GÉNERO LITERARIO. ENTRE LA NOVELA HISTÓRICA, LA NOVELA
POLICÍACA Y EL FOLLETÍN
Eduardo Mendoza ha manifestado desde sus inicios como
novelista que pretende hacer una literatura sin ningún fin trascendental,
reivindicando así la idea de la novela bien escrita que simplemente cuente una
historia que atraiga al lector. Esto no impide que la mayoría de sus novelas
reflejen y analicen determinados ámbitos sociales e históricos con talante
crítico e irónico. Son muchas las influencias que se detectan en la obra
narrativa de Mendoza, reconocidas por él mismo y sus intenciones parecen ser muy
claras: renovar recuperando, cambiar el estado de las cosas a partir de una
larga tradición narrativa que nos llega a los españoles de muy lejanos tiempos.
Su fuente directa es la novela tradicional que le hace recoger ingredientes de
muy variada procedencia. La organización del relato en secuencias de claro
origen cinematográfico, la heterogeneidad textual de la escritura (diálogos,
documentos, artículos periodísticos…) y el caos temporal que, finalmente queda
aclarado son, entre otros, recursos que sitúan esta novela en la evolución
contemporánea de esta narrativa. A partir de ahí, las influencias son variadas
y van desde la novela bizantina hasta el actual género policíaco.
Novela bizantina: su gusto por la aventura, las casualidades, la
sorpresa, los encuentros y desencuentros es tan fuerte como en su día lo fue en
Cervantes, quien se convertirá en uno de sus mentores.
Miguel de Cervantes: la obra es un texto paródico
de varios géneros, un rompecabezas que caricaturiza varios modelos al mismo
tiempo que los eleva a su máxima expresión. Mucho tienen de quijotes fracasados
Javier Miranda, Pajarito de Soto o el comisario Vázquez.
La novela picaresca: el mundo del pícaro
es otro de los referentes de Mendoza. Un ejemplo claro es Nemesio Cabra, uno de
los personajes más logrados de la novela. Es el prototipo de ser destinado a
luchar contra un destino que le mantiene de modo implacable en la marginación
social, sin levantar cabeza y sirviendo a unos amos que de ningún modo le
agradecerán sus servicios.
El esperpento de
Valle-Inclán: presente en tipos y ambientes. Dos ejemplos muy claros son la
taberna de Pepín Matacríos (que no puede ocultar su parentesco con la Pica
Lagartos de Valle) o el cabaret donde trabaja María Coral, cuyos clientes son
un paradigma del arte esperpéntico.
La novela norteamericana: que desde los
años 60 se obstina en presentar unos héroes, más bien antihéroes, que viven en
soledad como víctimas o cabezas de turco (Javier Miranda, Pajarito de Soto…).
Después de todas estas referencias uno se pregunta ante qué
tipo de novela estamos; ¿se trata de una novela social, política, histórica,
policíaca? Los críticos parecen no ponerse de acuerdo al respecto. Algunos
apuestan por una trama fundamentalmente política (C. Sarrias) donde, detrás de un
argumento aparentemente simple, hay una voluntad clara de denuncia social. Se
trataría de un relato policial que deviene en indagación política, a través de indefinición
donde se habla de fondo histórico, estructura policial y relato social.
Eduardo Mendoza recurre a la técnica del pastiche que
consiste en imitar diversos subgéneros y estilos en una misma obra. Así,
utiliza elementos narrativos de la novela policíaca (estructura global,
asesinatos, muertes violentas, pistas, pesquisas del policía, reconstrucción de
los hechos y, finalmente, aclaración de lo sucedido), con claras influencias de
la novela negra americana e incluso del folletín del siglo XIX (el enredo de la
trama sentimental que tiene como
Pero si algo destaca es que se hace de algunos de los
principales géneros literarios. la
parodia
Parodia de la novela policial: la labor
detectivesca está en manos de personajes que no alcanzan a deducir con lógica
ni a ver el alcance de sus sospechas (Miranda, Pajarito). Solo Vázquez aplica
el método deductivo pero es un personaje tremendamente descoyuntado cuyas
actuaciones son tratadas con fuertes dosis de humor.
Parodia de la novela rosa o sentimental:
después de lo sucedido es poco habitual un desenlace amoroso como el que
protagonizan María Coral y Miranda.
Parodia de la novela social: un tono humorístico parece contemplar
los atentados, los movimientos revolucionarios, la tensión social…
Parodia de la novela de folletín: en el
carácter melodramático de situaciones y personajes que antes provocaba el
llanto, provoca ahora la risa, pues su recreación presenta unos perfiles tan
marcados que solo es posible pensar en una intención ridiculizante.
De todo ello se deduce que Mendoza construye un argumento
complejo dentro de un marco histórico muy atractivo, la Barcelona de 1917, con
altas cotas de prosperidad burguesa pero con una clase proletariada que roza la
miseria y el hambre. En definitiva, se trata de una novela que intenta contar
una historia, lo más atractiva posible y, para ello, escoge un tiempo histórico
complejo en sus relaciones sociales que resulta apasionante para el lector.
