-Toma -y una esbelta lira de oro me dió- en ella cante
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| Mientras que la noche llega; ¡ensaya un ritmo y un sueño! |
La poesía de Delmira ahonda su voz personal en cada nuevo poemario que publica. A partir de «Cantos de la mañana» las relaciones amorosas entre el personaje femenino y el masculino, el yo/tú del poema, empiezan a ser conflictivas. El hombre aparece siempre como representante del poder y la autoridad, lejano, frío, indiferente. La voz femenina en cambio, expresa su frustración e impotencia ante esta actitud masculina. La poeta sume entonces una imagen de mujer cruel, violenta y vengativa que invierte los papeles tradicionales: la agresividad se convierte en atributo femenino y la pasividad en masculina. El hombre deja de ser sujeto para convertirse en objeto. Agustini levanta la voz y se niega a cantar palomas y flores. Por el contrario su impulso erótico por momentos se vuelve agresivo, más inclinado al mordisco que al beso, opina Gandolfo24 y en vez de palomas aparecen animales hirientes, penetrantes, serpientes, culebras, buitres...
... Y era mi mirada una culebra
Apuntada entre zarzas de pestañas,
Al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
Glisando entre los riscos de la sombre
A la estatua de lirios de tu cuerpo!
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-erotismo-de-delmira-agustini/html/e65d023e-d803-446e-a583-d9389eff64b6_7.html
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