Pasados cien años, un príncipe de un pueblo vecino, se enteró de la profecía que allí había y muy valientemente fue en busca de la princesa. En cuanto la besó, ella se despertó y se supone que se casaron y fueron felices para siempre.
Hasta aquí es lo que nos han contado a todos. Pero ,en ese momento no se casaron. El príncipe tenía por padres al rey y a la reina. Su madre, la reina, era de familia de ogros y el príncipe sabía que no le iba a hacer mucha gracia su historia, por lo que decidió mantenerla en secreto. Incluso tuvo dos hijos con la princesa sin que ellos se enteraran, Aurora y Día.
Un día el padre del príncipe falleció, por lo que él pasaba a ser el rey y fue entonces cuando decidió contar a su madre la historia que tenía con la futura reina. Ella se fue con él y se casaron y vivieron allí, hasta que un día el ya rey tuvo que marchar a luchar en una guerra, dejando a su madre como encargada del reinado.
Fue en este momento cuando a la reina le salió la vena ogresa que llevaba dentro y un día le dijo a su mayordomo que quería comerse al pequeño Día, con una buena salsa,… El mayordomo no se atrevió a matarlo y lo que hizo fue llevar al niño a la habitación que él compartía con su mujer para que lo cuidara, y en su lugar, le cocinó un cabritillo. La reina se lo comió como si hubiera sido el niño,…
Otro día le encargó lo mismo con Aurora, volviendo a repetir el mayordomo la misma operación, y otro día a la princesa,…La reina estaba muy contenta pensando que se os había comido a los tres.
Hasta que un día, dando un paseo por pasillos del palacio, escuchó jugar a Día y Aurora, al igual que escuchó a la madre de las criaturas. Se enojó muchísimo y mandó poner una gran olla llena sapos, culebras, serpientes y víboras en el patio para poder echar allí vivos a la madre, los dos hijos, el mayordomo y su mujer. Allí estaban ya los verdugos preparados para lanzarlos a su fin cuando apareció el príncipe de la guerra, al que no esperaban tan pronto. Tal rabia le dió a la ogresa que fue ella misma la que se lanzó de cabeza dentro de la cuba, hasta que allí la devoraron los bichos,…
Este es el verdadero final de este cuento.
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