Y así fue como salimos de Barcelona para no regresar jamás. El
dinero del pasaje del barco nos lo presto Cortabanyes, en un inesperado gesto
de generosidad, o tal vez por quitarse de en medio a quien tanto sabía sobre su
persona. No llegamos a Hollywood. Nos quedamos en Nueva York, donde las cosas
no fueron como María Coral había pensado. Luchando contra la pobreza, el idioma
y la posibilidad de ver negada la prórroga de nuestro permiso de residencia y
trabajo, transcurrieron varios años [...]. Por último, obtenida la nacionalidad
americana e introducido en el mundillo financiero de Wall Street como mero
agente comercial, pero con un sueldo respetable, y retirada María Coral del
mundo del espectáculo, me decidí a cumplir con el encargo que otrora me hiciera
Lepprince. La compañía aseguradora quedó sorprendida de mi reclamación, no se
avino a pagar y los abogados de Lepprince me convencieron para llevar las cosas
ante un tribunal. Del juicio y de mis declaraciones han brotado estos
recuerdos. Estoy sólo en casa, el juicio ha terminado y sólo queda esperar
hasta mañana para conocer el resultado. Los abogados dicen que la impresión es
buena y que mis declaraciones han sido hábiles y prudentes. María Coral ha
salido. No tenemos hijos, pues María Coral quedó imposibilitada para la
maternidad a raíz de la pérdida del hijo de Lepprince. Nos vamos haciendo
viejos [...]. El correo me ha traído una carta inesperada de María Rosa
Savolta. Creo que su transcripción será el mejor modo de poner punto final a
esta historia. Apreciado amigo: No puede usted imaginarse la enorme alegría que
nos ha producido a Paulina y a mí recibir la noticia de que usted nos iba a
enviar dinero desde Nueva York. Hasta que nos escribió el abogado no sabíamos
nada de ese seguro que mi marido (q. e. p. d.) suscribió antes de morir. El
abogado nos ha explicado las causas del retraso en el cobro del seguro. Créame
que nos hacemos perfecto cargo de los motivos que le han impulsado a usted a
obrar de esta manera y no le hacemos reproche alguno. Estos años han sido muy
difíciles para Paulina y para mí [...]. Mi único deseo, en este tiempo, ha sido
procurar que la pequeña Paulina no careciese de nada. Por desgracia temo que su
educación sea deficiente [...]. El dinero que usted nos va a enviar nos viene
pues como anillo al dedo. Tengo puestas mis esperanzas en una buena boda, para
cuando Paulina esté en edad de merecer, cosa difícil de lograr sino se cuenta
con un mínimo de medios [...] Ya ve usted lo muy necesitadas que estamos de ese
dinero que usted nos enviará en breve. Ya sabe que nos tiene siempre a su
entera disposición y que nuestra gratitud por su desinteresada ayuda no conoce
límites. Crea que con ella ha contribuido a despejar un poco el negro panorama
de nuestras vidas y a rehabilitar la memoria de aquel gran hombre que fue Paul-André
Lepprince. Suya afectuosa, María Rosa Savolta.
1.-Entre las influencias de la narrativa de Mendoza está la novela
picaresca. Gonzalo Sobejano define el género picaresco como la relación en primera persona de la vida y desventuras de
un sujeto humilde articulada según una estructura episódica y destinada a
explicar un estado, superado o no, de deshonor del protagonista. Las
circunstancias sociales son uno de los elementos con los que el narrador
justifica su vida. Explica si estas
características están presentes en la novela.
2.- Explica, a partir
de tu conocimiento de Rosa Savolta, el
carácter irónico que vierte Mendoza en el siguiente fragmento de la carta
que cierra la novela.
Mi único deseo, en este tiempo, ha sido procurar que la pequeña
Paulina no careciese de nada. Por desgracia, temo que su educación sea
deficiente. Como además hemos tenido que
ir vendiendo mis joyas, la pobre ha crecido en un ambiente de clase media,
tan distinto al que por nacimiento le corresponde. La niña, sin embargo, no
traiciona su origen y se quedaría usted sorprendido de su distinción y modales.
Sin apasionamiento de madre, puedo asegurarle que es bellísima y que guarda un
increíble parecido con su pobre padre, cuya memoria venera.
3.- ¿Cuál es tu
opinión sobre la muerte de Lepprince? Arguméntala con datos que procedan de tu
lectura de la novela.
- ¿Cómo murió Lepprince?- quise saber.
El Comisario Vázquez se mostró esquivo.
-No creo que lo sepamos jamás. Tal vez se
trate, a fin de cuentas de un suicidio o de un accidente. (…)
-Oiga Miranda, yo siempre he pensado que Lepprince
era un peón de alguien…-señaló al techo-muy alto, usted ya me comprende. Para
mí que lo hicieron desaparecer,pero es solo una teoría.
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