Caballeros 1

martes, 24 de mayo de 2016

Amor gitano.

   Hace tiempo, en Londres, en el verano del 2003, vivían dos familias gitanas. Ambas se buscaban la vida trabajando en los bulliciosos mercadillos de la ciudad. El roce no les había llevado al cariño sino al odio. Entre las peleas por situarse en los puestos más ventajosos que se les asignaba en el mercadillo, nació el amor entre sus hijos.
   Los jóvenes se amaban, ninguna de las familias creía posible aceptar dicha relación.
   La familia Jiménez había sido siempre una familia guapa, los Jiménez eran altos, esbeltos con el ensortijado pelo negro muy brillante. Los Montoya no se diferenciaban por su porte, es más, abundaban los bajitos con tendencia al sobrepeso, sobre todo en los varones que frisaban los cuarenta.
   Son duros los días de mercadillo, pasan por ellos fríos y calores extremos que endurecen la piel y a veces el alma de quienes lo trabajan. Una noche robaron a la familia Jiménez, lo tenían claro, los Montoya habían surtido su almacén con productos que provenían de la furgoneta de los Jiménez. La guerra entre las familias arrecio.
   Marieta y Julián encontraban un espacio sin tiempo por las mañanas cuando sus familias se afanaban en las labores del mercadillo. Marieta comunico, con mucho miedo, a sus padres que estaba embarazada. Era una Montoya embarazada de un Jiménez.
   Los Jiménez recibieron la nueva con similar ánimo. Todo fueron gritos y gestos airados. La pelea ahora tenía por objeto la educación del bebe, abuelos, primos, tíos se vieron con derecho a opinar por encima de los padres. El hospital en el que Marieta no conseguía reposar con su hijo fue testigo de una reyerta con armas, tiros que hirieron, aún más, a la reciente madre.
   Julián era un Jiménez tan valiente como Marieta Montoya, decidieron dejar atrás el rencor y escaparon a Canadá  en donde comenzaron una nueva vida. No han vuelto nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario