Caballeros 1

jueves, 16 de junio de 2022

Vicente Aleixandre. Poesía del siglo XXI.

 


Ya lo intuyó en vida Miguel Hernández al descubrir La destrucción del amor: "Leyendo tu libro me siento un primitivo, Vicente. Tan aplicada está tu sensibilidad poética y tan trabajado tu sentimiento universal. He dicho a un amigo que tu obra es para la juventud venidera más que la presente". Y así fue como profetizó un lazo que dura hasta hoy. Si preguntamos a los poetas más jóvenes, Ana Merino confiesa: "Aleixandre me impresionó mucho de adolescente porque miraba el mundo desde lo que yo intuía y quería definir como una poesía planetaria de los sentidos. Era como si el universo, con toda su fuerza, se mezclara con las sensaciones de los cinco sentidos. Creo que me enseñó a valorar esa capacidad interestelar de los poetas que se funden en el amor". Algo parecido suscriben autoras como Raquel Lanseros o Beatriz Hernanz, estrechamente vinculadas a la obra de Aleixandre. Para la primera representa "la luz, la concordia, el hedonismo, la libertad del cuerpo y la alegría del placer". A Hernanz siempre le ha marcado su biografía personal y poética, "además de abrirme los ojos hacia nuestro arte en el siglo XX". También Luis Muñoz incide en su vigencia: "Aleixandre es un poeta esencial. Su idea de la poesía como último fracaso al implicar la destrucción de su soporte vivo, creo que es una clave fundamental de su escritura. Es un maestro de la transfiguración de las pasiones en el lenguaje, a través de símbolos e imágenes, con una especie de impotencia increíblemente rica en expresividad y capacidad de sugerencia".

Aleixandre es el gran notario en permanente pálpito del amor. “No del ensoñado, sino del intensamente vivido, gozado y padecido”. El permanente vigía en busca de una rendija por la que se colara esa “aspiración a la luz”, si nos atenemos a su propia expresión de búsqueda.

Un camino que emprende con Ámbito, prosigue y persigue después en Pasión de la tierra, Espadas como labios, La destrucción o el amor, Mundo a solas, Siembra del paraíso… Así hasta los Poemas de la consumación.




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