a las hijas que fueran violadas o engañadas. Sospechamos que la homosexualidad en un hijo o hija habría sido también un atentado contra el honor del padre y de la familia.

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