Caballeros 1

martes, 31 de mayo de 2022

Una costilla sobre la mesa.

   


«la belleza no se alcanza sin hacer la guerra, sin un acto violento que nos devuelva al origen, al silencio, a la oscuridad, cuando solo existía Dios y el verbo era canto»«Sostenme, voy a caerme», leemos nada más abrir Una costilla sobre la mesa.

Dividido en ocho partes, el  libro de Angélica Liddell combina el verso con la estructura de un diario, el ensayo y el género epistolar. Si bien, en cualquiera de sus formas, es siempre un libro de poesía.

Angélica Liddell parte de lo irracional («lo que nos pone en contacto con zonas irreconocibles, con el “temor y temblor” que dan forma al espíritu») para después adentrarse, sin hacer distinción, en la belleza y en la enfermedad.

Con un lenguaje lírico y crudo y sencillo a un tiempo, implacable incluso contra sí misma, describe tanto la podredumbre de la carne como el éxtasis irrealizable; y consigue hacer del lenguaje un lugar donde conviven el arte, la música y lo espiritual:

«La fe no sabe que lo es, se ignora a sí misma, tenerla sería como negarla. El único impulso verdadero hacia la fe es entregarse por completo a alguien que te ignora».


Una costilla sobre la mesa es un libro valiente que trasciende lo confesional para ahondar en el misterio y en lo incomprensible. Un libro que atraviesa de una manera singular espacios apenas transitados por la literatura en castellano. Un libro que hace de la mística poesía, como si Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz escribieran en el siglo XXI.

 

La ardiente necesidad de quedar mudo para siempre,

eso es la poesía

 La obra es duelo. Ese es el impulso, en palabras de la creadora, y lo enfoca desde el masoquismo. Pero no el masoquismo de sex shop, no lo que todos imaginamos. El masoquismo de Gilles Deleuze. Según el filósofo, mediante el masoquismo se elimina la parte sexual del amor para sexualizar la muerte. Liddell se basa en la filosofía, la metafísica y el psicoanálisis para enfrentar su dolor y su luto y para escenificarlo.


Un ritual místico  

Como es costumbre cuando hablamos de Angelica Liddell nos ofrece un relato desgarrador, que convierte la literatura en un ritual místico

Te puede gustar más o menos, puedes sentirte más o menos incómodo, pero no puedes apartar la mirada de Angélica y su creación.

 

Una costilla sobre la mesa: Padre en Los Teatro del Canal. Fotógrafo: Pablo Lorente.

 

Una costilla sobre la mesa: Padre en Los Teatro del Canal. Fotógrafo: Pablo Lorente.

 

“Te perdono porque sé que Dios te castigará” es una de las poderosas frases que lanza con rabia y honestidad la hija a su padre y resuena en la cabeza del público con el eco que le da la fuerza del sentimiento. La obra está cargada de acusaciones a su progenitor y piedad hacia él.

 En su forma teatral, la representación contó con una Iconografía cristiana, la recreación en lo grotesco, música clásica, música tecno, un villancico flamenco y un burro (real, vivo) en escena. Ecléctica Liddell incluso llega a orinar literalmente en escena y a llenarse el cuerpo de tierra. Te puede gustar más o menos, puedes sentirte más o menos apelado o incómodo, pero no puedes apartar la mirada de Angélica y su creación.



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