Caballeros 1

sábado, 30 de abril de 2016

El español de Colombia.

Idioma español en Colombia

El idioma español es la lengua oficial de Colombia y de varios países de América. Pero en Colombia, según estimaciones, se hablan aproximadamente 11 dialectos del castellano que le dan lugar a algunas particularidades.
Elementos en común
En morfología el colombiano destaca por las siguientes características:
La segunda persona del plural es, exclusivamente «ustedes», con el uso de «vosotros» circunscrito al lenguaje eclesiástico (o a traducciones no regionalizadas hechas en España).
El colombiano del interior extiende el trato de usted más allá de situaciones de formalidad y es usado ampliamente entre amigos, esposos e incluso de padres hacia hijos. Por el contrario, el habla costeña usa el tuteo de forma casi general y el usted se limita a situaciones formales.
El voseo extendido por buena parte del interior del país, pero tiene una valoración negativa entre los hablantes cultos por lo que tiende a substituirse por el trato de usted y en menor medida por el tú. En la zona antioqueña y el suroccidene del país (excepto en el Departamento de Nariño) el voseo goza de prestigio local, aunque también aquí se observa la competencia de vos con usted y con tú.
El diminutivo en -ico, -ica se extiende a palabras cuya última sílaba inicia con «t»: gato --> gatico, características comunes en el habla con los costarricenses, venezolanos y cubanos.

El español colombiano suele presentar, generalmente, los siguientes rasgos fonéticos:
Como las otras variantes del español americano, el español en Colombia tiene seseo y pronuncia igual cocer y coser o abrazar y abrasar.
La distinción entre la «y» y la «ll» ha perdido mucho terreno a lo largo del siglo XX y todavía se presenta en algunas regiones, principalmente en Nariño, Santander y en algunos dialectos tradicionales del Altiplano Cundiboyacense.
La pronunciación de «j» suele ser faríngea, [h], rasgo común a los dialectos del sur de España y de la ribera caribeña.
El sonido «ch» se articula con la punta de la lengua descansando en la parte interior de los incisivos inferiores y el contacto con los alveolos se produce con el dorso o predorso de la lengua. Para el resto del mundo hispánico esta articulación recuerda a la pronunciación de «y» en inyección. Este rasgo es común al español canario y antillano.
En el interior del país las oclusivas sonoras /b,d,g/ sólo se articulan fricativas o aproximantes en contexto intervocálico y se mantinen como oclusivas detrás de consonante, bien sea dentro de una palabra como en la cadena locutiva.
Este último caso puede requerir de mayor explicación para los no lingüistas: Los sonidos /b/ («b» o «v»), /d/ («d») y /g/ («g» o «gu») tienen variaciones alofónicas en el idioma español. Usualmente son un sonido oclusivo después de una pausa en el aliento: al inicio de una oración o después de un sonido nasal («n» o «m»). Compare la pronunciación exacta de la «b» en "la burra" y "la gran burra" (este último pronunciado como «la gram burra»). Estos sonidos se representan en IPA como [β] y [b], respectivamente: [la'βu.ra] vs. ['la'γɾ am'bu.ra].

En Colombia (exceptuando el habla costeña), junto a algunos lugares de Centroamérica, esta fricación solo ocurre en posiciones intervocálicas. En México, Argentina o España sucede en toda posición de habla corrida, salvo detrás de una nasal (o al inicio de una pausa al hablar). Así "el burro" se pronuncia [el'bu.ro] en Colombia, pero [el'βu.ro] en el resto de América y España.


Principales dialectos
Una gran división en Colombia divide los dialectos de las zonas bajas (calentanos o costeños) y los de montaña o andinos (cachacos). En líneas generales, los dos macrodialectos colombianos, el costeño o de tierra caliente y el cachaco o del interior, muestran claros paralelismos con los dialectos meridionales y centro-septentrionales de España respectivamente. El español cachaco o del interior, de base castellana (español centro-septentrional), articula con claridad la -s postvocálica o final de palabra, tiene -n final alveolar firme y no debilita la -l preconsonántica en [r]. El español costeño tiene su base en el español meridional de España y por esto debilita la -s postvocálica o final (los costeños > loh cohteño), articula la -n como velar (camión > camiong) y en algunas zonas debilita la -l preconsántica en [r] (alguno > arguno). En morfología el cachaco conserva de forma parcial el voseo antiguo castellano mientras que el costeño hace uso extenso de tú como en toda la ribera caribeña. Cabe señalar que en el sur de la Guajira y el norte del Cesar, se usa un voseo verbal similar al del Zulia venezolano.

