Caballeros 1

viernes, 8 de enero de 2016

Daniel Sánchez Carneiro.

Libros viejos


Y como un cuento alargado llego al final de nuestra historia, como uno de esos libros cuyos últimos capítulos estiras y estiras tratando de hacer que no se acaben, porque te da demasiada pena, porque no sabes cómo afrontarlo, porque una parte de ti se quedaría ahí. Y por no terminar una hermosa historia, de esta manera la conviertes en una trampa, en una versión retorcida y lenta de lo que fue, de lo que pudo ser. Por que todo vale la pena por un mes mas, por una semana mas, por un minuto mas. Todo vale la pena con tal de que lo que guardamos en nuestra memoria no se convierta en un recuerdo, no completamente, no quede atrapado en el pasado. Y de esta manera retorcemos y envenenamos las pocas flores que hay en nuestro interior, las deformamos y cambiamos volviéndolas oscuras y marchitas por extender su vida un día, una hora, un solo segundo más.
Pero se acabo, al menos en lo que a mi respecta, no seguiré envenenando con ilusiones vacías unos recuerdos que deberían cubrirme de alegría, no permitiré en lugar de la sonrisa vengan a mi mente la duda y el remordimiento por no haber sabido concluir una historia a tiempo. A llegado la hora de terminar un capitulo y con él un libro, de acabar con una historia para poder empezar otra nueva, desde cero, sin peros ni cuestiones, a llegado el momento de dejar descansar este viejo libro y permitirle cubrirse de polvo para que, al limpiarlo, pueda traerme un bonito recuerdo.
Y así, con lágrimas secas que nadie vera y gritos en forma de canciones tristes, concluyo el capítulo y cierro la tapa, dejo descansar la historia por fin y guardo el libro en un rincón donde poder olvidarlo el tiempo suficiente para que el veneno que yo mismo eche en la historia ala desaparecido. Y cuando lo haga, lo cogeré una vez más, lo mirare y sonreiré con esa sonrisa triste que tanto me caracteriza, por que será justo lo que tiene que ser, estará justo donde tiene que estar. Y es que, sinceramente, prefiero tener solo un bonito recuerdo que un presento que no reconozco.

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