Caballeros 1

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un hombre de treinta años pide la palabra

(...) A vosotros los violentos los idealistas de la muerte
Los que sumisteis al mundo en un fragor de horrores
Creyendo crear un nuevo sol con lustra pobre bola de sebo
En nombre de mi generación yo os acuso
(...) A vosotros los poderosos energúmenos los grandes señores de
La culpa
Los que con vuestra codicia más enorme aún que el cielo de tal
Hipocresía
Arramplasteis con la mejor rapiña en el río revuelto
Y que no fuisteis para vuestros hermanos
Sino hoscos verdugos con sonrisa de lobo
Y una estela de odios escondidos dejasteis
Para mil años que vinieran y más
En nombre de mi generación yo os acuso
A vosotros los anónimos peones de salario misérrimo
Que os abandonasteis en el sopor brutal
Del vinazo y de la patata cocida
A los que entregasteis al fútbol y a los semanarios de crímenes
Para no pensar que algo más hondo no marchaba bien
A los estudiantes irresponsables que gritaban heridos sin saber por qué
A los pacifistas enclenques que cerraban sus ojos ante la tomadura de pelo
A los espirituales estómagos que nos hablaron tanto del infierno
A los profetas de grandes paraísos de chatarra
A las mujeres sin vergüenza que no querían parir hombres
A los indiferentes que tan sólo soñaron con sus bolsillos miserables
A los que con la flor en el ojal jugaron al ensayo
A los complejos sexuales a los pederastía
A la morfinomanía a la aventura política de porrazo y tente-tieso
Perdidos putrefactos perdidos de civilización y de asco y de cine barato
Estuvisteis malditos estaréis corrompidos por los siglos de los siglos
Fuisteis rebaño propicio hacia el matadero glorioso
Cuando llegó la gran merienda de los ultimatums
Lo mismo que lo seríais si tal momento llegara de nuevo
Como parece ser así
En nombre de mi generación yo os acuso.

Labordeta

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