Entre los principales dialectos de montaña figuran el paisa, el cundiboyacense y el nariñense, llamado también pastuso o serrano, que se habla a lo largo de los Andes centrales. En general los dialectos de montaña se distinguen por una clara pronunciación de todas las consonantes.

Entre los dialectos de clima cálido están el costeño, con rasgos comunes con el habla de Venezuela, Panamá, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico. El santandereano y el opita (tolimense), junto con los dialectos magdalenenses, son muy similares entre sí; el llanero en la zona oriental, el valluno en el valle del Río Cauca y el dialecto pacífico, completan los grandes grupos lingüísticos del español colombiano.
Dialectos de montaña
Español antioqueño (paisa)
Español bogotano (rolo)
Español cundiboyacense
Español andino (pastuso o serrano)
Dialectos de las tierras bajas
Español costeño
Español llanero
Español pacífico (chocoano)
Español isleño
Español vallecaucano
Español santandereano
Español tolimense (opita)

Dialecto paisa o antioqueño
Artículo principal: Español antioqueño
Este es el español del Departamento de Antioquia y de la zona típicamente cafetera, poblada por gentes originarias de la región paisa: Medellin, de Risaralda , Quindio y de Caldas. El español de esta zona de colombia tiene su base en el castellano del norte de España ya que buena parte de sus primeros colonos procedían de Asturias, Cantabria y el País Vasco. Por esta base española septentrional el paisa destaca a oídos de otros hispanoamericanos por su /s/ cóncava, articulada con la punta de lengua en la zona alveolar (en el resto de América latina el fonema /s/ suele articularse predorsal con una posición convexa de la lengua). El voseo de tipo rioplatense (vos sos, querés, hablás) es típico del dialecto paisa y es plenamente aceptado por los hablantes cultos al contrario de lo que sucede en otras partes del país.

Dialecto bogotano o rolo
Hablar de un dialecto meramente bogotano es difícil en estos tiempos; es en Bogotá donde confluyen todas las diferentes culturas del país. Sin embargo, todavía se encuentran rasgos característicos del rolo o del cachaco antiguo, habla que manifiesta una notable semejanza con el español de Castilla. Esta semejanza con el español castellano se observa en la articulación plena de la -s postvocálica sin la tendencia a la aspiración o elisión de los dialectos costeños del caribe. También es típico de Bogotá, como de todo el interior de Colombia, la -n final alveolar como en Castilla, la no confusión ni trueque de -l y -r. En los hablantes de más edad aún se oye la distinción entre el fonema palatal lateral de "pollo" y la semiconsonante de "poyo", aunque el yeísmo se ha extendido hoy entre casi todos los hablantes de la capital, incluso entre los hablantes más cultos. Existe cierta tendencia, común a buena parte de Colombia, a usar usted en vez de tú entre familiares y amigos, aunque los hablantes cultos suelen usar tú y usted según la norma panhispánica.
Dialecto cundiboyacense
Artículo principal: Español cundiboyacense
Es el que se habla en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca,y por cierto el mas original, sin tener en cuenta la capital, Bogotá. En esta región colombiana la generalización del ustedeo ha originado la creación de un pronombre alternativo[cita requerida] para el trato más próximo o coloquial: su merced, pronunciado sumercé. Como en buena parte del interior, está muy extendida la realización faríngea de la /s/ prevocálica: nosotros > nojotros, los árboles > loj árboles. este dialecto ha sido unos de los más antiguos.

