Caballeros 1

domingo, 27 de octubre de 2013

Textos argumentativos

La filosofía lleva a cabo su tarea crítica dirigiéndose a todos los saberes y prácticas que encuadran su inscripción histórica y cultural. La crítica filosófica reviste así un carácter universal y radical, pero también procede metódica y sistemáticamente, valiéndose de un conjunto de disposiciones y recursos conceptuales que le dan identidad y especificidad”.(1)

La principal tarea de la Lógica es la de averiguar cómo la verdad de una determinada proposición está conectada con la verdad de otra. En lógica habitualmente se trabaja con grupos de proposiciones relacionadas. Las proposiciones son expresiones declarativas del lenguaje informativo de las que se tiene sentido manifestar verdad o falsedad.
El argumento es el contenido que se emplea para demostrar aquello que se afirma o niega de algo. Es un conjunto de varias proposiciones ligadas con vínculos de subordinación, y tal vez de coordinación, que una de ellas se suponga inferida de las otras que se suponen como garantía de aceptabilidad. El objetivo del argumento es probar una conclusión discutible.



La argumentación y la exposición están estrechamente relacionadas: se expone para informar y esta exposición se puede argumentar para convencer y persuadir de alguna propuesta. Ambas se pueden presentar de forma independiente.

 
Un texto argumentativo consta de: 
1. 
Tesis. Es la idea fundamental en torno a la que se reflexiona; puede aparecer al principio o al final del texto. Ha de presentarse clara y objetivamente. Puede encerrar en sí varias ideas.  
2. Cuerpo. Despliega la idea o ideas que se pretende demostrar desde dos perspectivas: una de defensa (se van ofreciendo los argumentos para confirmarla) de ellas, y otra de refutación contra previsibles objeciones que podría hacer el adversario.  La primera no debe faltar.
3. Conclusión. En la demostración se reflexiona sobre el tema desde todos los ángulos, hasta llegar al objetivo deseado, que se ofrece como conclusión a menudo anunciada al comienzo del escrito. Puede presentarse de varias formas: 
· Afirmando la idea principal. El contenido que  se desarrolla asume el rango de tesis porque explica el problema o los fenómenos que se tratan en una idea general.
· Como propuesta sugerente. Este tipo de conclusión se distingue porque el escrito, si bien recoge en síntesis la idea sustancial de la exposición, no llega a hacer definitivo su razonamiento o a completar su información. Se asientan sugerencias para futuros trabajos, abriendo caminos hacia otras perspectivas antes de poner punto final al propio texto.
Lo que distingue a un argumento de una mera colección de proposiciones es la inferencia que se supone que las une. Inferir (implicar) es derivar una consecuencia o deducir algo de otra realidad, de una verdad conocida se pasa a otra no conocida.
 
Decálogo para elaborar un texto argumentativo.
Texto = cualquier forma de comunicación.
 
1.  Determinar claramente cuál es la idea central del ‘texto’ que se va a sostener.
2.  Definir el receptor a quien va dirigido. Es frecuente el empleo de tecnicismos correspondientes a la disciplina de la que trate el texto, lo que obliga a considerar y clarificar el significado de los términos empleados.
3.  Cualquier afirmación ha de estar sustentada por una serie de argumentos, por lo que habrá que buscar todos los argumentos posibles a favor de la tesis.
4.  Tener en consideración las opiniones, creencias y valores del destinatario para elegir aquellos argumentos que mejor puedan convencerle y desestimar los restantes.
5.  Deben preverse las posibles objeciones del adversario a dichos argumentos. La ironía da por verdadera y seria una afirmación evidentemente falsa; tiene como finalidad reprochar algo al interlocutor, o hacerle partícipe de la burla o indignación del autor.
6.  Una buena introducción para hacer significativo el proceso, contribuye a captar la aprobación del otro. La comprensión hace posible cualquier forma de conocimiento.  
7.  El orden de los argumentos es un factor esencial. En beneficio del mismo, se evitarán las divagaciones, que podrían entorpecer la comprensión. Los argumentos más sólidos se deben incluir al final.
8.  La conclusión debe tener fuerza e interés para ganar la complacencia del auditorio.
9.  Emplear el lenguaje de forma adecuada, concisa y clara, sin renunciar a la ayuda que pueden proporcionar los recursos literarios. Es indudable que un texto debidamente fragmentado en párrafos es más fácilmente interpretado y asimilado que un texto indiviso.
10. Si la exposición es oral, conviene memorizar de modo general el texto para producir una buena impresión de seguridad en los oyentes.
 
Técnicas argumentativas
 
1. Relación de causa/efecto.
2. Citas o argumentos de autoridad.
3. Refranes.
4. Máximas.
5. Ejemplos.
6. Fábulas.

 

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