Caballeros 1

viernes, 3 de junio de 2022

Liddell mira a Castellucci; Sobre el concepto de rostro en el hijo de Dios.

 Castellucci trata en su teatro ;a muerte, la vida, la comida, el hambre, la luz, la oscuridad...  los problemas de las fábulas que nos contaban de niños: miedo de perderse, de no tener protección, de perder el amor de los padres... Y los trata desde su concepción teatral, un teatro que llama a los espectadores a comprometerse, implicarse en primera persona. Un teatro que trata de reflejar la complejidad de nuestra época. Un teatro omnívoro que se alimenta de todo como el propio tiempo. Y que muestra la complejidad de las terminaciones nerviosas de cada uno de modo totalmente complejo y sofisticado. El teatro de Castellucci  refleja la diferencia de lugares en los que nos encontramos o podemos encontrarnos.

Sobre el concepto del rostro, en el hijo de Dios es el título de una de las obras de Castelluci, la obra es una escatológica reflexión bíblica sobre la relación paterno filial.



El espectáculo lo protagonizan un padre -un anciano, incontinente y con la mirada perdida- y su hijo. Una obra calificada como un "título de ensayo de estética, desde un punto de vista radical".

Durante la representación se proyecta en el escenario una gran imagen de la obra Cristo Salvador Mundi, del pintor renacentista Antonello da Messina. 


El gran retrato que preside el escenario, el rostro de Jesús, mira a los ojos de los espectadores, y esa mirada al espectador le devuelve, en opinión de Castellucci, "la actitud de voyeur". En escena, un anciano con la mirada perdida está sentado en un sofá, viendo imágenes de animales en la televisión, cuando se queja de un dolor agudo en el vientre. El hijo se acerca al anciano para levantarle y cuando lo consigue, su albornoz está manchado por detrás. Mientras va a por guantes y a por una palangana para limpiarle, el padre se hace aguas mayores piernas abajo.

   La escatología es uno de los retos de la obra, a juicio de Castellucci  "la dificultad de no caer en lo fácil, sino de transformar lo escatológico en una cosa luminosa". Con esta relación entre el padre y el hijo, calificada por Castellucci de "bíblica"nos transmite un diálogo bajo el signo del amor.

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