Dialecto costeño
Artículo principal: Español costeño colombiano
El habla costeña de la Región Caribe de Colombia pertenece a los dialectos españoles de base meridional o atlántica, con rasgos afines al español de Andalucía y Canarias y al resto de dialectos caribeños. Este español atlántico, más o menos extendido por las zonas bajas de América, presenta la debilitación de las consonantes finales: la -s preconsonántica se realiza aspirada [h], costa [kóhta], o se elimina en posición final, las manos [lah máno]; la -n final de palabra se articula en el velo del paladar (pan > pang) y entre los hablantes menos cultos la /l/ postvocálica se articula como una /r/ simple, algún > argún[cita requerida]. Entre los hablantes menos cultos de algunas zonas se da un fenómeno de geminación de consonantes, posiblemente de origen africano: Cartagena > Cattagena, verdad > veddá, cargar > caggá (rasgo común con el español cubano y la República Dominicana). Al contrario del resto de Colombia, el español costeño hace uso muy amplio del pronombre tú, a veces entre desconocidos o en situaciones de formalidad. El voseo es muy escaso y solo se oye de forma esporádica en las formas verbales, especialmente en situaciones muy familiares o informales entre los hablantes de los departamentos de Guajira (sur) y el Cesar (norte): "¿A dónde vai(s)?" "Mira dónde te sentái(s)".
Subvariantes: guajiro, barranquillero, samario, vallenato, cartagenero etc.

Dialecto vallecaucano o valluno
Artículo principal: Español vallecaucano
Este acento es típico de la región del valle del río cauca. En fonética destaca por la articulación bilabial nasal [m] de la /-n/ final (tren > trem, pasión > pasiom). La /s/ final y preconsonántica suele mantenerse (no es extraña la aspiración entre los hablantes menos cultos), pero en posición prevocálica es común la realización faríngea /s /> [h], especialmente en los enlaces: necesitar > [nehesitár] nejesitar (hablantes menos cultos), los hombres [loh ómbres] lojombres (muy extendido entre todo tipo de hablantes). Esta realización [h] de la /s/ está más o menos extendida por todo el interior de Colombia. El uso de tú es muy excepcional en la zona valluna al igual que el vos. El uso del usted es utilizado en situaciones de formalidad.
Dialecto santandereano
Artículo principal: Español santandereano
Es el español que se habla en los departamentos de Santander y Norte de Santander, al oriente del país. En esta zona aún quedan numerosos restos del fonema palatal lateral de "calló" o "arrollo" que suenan diferentes de "cayó" y "arroyo". El ustedeo es casi general en toda la zona, si bien los hablantes cultos no desconocen el tú, especialmente en zonas urbanas y entre los hablantes jóvenes. No hay diferencia entre S y C, la pronunciación de la S se hace siempre aunque en la zona norte no es extraña la aspiración o reducción de la -s final o postvocálica debido a la cercanía de la región costeña.
Subvariantes: norsantandereana (tachirense), sursantandereano.

Dialecto pastuso
Artículo principal: Español pastuso
Es típico de la región suroccidental de la nación principalmente en el departamento de Nariño. Los hablantes tradicionales distinguen pollo con palatal lateral y poyo con semiconsonante. En las zonas de fuerte influencia quechua se encuentra la realización fricativa o arrastrada del fonema /rr/ múltiple que es típica del español andino de Ecuador, Perú y Bolivia debido a su cercanía.
Dialecto tolimense u opita
Artículo principal: Español tolimense
Es el español hablado en los departamentos del Huila y el Tolima. Se caracteriza por la lentitud en la locución normal y por la creación de diptongos a partir de los hiatos /ea/ y /eo/: pelear > peliar, peor > pior (fenómeno muy extendido en el habla coloquial de América latina).
Dialecto llanero
Artículo principal: Español llanero
Es el español que se habla en los departamentos orientales de los llanos orientales colombo-venezolanos, posee una notable influencia indígena y una entonación particular en ambos lados de la frontera.
En general suprime, o bien, debilita la –s redundante del plural, v.g.: loj antioqueño, loj perro, cuatronarice (cuatronarices, especie local de serpiente), loj padrino.
Tiene una composición nominal similar a las hablas costeñas, v.g.: pativoltiao (pata + volteado), amarrao, etc.
Formación del pretérito compuesto de subjuntivo con el verbo “ser”, v.g.: “Si no fuera (hubiera) sido por Guadalupe Salcedo…”
Aunque en las principales ciudades por motivo de la diversidad de culturas de personas provenientes de otras partes del país, el habla es más parecido al del interior del país con un español de acento neutro.

