Caballeros 1

miércoles, 1 de diciembre de 2010

También Catulo


Viuamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum seueriorum
omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit breuis lux,
nox est perpetua una dormienda.
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut nequis malus inuidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.

Na traducción de Marta Dacosta http://www.blogoteca.com/acuatica07/index.php?cod=90950
MÁIS BEIXOS QUE ESTRELAS

Pregúntasme cantos beixos
teus, Lesbia, me colmarían.
Tantos como area libia
cobre a laserpicífera Cirene,
entre o oráculo de Xúpiter ardente
e a tumba sagrada do mítico Bato,
ou como milleiros de estrelas que cando cae a noite
axexan os amores furtivos dos humanos.
Comerte a beixos
colmaría ó adoecido Catulo,
para que non poidan contalos os curiosos
nin enmeigalos unha mala lingua.

3 comentarios:

  1. V
    Vivamos, Lesbia mía, y amemos,
    y a las maledicencias de los viejos severos
    démosles menos valor que a una peseta .
    Los astros pueden morir y volver;
    pero nosotros, una vez que muera nuestra breve luz,
    3
    deberemos dormir una última noche perpetua.
    Dame mil besos, luego cien mil;
    luego otros mil, luego otros cien mil;
    luego hasta otros mil, luego cien mil.
    Después, hechos ya muchísimos miles,
    revolvámoslos, para que no lo sepamos nosotros,
    ni ningún malvado pueda mirarnos con malos ojo,
    cuando sepa cuántos besos nos dimos.

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  2. ¡Sí, todo con exceso:
    la luz, la vida, el mar!
    Plural todo, plural,
    luces, vidas y mares.
    A subir, a ascender
    de docenas a cientos,
    de cientos a millar,
    en una jubilosa
    repetición sin fin,
    de tu amor, unidad.
    Tablas, plumas y máquinas,
    todo a multiplicar,
    caricia por caricia,
    abrazo por volcán.
    Hay que cansar los números.
    Que cuenten sin parar,
    que se embriaguen contando,
    y que no sepan ya
    cuál de ellos será el último:
    ¡qué vivir sin final!
    Que un gran tropel de ceros
    asalte nuestras dichas
    esbeltas, al pasar,
    y las lleve a su cima.
    Que se rompan las cifras,
    sin poder calcular
    ni el tiempo ni los besos.
    Y al otro lado ya
    de cómputos, de sinos,
    entregamos a ciegas
    —¡exceso, qué penúltimo!—
    a un gran fondo azaroso
    que irresistiblemente
    está
    cantándonos a gritos
    fúlgidos de futuro:
    «Eso no es nada, aún.
    Buscaos bien, hay más.»

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  3. Se cadra na entrada do meu blog non estaba claro, mais a tradución é de Xosé Manuel Otero, autor da única tradución de Catulo para o noso idioma publicada na colección clásicos en galego en 1988.

    Saúdos acuáticos

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