La importancia de la importancia
Durante las últimas semanas de su vida, mi padre nos impuso, a mi hermano y a mí, que fuéramos a visitarle con traje y corbata. Le gustaba recorrer los pasillos del hospital entre nosotros, con las babuchas lentas y el mentón bajo, como si rumiara formidables operaciones de bolsa u horrendos atentados terroristas. Jamás fue tan feliz. Ni pareció tan triste.
Pablo Gonz
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