Dialecto chocoano
Artículo principal: Español chocoano
El español chocoano, que se extiende fuera del departamento por casi todo el litoral pacífico, posee una notable influencia africana. En el departamento estricto del Chocó la /s/ final se reduce con niveles comparables a la costa caribeña (estos señores > eto señore), la -n final se velariza como en el Caribe (canción > cansiong, ven > veng). Es claramente africana la articulación de /d/ como /r/ en posición intervocálica: todo > toro, cada > cara y no es extraña la confusión de -l y -r preconsonántica o final ( "alma" y "arma" suenan igual con un sonido intermedio entre /l/ y /r/ como sucede en el español antillano).

Dialecto isleño
Artículo principal: Español isleño
Es el acento que se habla en las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en el Caribe colombiano. Combina elementos del español caribeño con el criollo sanandreseano, dándole un toque anglosajón al acento

Características del Español hablado en América.


Bajo la denominación "español de América" hablan español más de 400 millones de personas. Resulta complicado sostener, en la actualidad, que sea una variedad dialectal, pues existen diversos estándares. Ciertamente, es reconocible un notable grado de homogeneidad, pues en todos los países fue el español la lengua empleada por las clases altas. Tanto la península como Canarias comparten los rasgos dialectales más significativos del español de América. Para explicar tanta diversidad hay que acudir a distintos factores:
1. La distinta procedencia de los colonizadores (andaluces, canarios, leoneses, gallegos, vascos...)
2. No todos los territorios fueron colonizados al mismo tiempo ni su contacto con la Península fue de igual intensidad.
3. Hay que tener en cuenta la lengua de sustrato, que influye y de qué manera, en el castellano. Distinguimos cinco zonas: Norte, con el náhualt en México, Andes y Centroamérica, con el quechua y el maya-quiché; Sur, con el araucano en Chile; Río de la Plata, con guaraní en Paraguay y el Caribe con el arahuaco.
Podríamos hablar de zonas de América donde la influencia andaluza y canaria es más innovadora y otras donde es menor o más conservadora. El cono sur parece que presenta características independientes, pero poco más se puede decir a grandes rasgos. Lo que estudiaremos son las principales características del español de América cuanto a la fonética, morfosintaxis y léxico.
LA EXTENSIÓN DEL ESPAÑOL
En la actualidad se habla español como lengua oficial en Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, México y la República Dominicana.
Como lengua cooficial en Perú (quechua), Paraguay (guaraní) y Puerto Rico (inglés).
Como lengua no oficial en el suroeste de EE.UU (Texas, Nuevo México, Colorado, Florida, Arizona, California) y en grandes urbes del este como N. York o Chicago.
RASGOS FONÉTICOS
1. Seseo.
El seseo es un rasgo general del español americano, que lo comparte con el español de Andalucía y Canarias. Estamos ante la pronunciación de la consonante fricativa interdental sorda /Ɵ/ en las sílabas c+e,i , za, zo, zu como consonante fricativa alveolar sorda /s/. [se, si, sa, so su]. Traído tempranamente a América y de generalización relativamente rápida en todo el territorio. La realización de la única consonante sibilante varía notablemente, desde una articulación de timbre siseante hasta articulaciones interdentales de timbre ciceante (ceceo). Ejemplos: sapato por zapato, sine por cine, sena por cena, sorro por zorro, asúcar por azúcar.
2. Yeísmo. Confusión entre la LL y la Y en Y. El yeísmo -fusión entre palatales /λ/ e /y/ en una realización palatal /y/- es un rasgo muy extendido en la Península. También es un rasgo de vasta extensión en América, aunque no general. Donde se mantiene la oposición entre /λ/ e /y/ es en Paraguay, Colombia, Perú, en gran parte de Bolivia, sur de Ecuador y en puntos del sur de Chile y Argentina. Asociado al yeísmo aparece el rehilamiento en zonas de Argentina, Uruguay, Perú, Chile y Méjico, que consiste en la pronunciación de /λ/ e /y/ como /ž/ o /š/, sonido parecido a la x de xunta o la j del francés Jean.
3. Aspiración y caída de /-s/. La caída de la -s final está muy extendida en toda América. No cae en el norte y meseta de México, en las tierras altas de América Central, Colombia, Ecuador y Bolivia, en gran parte del Perú y norte de Argentina. En el resto de Hispanoamérica se manifiesta la aspiración y/o pérdida de /-s/. El fenómeno está especialmente extendido en el Caribe, Colombia y Venezuela
4. Neutralización o pérdida de /-l/ y /-r/. La región en donde este fenómeno ha avanzado más es la del Caribe, tanto en sus territorios insulares como en los costeros. /-l/ y /-r/ se intercambian, se neutralizan, se asimilan, se nasalizan, se vocalizan, se aspiran o, simplemente, caen. También en Colombia y Chile, en el habla popular, escuchamos [kanne] "carne", [Kahloh] "Carlos", [dal-le] "darle".
5. Diferentes realizaciones de /χ /, /ĉ/ y /n/ -la jota, la che y la ene- con matices similares a los descritos antes, por toda la geografía americana.
FENÓMENOS MORFOSINTÁCTICOS.
1. El voseo. El voseo es el uso del pronombre vos y/o sus formas verbales para la segunda persona singular. Es prácticamente el único rasgo gramatical americano de gran extensión que no existe en el español peninsular. Por otro lado, tiene un alto grado de complejidad, dado que muestra una gran variación formal en las distintas regiones.
La situación es mucho más compleja si atendemos a la combinación de formas verbales y pronombres:
• Buenos Aires: encontramos voseo pronominal junto a formas verbales voseantes (vos amás, tenés, sós)
• Montevideo, en las que se combinan formas pronominales de tuteo con verbos voseantes (tu amás, tenés, sós)
• Santiago del Estero (Argentina) y grandes zonas de Ecuador, en que se emplean formas pronominales voseantes con verbos tuteantes (vos amas, tienes, eres).

