
Acabo de cumplir veinticuatro años, y de enterrar a mi último esposo de seis que he tenido en otros tantos matrimonios, en espacio de poquísimos años. El primero fue un mozo de poca más edad que la mía, bella presencia, buen mayorazgo, gran nacimiento, pero ninguna salud. Había vivido tanto en sus pocos años, que cuando llegó a mis brazos ya era cadáver. Aún estaban por estrenar muchas galas de mi boda, cuando tuve que ponerme luto. El segundo fue un viejo que había observado siempre el más rígido celibatismo; pero heredando por muertes y pleitos unos bienes copiosos y honoríficos, su abogado le aconsejó que se casase; su médico hubiera sido de otro dictamen. Murió de allí a poco, llamándome hija suya, y juró que como a tal me trató desde el primer día hasta el último. El tercero fue un capitán de granaderos, más hombre, al parecer, que todos los de su compañía. La boda se hizo por poderes desde Barcelona; pero picándose con un compañero suyo en la luneta de la ópera, se fueron a tomar el aire juntos a la explanada y volvió solo el compañero, quedando mi marido por allá. El cuarto fue un hombre ilustre y rico, robusto y joven, pero jugador tan de corazón, que ni aun la noche de la boda durmió conmigo porque la pasó en una partida de banca. Diome esta primera noche tan mala idea de las otras, que lo miré siempre como huésped en mi casa, más que como precisa mitad mía en el nuevo estado. Pagóme en la misma moneda, y murió de allí a poco de resulta de haberle tirado un amigo suyo un candelero a la cabeza, sobre no sé qué equivocación de poner a la derecha una carta que había de caer a la izquierda. No obstante todo esto, fue el marido que más me ha divertido, a lo menos por su conversación que era chistosa y siempre en estilo de juego. Me acuerdo que, estando un día comiendo con bastantes gentes en casa de una dama algo corta de vista, le pidió de un plato que tenía cerca y él la dijo: –Señora, la talla anterior, pudo cualquiera haber apuntado, que había bastante fondo; pero aquel caballero que come y calla acaba de hacer a este plato una doble paz de paroli con tanto acierto, que nos ha desbancado.–Es un apunte temible a este Juego.
El quinto que me llamó suya era de tan corto entendimiento, que nunca me habló sino de una prima que él tenía y que quería mucho. La prima se murió de viruelas a pocos días de mi casamiento, y el primo se fue tras ella. Mi sexto y último marido fue un sabio. Estos hombres no suelen ser buenos muebles para maridos. Quiso mi mala suerte que en la noche de mi casamiento se apareciese una cometa, o especie de cometa. Si algún fenómeno de éstos ha sido jamás cosa de mal agüero, ninguno lo fue tanto como éste. Mi esposo calculó que el dormir con su mujer sería cosa periódica de cada veinticuatro horas, pero que si el cometa volvía, tardaría tanto en dar la vuelta, que él no le podría observar; y así, dejó esto por aquello, y se salió al campo a hacer sus observaciones. La noche era fría, y lo bastante para darle un dolor de costado, del que murió.
Todo esto se hubiera remediado si yo me hubiera casado una vez a mi gusto, en lugar de sujetarlo seis veces al de un padre que cree la voluntad de la hija una cosa que no debe entrar en cuenta para el casamiento. La persona que me pretendía es un mozo que me parece muy igual a mí en todas calidades, y que ha redoblado sus instancias cada una de las cinco primeras veces que yo he enviudado; pero en obsequio de sus padres, tuvo que casarse también contra su gusto, el mismo día que yo contraje matrimonio con mi astrónomo.
Estimaré al señor Gazel me diga qué uso o costumbre se sigue allá en su tierra en esto de casarse las hijas de familia, porque aunque he oído muchas cosas que espantan de lo poco favorable que nos son las leyes mahometanas, no hallo distinción alguna entre ser esclava de un marido o de un padre, y más cuando de ser esclava de un padre resulta el parar en tener marido, como en el caso presente.
Es curioso como este texto y la parte de irene del si de las niñas me recuerdan mucho a este anuncio del Volkswagen passat del cual dejo el enlace aqui:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=T_EUParB7S8&feature=player_embedded
A diferencia de Irene y de esta chica de la carta, es que ella si puede elegir pero otra cosa es que eliga a personas mayores , pero al final mira por quien de verdad le conviene y no solo por el estatus social.
