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En mi balada se cuentan los amores de un tornillo del doce y de una tuerca del siete. La diferencia de calibres hace imposible la plenitud del amor, a menos que uno de ellos se sacrifique, y, o se haga del siete el tornillo, o del doce la tuerca. La situación se expone en tres estrofas. La cuarta y la quinta contienen el comienzo de la disputa. Al empezar la sexta, la tuerca, a quien corresponde el uso de la palabra, repite el primer verso de la cuarta, con terquedad femenina, escasez de imaginación y pobreza dialéctica: y, entonces, ese primer verso arrastra los siguientes, y así se inicia el círculo infernal de la repetición indefinida, de modo que el poema carece, propiamente hablando, de conclusión, y el recitador puede seguir repitiendo las estrofas cuarta y quinta hasta cansarse. En lo cual veo yo, no sólo el índice de la amorosa tragedia del tornillo y la tuerca, sino secretas significaciones de la naturaleza más profunda, en orden, quizás, a la organización cíclica del universo. Contiene además el poema ciertos elementos paralelísticos:
Mátira cóscora látura cal
Torcalirete, Turpolireta,
Lámbita múrcula séxjula ram,
Turpolireta fríndela mu gay.
Tórcolo mórmoro blésturo mor
Torcalirete, Turpolireta,
Sóculo mótulo vísculo son,
Torcalirete frindela mu yon.
Mátira múrcula séxjula vim
Torcalirete, Turpolireta,
Sóculo mórmoro látura pil,
Turpolireta gascunda mu lir.
"Lápilo glótulo mínulo tel,
Torcalirete, Turpolireta,
Nímulo rájulo tépilo vel",
Turpalireta vigunda fri ben.
"Tínito péculo glótulo tu
Torcalirete, Turpolireta,
Rátulo cáncayo límulo su",
Torcalirete gascunda fri gum.
"Lépilo glótulo mínulo tel,
Torcalirete, Turpolireta,
Nímulo rájulo tépilo vel",
Turpalireta vigunda fri ben.
"Tínito péculo glótulo tu
Torcalirete, Turpolireta,
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..................................
Torcalirete gascunda fri gum.
No es que sea mi mejor poema narrativo, pues prefiero la Elegía a las pinzas de turmalina, que presenté a la Real Sociedad Lírica y Poética Santa Lilaila de Barallobre cuando quise ser admitido en ella como socio de número, y fui rechazado por todas las bolas negras posibles al juzgar el comité de recepción que el poema resultaba ininteligible, aunque iba acompañado de su traducción. Mis colegas de Castroforte no consideraron, al parecer, suficientemente líricas las pinzas de turmalina como para dedicarles nada menos que una elegía (en pentámetros y hexámetros rigurosos).
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