Caballeros 1

jueves, 25 de noviembre de 2010

La noche escura


No, no dejéis cerradas
las puertas de la noche,
del viento, del relámpago,
la de lo nunca visto.
Que estén abiertas siempre
ellas, las conocidas.
y todas, las incógnitas,
las que dan
a los largos caminos
por trazar, en el aire,
a las rutas que están
buscándose su paso
con voluntad oscura
y aún no lo han encontrado
en puntos cardinales.
Poned señales altas,
maravillas, luceros;
que se vea muy bien
que es aquí, que está todo
queriendo recibirla.
Porque puede venir.
Hoy o mañana, o dentro
de mil años, o el día
penúltimo del mundo.
Y todo
tiene que estar tan llano
como la larga espera.
Aunque sé que es inútil.

que es juego mío ,todo,

el esperarla así

como a soplo o a brisa,

temiendo que tropiece.

porque cuando ella venga

desatada, implacable,

para llegar a mí

murallas, nombres, tiempos,

se quebrarían todos,

deshechos, traspasados

irresistiblemente

por el gran vendaval

de su amor, ya presencia.

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