Comentando el si de las niñas y la relacion de la carta del cadalso , tengo que decir que las dos son muy parecidas en cuestion de pensamiento , ( la chica de la carta con doña Irene) las dos tienen padres que buscan el posicionamiento , el buen posicionamiento de sus hijas. hay tambien una pequña relacion entre la chica de la carta y doña frnacisca , esa relacion viene dada tamb al pensamiento y al parecido en cuestion de comportamiento , pero en una sale mal (la chica de la carta al no poder casarse con quien queria ) y en otra bien ( Francisca con don Carlos) las dos uscan el la libertad de poder hacer lo que quieran de poder guiarse por su corazon y no por su escala social, quieren dejar de ser sometidas para librarse de algun modo de lo que las ahoga para poder entregarse a quien quieran y cuando quieran.
Tambien cuestionan el tema de la edad , pero haí tambien tenemos que volver a la escala social, hombre mayor mejor escala social ,hombre joven menor escala social, no digo que este mal que una persona de 20 este con otra de 40, CLARO QUE PUEDEN, pero siempre y cuando sea por amor y no por posicionamiento social y obligacion conmo se esta mencinando en la obra.
Comentario de Adrian Lopez Rodríguez 1bha
Las semejanzas con Francisca de la protagonista de la carta de cadalso son evidentes.
ResponderEliminarAmbas se mueven en un contexto social en el que los matrimonios por conveniencia son lo habitual, cosa que los ilustrados no veían bien por la falta de amor y la poca descendencia (de ahí su crítica).
Ambas tienen figuras paternales, en el caso de Francisca su madre, en el caso de la protagonista de Cadalso su padre, a las que deben obedecer por encima de su voluntad. Tienen también las dos un jóven con el que se prometen felices pues comparten amor e inquietudes, aunque a juzgar por la carta el desenlace no es el mismo, pues en El Sí de las niñas Francisca acaba casándose con el jóven gracias a la renuncia de Don Diego, quien, por cierto, se considera un ilustrado. Razona y llega a la conclusión de que es lo más conveniente.
Sin embargo en la carta de Cadalso sólo se advierte la queja de alguien que no ha encontrado una salida satisfactoria a su situación. Quizá necesite también a un Don Diego que permita interferir en las directrices familiares para poder casarse con su amado.
El objetivo de ambas mujeres es compartido: Ser libres para decidir, aunque sólo sea, con quien pasan el resto de su vida, aunque quizá, eso de pasar el resto de tu vida con alguien, en aquellos tiempos, fuese confiar demasiado en la suerte.
Los elementos similares entre "El si de las niñas" y la carta de Cadalso son casi uniformes:
ResponderEliminar-Entorno social.
-Educación religiosa.
-Subordinación extrema a los padres.
-Diferencia exagerada entre los contrayentes.
"El si de las niñas" tiene una finalidad didáctica para los hijos pero creo que tiene mas peso pedagógico ya que creo que la obra se centra más en los viejos que en la gente joven, de como se va entreviendo un cambio de mentalidad en lo que respecta al matrimonio y a las relaciones sentimentales.De como sobreproteger a los hijos e intentar forzarles a tener una mentalidad similar a la suya es como mínimo contraproducente.
La diferencia mas clara que puedo ver es es final de ambas historias, mientras en una es un final feliz para todos incluso para la madre religiosa en la otra ademas de ser acatados por parte del padre todos los casamientos,la otra parte implicada,el amado,también es obligado a casarse en contra de su voluntad, o lo que es lo mismo, que acaba "mal" la historia.Estamos pues ante el mismo hecho pero con visiones diferentes del neoclasicismo de Moratin en contarposición del Barroco de Cadalso.
David Varela Varela
Cadalso es también autor neoclásico.
ResponderEliminarLa semejanza clara del "si de las niñas" y la carta de Cadalso, se basa en los matrimonios concertados por los padres para sus hijas.
ResponderEliminarLa razón de los padres aunque un poco equivocada para mi parecer, para ellos era la correcta, quieren lo mejor para sus hijas, y las hijas deben honrar a su padre y no defraudarle.
Los matrimonios así no tenían mucho éxito entre la diferencia de edad que solía ser notoria y sin conocer a la otra persona, lo hacia un matrimonio muy complicado.
Otro tema es la infelicidad de la hija que los padres ni se molestan a pensar que sus sentimientos se pueden sentir heridos, al ponerla entre la espada y la pared al casarse sin amor o a deshonrar a su padre
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ResponderEliminarSe pueden ver grandes semejanzas entre el "sí de las niñas" y la carta de José Cadalso.
ResponderEliminarLas dos pertenecen a una época en la que los matrimonios eran concertados, y no existia posibilidad de rechazar estos compromisos.
