El Amor Cortés. Es una filosofía del amor nacida en la Provenza francesa en el siglo XI. Las características principales del amor cortés son las siguientes:
1) HUMILDAD: los amadores adoptan una postura servil frente a la dama. Los códigos siervo/señor de la sociedad feudal se trasladan a la relación amorosa. El amante es el esclavo de la dama.
2) CORTESÍA: moral y social. Hay cualidades y virtudes éticas (valor, caballerosidad) y es dentro del estamento aristocrático cortesano. Solo el cortesano es capaz de amar.
3) RELIGIÓN DEL AMOR: La mujer ocupará el lugar absoluto de Dios en la religión del amor. El hombre se siente ligado a ella. La mujer será objeto de culto a la manera cristiana. El amador hace de su amada un dios.
4) ADULTERIO: el amador ama a una mujer casada. Amor y matrimonio son antagónicos. Hay una oposición entre el verdadero amor y el matrimonio, porque este obedece a intereses sociales y económicos. Las relaciones entre esposos no pueden ser corteses porque faltan la ansiedad, la espera, el peligro, el riesgo…
Un ejemplo de Jorge Manrique muy exitoso, su logro "sin Dios y sin vos y mi" lo vamos a reencontrar en otros grandes autores como el barroco Lope de Vega.
Qué doloroso es amar...
¡Qué doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Si es doloroso saber,
que va marchando la vida
como una mujer querida,
que jamás ha de volver.
Si es doloroso ignorar,
donde vamos a morir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Triste es ver que la mirada,
hacia el sol levanta el ciego;
y el sol la envuelve en su fuego
y el ciego no siente nada.
Ver su mirada tranquila,
a la luz indiferente
y saber que eternamente,
la noche va en su pupila
bajo el dosel de su frente.
Pero si es triste mirar
y la luz no percibir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Conocer que caminamos,
bajo la fuerza del sino;
recorrer nuestro camino
y no saber donde vamos.
Ser un triste peregrino,
de la vida en los senderos,
no podernos detener,
por ir siempre prisioneros,
del amor o del deber.
Mas si es triste caminar
y no poder descansar
mas que al tiempo de morir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Vivir como yo soñando,
con cosas que nunca vi;
y seguir, seguir andando,
sin saber por qué motivo
ni hasta cuándo.
Tener fantasía y vuelo,
que pongan al cielo escalas
y ver, que nos faltan alas,
que nos remonten al cielo.
Más si es triste no gozar,
lo que podemos soñar;
no hay más amargo dolor,
que ver el alma morir,
prisionera de un amor
y no poderlo decir.
Leonor de Aquitania
¡Qué doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Si es doloroso saber,
que va marchando la vida
como una mujer querida,
que jamás ha de volver.
Si es doloroso ignorar,
donde vamos a morir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Triste es ver que la mirada,
hacia el sol levanta el ciego;
y el sol la envuelve en su fuego
y el ciego no siente nada.
Ver su mirada tranquila,
a la luz indiferente
y saber que eternamente,
la noche va en su pupila
bajo el dosel de su frente.
Pero si es triste mirar
y la luz no percibir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Conocer que caminamos,
bajo la fuerza del sino;
recorrer nuestro camino
y no saber donde vamos.
Ser un triste peregrino,
de la vida en los senderos,
no podernos detener,
por ir siempre prisioneros,
del amor o del deber.
Mas si es triste caminar
y no poder descansar
mas que al tiempo de morir;
¡más doloroso es amar...
y no poderlo decir!
Vivir como yo soñando,
con cosas que nunca vi;
y seguir, seguir andando,
sin saber por qué motivo
ni hasta cuándo.
Tener fantasía y vuelo,
que pongan al cielo escalas
y ver, que nos faltan alas,
que nos remonten al cielo.
Más si es triste no gozar,
lo que podemos soñar;
no hay más amargo dolor,
que ver el alma morir,
prisionera de un amor
y no poderlo decir.
Leonor de Aquitania
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