• A estas diferentes posibilidades de combinación debemos agregar que en las regiones de voseo verbal es necesario distinguir entre voseo verbal diptongado (amáis, tenéis, sóis) y monoptongado (amás, tenés, sós) y dentro de este último, hay que distinguir entre distintos tipos de monoptongación, ya que encontramos tenés junto a tenís, para el presente y cantarés junto a cantarís para el futuro.
2. Pérdida del uso de la segunda persona plural vosotros. En el español americano actual subsiste prácticamente sólo ustedes, con sus correspondientes formas verbales (salvo algún caso esporádico de vosotros en un estilo oratorio muy afectado). Del paradigma de vosotros sobrevive sólo el posesivo vuestro, que en ocasiones se emplea en la lengua escrita u oratoria junto con ustedes. Es posible que el motivo de esta persistencia esté en la gran ambigüedad del posesivo su/suyo, que corresponde a seis formas de sujeto: usted, él, ella, ustedes, ellos, ellas. Otra consecuencia de la falta de precisión de su/suyo es la preferencia en tercera persona por de él, de ella, de ellos, de ellas, en contextos ambiguos.
3. Cambios en la delimitación de estar y ser. En el español de algunas regiones americanas estar ha ampliado su uso a expensas de ser, como es el caso del español de Estados Unidos: su nariz está un poco grande; yo estoy inteligente, etc. Se encuentran construcciones de este tipo en México y Caracas.
4. Uso de diminutivos en adverbios, gerundios y adjetivos. Rasgo frecuente en México y Centroamérica: ahorita, corriendito, mismito, chiquita.
5. Flexión de haber y hacer en construcciones temporales e impersonales. Es rasgo común a toda América, y llegan a alcanzar niveles altos, como en los medios de comunicación oral y escritos. Esto también está empezando a ocurrir en España (en el estadio pueden haber quince mil personas; hubieron aumentos de hasta el 200% en un mes, etc. Se flexiona el verbo hacer en construcciones temporales: Hoy llovieron 15 litros por metro cuadrado en Benicasim; 1989, hacen hoy cincuenta años que empezó la II Guerra Mundial.
6. Uso de los pronombres átonos. En general, no existe el laísmo, loísmo ni el leísmo. Los pronombres de objeto le/les y lo/los/la/las se ajustan en el habla coloquial de toda Hispanoamérica a su uso etimológico, es decir, le y les como indirectos y lo, los, las, la como objetos directos, aunque hay excepciones.
7. Cambio en la posición de los pronombres personales Aparece extendida por el área Antillana (Cuba, Puerto Rico) la colocación del pronombre personal antes del verbo en las oraciones interrogativas. ¿Qué tú haces?, ¿Cómo ustedes vienen ahorita?
8. Uso del imperfecto de subjuntivo en –ra En Hispanoamérica se usan casi exclusivamente las formas del imperfecto del subjuntivo en -ra y no en -se: tuviera, hiciéramos (y no: tuviese, hiciésemos).

