Caballeros 1

miércoles, 20 de septiembre de 2017

La vestimenta neoclásica.


En lo que respecta a la indumentaria masculina, ésta se volvió extravagante. Los gregüescos aumentaron de volumen y fueron cubiertos por sobrefaldas. A esta prenda se le llamó rhinegrave.
El lugar donde las calzas y los gregüescos se encontraban era adornado por un pedazo de tela denominado canon. Asimismo, los rhinegraves y los cuellos del jubón se decoraban con listones multicolores llamados galants.
Los zapatos para hombre llevaban tacón. Éste siempre era de un color distinto al del resto del zapato. Uno de los colores más utilizados era el rojo. El frente del zapato se decoraba con hebillas o con moños.
 Frente a este exceso El neoclasicismo se inspira en las formas grecorromanas. Trata de relacionar los hechos del pasado con los acontecimientos de su propio tiempo. Cuando los movimientos revolucionarios establecieron repúblicas en Francia y América del Norte, los nuevos gobiernos republicanos adoptaron el neoclasicismo como estilo oficial porque relacionaban la democracia con la antigua Grecia y la República Romana. La moda neoclásica, que tiene su mayor desarrollo en Francia, obedece completamente a los aspectos antes mencionados; de hecho, la moda se convirtió en un medio de propaganda ideológica. Los revolucionarios manifestaban su rechazo a la vieja sociedad vistiendo prendas de las clases bajas; aquellos que llevaban complicados y extravagantes trajes eran considerados enemigos de la revolución.

El hombre pasa del traje a la francesa, confeccionado con ricos y vistosos tejidos de seda y formado por casaca, chupa y calzón; por el burgués, compuesto de prendas más sencillas, que daban más libertad de movimiento y reflejaban menos las desigualdades sociales.
Para la mujer estaba el vestido camisa (chemise), con una silueta vertical que emula a las estatuas clásicas, hecho de muselina blanca y que al no llevar artilugios interiores proporciona sencillez y libertad de movimientos.
Otras telas empleadas fueron el linón,  el percal y la gasa, preferidas debido a su ligereza y transparencia.
Los colores predilectos eran blancos y grises, para expresar austeridad y elegancia racional.No se usaba corsé ni guardainfante, hasta 1804 se empezó a usar un nuevo tipo de corsé sin ballenas, menos rígido.
Para acompañar al chemise, existían unos jubones cortos llamados spencer y unos chales muy estrechos.
Los zapatos son planos, y el pelo corto y rizado, o recogido con un moño con
guedejas, imitando a las mujeres clásicas.


  

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