Caballeros 1

jueves, 3 de marzo de 2022

Frankestein y Rousseau.

Sobre la construcción del monstruo:

https://www.threemonkeysonline.com/es/la-construccin-de-un-monstruo-frankensteinde-mary-shelley/


Sobre los illuminati. LEER. https://anthropotopia.blogspot.com/2019/11/frankenstein-y-las-sociedades-secretas.html  




La novela Frankenstein o el prometeo moderno de Mary Shelley es, dentro del romanticismo inglés, el texto literario más recurrentemente asociado al intertexto filosófico y lírico de Rousseau. La novela de Mary Shelley deja que el lector encuentre, a lo largo de sus capítulos, numerosas alusiones que nos evocan tanto la forma como el contenido de la obra roussoniana. Sin embargo, una de las características de Frankenstein es que la lógica propia del texto, sin dejar de figurar a Rousseau, presenta una multiplicidad de fuentes y de problemáticas que contienen, de manera condensada, a veces saturada, los temas fundamentales del contexto sociocultural de su época. La novela atesora una riqueza que la hace depositaria de un espíritu de época tributario no sólo de Rousseau sino de la mayoría de las preocupaciones de los intelectuales de su contexto histórico.

   Para muchos críticos Rousseau es la presencia fundamental del texto literario de Mary Shelley encontramos en la novela una serie de tópicos  que son tópicos fundamentales de la obra de Rousseau, y que sostienen entre ellos un sistema de correspondencias.

Texto para leer : http://alejandromarzioniensaystica.blogspot.com/2009/07/rousseau-y-frankenstein-de-shelley.html

La educación.

El problema de la educación es un eje estructurante de Frankenstein, y se aborda con una impronta claramente roussoniana.
El Emilio, una de las lecturas de Mary Shelley, resulta ser un intertexto muchas veces explícito, al punto que la novela misma de Frankenstein puede considerarse un tratado sobre la educación. Sin excepción alguna, el bien y el mal son consecuencias de una buena o mala educación. La historia de los personajes principales –y también la de los secundarios- está generada, condicionada y atravesada por sus experiencias pedagógicas. Walton, Víctor Frankenstein y el monstruo, las tres voces narradoras del texto, se presentan y cuentan su historia exponiendo, en primera instancia, la educación que recibieron de manera formal o autodidacta. Las lecciones que recibieron, los libros que leyeron y la influencia de sus maestros son los factores que determinan sus destinos. En mayor o menor medida, todos estos personajes son víctimas y victimarios de su formación: sufren las consecuencias de haber sido mal formados y de formar mal a otros. Walton, el primer narrador, enfatiza su condición de autodidacta, y observa que sus lecturas fueron los motivos que lo llevaron a embarcarse en una peligrosa aventura desaprobada por su padre. Víctor construye a la criatura, el origen de su desgracia, debido a una trayectoria educativa que, desde un principio, estuvo sellada por la lectura de alquimistas y astrólogos del siglo XV (Cornelio Agripa, Alberto Magno y Paracelso) y por la influencia de sus dos primeros maestros universitarios de Ingolstadt, Krempe –que comete el mismo error de su padre al burlarse de sus lecturas- y Waldman –al incentivarlo con un método comprensivo-. Consumados los terribles resultados de su formación científica, el doctor Víctor Frankenstein lamentará, mientras trata de influir a Walton, las consecuencias de no haber sido orientado y prevenido por sus tutores de una manera acertada:

“no puedo dejar de observar aquí cómo desaprovechan los educadores las muchas oportunidades que poseen para orientar a sus alumnos al conocimiento útil ”.

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