CARACTERÍSTICAS DEL LÉXICO DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA
En términos generales, el vocabulario base es común a todos los países americanos y al español peninsular. En cambio, el resto del léxico coloquial presenta una fuerte diversidad regional de, en ocasiones, difícil intercomprensión. Conviene, no obstante, destacar algunas influencias que caracterizan el léxico del español americano.
Dentro del vocabulario de origen hispánico perduran en distintas regiones hispanoamericanas o en la totalidad del territorio numerosos arcaísmos, términos desusados ya en el español peninsular actual: afligir "preocupar", barrial "barrizal", bravo "irritado", lindo "hermoso", liviano "ligero", pollera "falda", rancho “hacienda”, escobilla "cepillo", retar "reprender" y vidriera "escaparate". También perviven andalucismos como amarrar "atar", guiso "guisado", limosnero "pordiosero", ñoña "excremento"; términos de origen canario ensopar "mojar"; mordida "mordisco" y galleguismos como carozo, lamber y bosta. Existen también indigenismos o americanismos que no se usan en la península, como son los de origen náhuatl (jícara, petaca, pulque, cuate, etc), quechua (cóndor, guano), guaraní (tapir, ñandú) y araucano (gaucho).
El léxico de origen africano incorporado al español general, al de Hispanoamérica o al de las Antillas comprende nombres de plantas y frutos (banana, malanga), comidas y bebidas (funche, guarapo), instrumentos musicales y danzas (bongó, conga, samba, mambo), sustantivos diversos (macuto, bembe "labio grueso", burundanga "revoltijo”), algún adjetivo (matungo "flaco") y algún verbo (ñangotarse "ponerse en cuclillas”)
Debemos nombrar algún léxico italiano que tuvo éxito en la zona rioplatense: capuchino "café con leche", nono, nona "abuelo, abuela", bochar "suspender un examen", gamba "pierna", capo "jefe", laburo "trabajo" mina “chica”, etc.
Algunos lusismos por el contacto con Brasil (mucama “criada, cachimba “pipa”, petiso “pequeño”) y los numerosos anglicismos propios del español de los EE.UU (carro “coche, procedente de car”, sinc “fregadero, procedente de sink”, choque, procedente de chalk, baquiar “retroceder, procedente de back down”) enriquecen el caudal léxico del español de América.

miércoles, 27 de abril de 2016

Leemos a Wenceslao en El Bosque Animado con fondo de pájaros.

   El texto ha sido modificado por Juan Mayor.
Los árboles tienen sus luchas. Los mayores asombran a los pequeños, que crecen entonces con prisa para hacerse pronto dueños de su ración de sol, y al esparcir las raíces bajo la tierra, hay algunos quizá demasiado codiciosos que estorban a los demás en su legítimo empeño de alimentarse. Pero entre todos los seres vivos de la fraga son los más pacíficos, los más bondadosos, los que posean un alma más sencilla e ingenua. Conviene saber que carecen absolutamente de vanidad. Nacen en cualquier parte e ignoran que sólo por el hecho de crecer allí, aquel lugar queda embellecido. No se aburren nunca porque no miran a la tierra, sino al cielo, y el cielo cambia tanto, según las horas y según las nubes, que jamás es igual a sí mismo. Cuando los hombres buscan la diversidad, viajan. Los árboles satisfacen ese afán sin moverse. Es la diversidad la que se aviene a pasar.
Ellos son también la diversidad. Como quiera que se agrupen, siempre forman un conjunto armonioso (...) Según avanzamos por un bosque, la alineación de sus árboles, el perfil del ramaje, el artesonado de las hojas cambia y el panorama se renueva incesantemente con perspectivas en que las formas se conjugan en modos infinitos, como los hombres no han acertado a conseguir ni en el más complicado y fastuoso de los bailes. (...) Según avanzamos por un bosque, la alineación de sus árboles, el perfil del ramaje, el artesonado de las hojas cambia y el panorama se renueva incesantemente con perspectivas en que las formas se conjugan en modos infinitos, como los hombres no han acertado a conseguir ni en el más complicado y fastuoso de los bailes.


martes, 26 de abril de 2016

Valores estilísticos del verbo en castellano.