Los matrimonios por conveniencia entre mujeres y hombres no coincidia con la forma de pensar de la Ilustración (con la que se identificaba Moratín):
Entre algunos motivos, la ausencia de amor como vínculo de la pareja, (algo que se ve tanto en la obra, como en este texto) , y lo que afectaba a la sociedad, sobre todo al crecimiento demográfico, ya que al ser matrimonios con tanta diferencia de edad, la descendencia era muy poca o casi nula.
Pero como diferencia podemos hablar de como concluye la obra: En el "sí de las niñas", Don Diego comprende el amor entre su sobrino y Doña Paquita, la cual no es capaz de revelarse por su educación, siendo el, a pesar del desacuerdo de su madre, el que tiene que juntar a la pareja, y asi dar una lección moral.
En la carta de Cadalso, podemos ver a una mujer joven, que ha tenido varios maridos (aqui podemos hablar de lo citado anteriorme y los problemas que supone), pero que al igual que Paquita, no es capaz de revelarse contra la educación que le han implantado.
La diferencia es que a esta joven solo le queda acatar esos contratos sin que ningun "Don Diego" le ayude a frenar esta sucesión de matrimonios económicos.
Ana Mº , 1º bca
La principal similitud entre el "si de las niñas" y la carta de Cadalso es el matrimonio concertado. En aquella época no se miraban los sentimientos de las personas, sino los beneficios que tendrían a largo plazo. Por eso muchos padres casaban a sus hijas con hombres mayores con los cuales podrían llegar a tener un buen futuro, pero sin pensar que la gran diferencia de edad entre los contrayentes, fuera un obstáculo o el simple el hecho de que no hubiera amor entre ellos. Todo esto lo hacían por el honor de la familia y porque los padres crían que era lo mejor para sus hijas.
ResponderEliminarMaría Vázquez 1º BCA
Este texto de Cedalso tiene variedad de similitudes con el libro "el si de las niñas", las mas evidentes son:
ResponderEliminar1º La similitud de intereses que tienen los padres de respectivas historias (en uno el padre y en la otra la madre) en casar a sus hijas con una persona bien situada socialmente y con una buena economía.
2º La obediencia y sumisión que muestran las hijas de las dos historias con sus padres, obedeciendo sus deseos de que se casen con alguien al que no aman ni desean.
3º La existencia de una amado con el que si se quieren casar y con el que no pueden por desobediencia(a su padre o madre)
4º La similitud en la situación de no poder hacer nada por parte del amante, o bien por estar también coaccionado por sus padres y tener que casarse con otra mujer(como en la carta de Cadalso), o por ser el futuro marido de su amada su tío(si de las niñas).
En todo caso, que los padres decidan el destino y en la mayoría de los casos el marido o la mujer de sus hijos era lo normal de la época. Ahora que sea lo adecuado, seguramente no.
Adrián Maseda Giráldez 1ºBHA
Una de las semjanzas de la novela de Moratín “El sí de las niñas” con el texto de Cadalso es el soporte en el cual describe el autor la situación de la crisitiana “que apenas conoce” ya que durante la obra se nombra en diversas ocasiones el uso de cartas como soporte para la escritura, sobretodo durante una parte importante de la obra, la carta que escribe Don Carlos a Doña Paquita, la cual intenta entregar acompañando la situación con música durante la noche tras ser descubierto por Don Diego.
ResponderEliminarEl contenido de la carta de dicha cristiana que describe Cadalso describe a una mujer muy parecida al personaje de Doña Irene, una mujer la cual ha pasado por diversos matrimonios y cuya principal preocupación es la de encontrar marido con el que poder mantenerse. Esto es válido hasta la reflexión de los dos últimos párrafos, donde cae en conclusión que lo más lógico es casarse con alguien por la que se sienta un amor verdadero, conclusión a la que también llega el personaje de Don Diego tras la conversación con Doña Paquita, cuando este la encuentra llorando el día siguiente de la acción ocurrida con Don Carlos, donde describe de manera crítica la situación de los matrimonios concertados de la época y la educación de las niñas, educación cuyo fin era la preparación psicológica para esta clase de matrimonios, otra semejanza con el texto de Cadalso.
Debido a las características de la obra y a las semejanzas con el texto de Cadalso, podemos deducir que “El sí de las niñas” es una crítica consciente de lo que significan los matrimonios concertados, además de expresar lo que significa llegar a ser feliz tras conocer y lograr lo que realmente significa el amor.
Sergio Conchado Pérez 1ºBHA