  
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La estilística del verbo
  
 
Valores semánticos y estilísticos de la formas verbales 
las formas verbales pueden adquirir diferentes valores dependiendo del significado del verbo, la situación en que se usan o el contexto lingüístico en el que se incluyen. Así se habla del uso recto y del uso trasladado de algunas formas.
 
  
PRESENTE
El presente es un tiempo que designa una acción o proceso simultáneo al momento en que se habla o escribe.
 
 
ACTUAL: Coincide la forma verbal con el momento de la enunciación.
 
 El delantero marca un gol por la izquierda. 
 
HABITUAL. Sirve para mencionar situaciones que se dan periódicamente.
 
 
Todos los días me levanto a las ocho.
 
 
INTEMPORAL o GNÓMICO. Traspasa los límites estrictos del presente y sitúa la acción en un plano intemporal. Es el presente de las máximas, los refranes, las definiciones y las afirmaciones categóricas.
 
 El hombre es un ser mortal. / A quien madruga, Dios le ayuda.  
 USOS TRASLADADOS 
 
HISTÓRICO. Sirve para aproximar la acción pasada al momento actual.
 
 En 1978 se aprueba la Constitución.  
 
CONATO. Sirve para expresar una acción que se sitúa en el pasado, pero que no llega a realizarse.
 
 Por poco pierdo el tren.  
 
CON VALOR DE FUTURO (PROSPECTIVO). Expresa acciones inevitables o planeadas de antemano.
 
 Mañana llueve. / Dile a tu madre que ahora voy.  
 
MANDATO. Se usa el presente con valor imperativo.
 
 Ahora te sientas y te estás calladito.  
  
PRETÉRITO
IMPERFECTO

Expresa una acción pasada inacabada que ha de ponerse en relación con otras formas verbales para adquirir sentido.
Es el tiempo verbal más habitual en las descripciones. Se emplea también en las narraciones para expresar acciones que se prolongan en el tiempo.
 
 
DURATIVO. No indica ni el comienzo, ni el final de la acción.
 
 Cuando llegué, hablaba por teléfono. 
 
FÁTICO (o de contacto). Sirve para marcar la enunciación en su inicio o durante el mantenimiento.
 
 ¿Qué decías?  
 USOS TRASLADADOS 
 
CONATO. Sirve para expresar una acción que no llega a realizarse.
 
 Meno mal que has llegado, porque ya me iba.  
 
DE CORTESÍA. Evita el presente, que se percibe como más descortés.
 
 Podías ayudarme. / ¿Qué deseaba...?  
 
DE APERTURA. Sirve para iniciar un relato, a veces, con carácter intemporal.
 
 Érase una vez... / Había una vez... / Llegaba el séquito a palacio, cuando de pronto...  
 
DE CIERRE. Es una variación estilística que se introduce tras una serie de pretéritos perfectos simples.
 
 
Aquella mañana, Inés se sentía eufórica. Se arregló y tomó el desayuno y se dirigió a la oficina. Al cabo de una hora, entraba a su despacho sonriente.
 
 
SUSTITUYE AL CONDICIONAL en registros coloquiales.
 
 Si pudiese, me compraba ese coche. / Con ese no me casaba yo ni a tiros.  
 
LÚDICO. Es un uso infantil que sirve para designar realidades fingidas que se proponen como materia de juego.
 
 Yo era un pirata y este venía y me atacaba... 
  
FUTURO
SIMPLE
Es un tiempo verbal que indica acción futura y aspecto imperfectivo.
 
 
Mañana te visitaré.
 
 USOS TRASLADADOS 
 
DE MANDATO. Sirve para indicar el cumplimiento de una acción. Tiene matiz imperativo. Se emplea sobre todo en enunciados negativos.
 
 No matarás / Digas lo que digas, no asistirás a ese concierto. 
 
DE CORTESÍA. Evita el presente.
 
 Podrás ayudarme ahora. / ¿Será tan amable de...?  
 
DE PROBABILIDAD. Expresa una suposición o una estimación subjetiva.
 
 Eso costará... / Tendrá unos... 
 
CONCESIVO. El hablante admite provisionalmente una afirmación pero añade inmediatamente un objeción a la misma.
 
 Será guapa, pero es mema. 
  
CONDICIONAL
El condicional indica una acción futura en relación con una acción situada en el pasado.
 
 Dijo que lo haría.  
 
El uso más habitual de esta forma se da en la apódosis de las oraciones condicionales.
 
 Si pudiera, tomaría el sol. / Si hubiera tenido tiempo, habría tomado el sol  
 USOS TRASLADADOS que comparte con el FUTURO SIMPLE 
 
DE CORTESÍA. (Variante estilística del futuro de cortesía).
 
 ¿Podría pasarme la sal?  
 
DE PROBABILIDAD. (Variante estilística del futuro de probabilidad).
 
 Cuando apareció, serían las tres de la madrugada. / Cuando lo encontramos, ya habrían dado las tres. 
 
CONCESIVO. El hablante admite provisionalmente una afirmación pero añade inmediatamente un objeción a la misma. (Variante estilística del futuro con valor concesivo).
 
 Sería guapa, pero era mema. 
 
Determina los valores estilísticos de los verbos en las siguientes oraciones:
Colón descubre América en 1492
Mañana me voy al médico
Tú eras el hada y yo la bruja
Serán las doce. ¿Quién llamará a estas horas?
Todos los años vamos a Andorra
Quisiera pedirle su ayuda
No matarás
Mañana venía mi padre, pero tuvo que trabajar
El cielo es azul
Te sientas y te callas
¿Qué deseaba usted?
La semana próxima empiezo a trabajar
Serían las diez
¿Quién llamará ahora?
Casi me caigo
¡Quién iba a pensar eso!
Mañana me examino
Esto lo arreglaba yo por cuatro días
Enseguida voy
¡Si será torpe este muchacho!
Yo me comía ahora mil pasteles
Tú te vas ahora de mi casa
Ustedes me dirán
Yo creía que eso era otra historia
Entro todos los días a las ocho
En aquel tiempo, él ya había cumplido treinta años
¿Llego tarde?
Lope de Vega nos ofrecerá en su dramaturgia un gran avance histórico
Entraba todos los días a las ocho
Será tan amable de prestarme un libro
Vivo en Guadalajara
Cuando te dije eso ya te marchabas
Me levanto a las ocho
Supongo que habrá llegado
Dos y dos son cuatro
Eso costará unos doce euros
Es necesario que vayas mañana a clase
Querría pedirle un favor
La justicia es necesaria
¡Quién lo diría!
Si tuviera dinero, me compraba una casa
La próxima semana me los dices
A quien madruga, Dios le ayuda

Nosotros estudiamos en Caldas.

-¿Podría enseñarme el vestido del escaparate?

-Más vale pájaro en mano que ciento volando.

-Queríamos pedirte que nos cambiaras el examen.

-¿Decías algo?

-Estudiarás toda la tarde.

-Habrás estudiado, pero no lo he notado en el examen.

-Isabel II es expulsada de España en 1868.

-Más tarde, su hijo Alfonso XII subiría al trono propiciando la Restauración.

-Años después, Alfonso XIII mantendrá el sistema de los partidos turnantes.

-¡Quién diría que la I República iba a durar tan poco!

-Tú vuelves a casa temprano.

-Prestemos atención.

-Si hubiere algún impedimento para la realización de este matrimonio…

-Siempre ha habido lagunas en el tema de los derechos humanos.

-Las elecciones gallegas, ¿no tocaban el año que viene?

-Las adelantarán a este año…
 

 
    

Marwan. Textos breves.



lunes, 25 de abril de 2016

Propostas para ler poesía.

Marwan se ha convertido en el máximo exponente de una nueva generación de poetas, empática, directa, visceral, surgida al amparo de las redes sociales y que arrasa en el mercado. Gracias a editoriales como la mencionada Noviembre Poesía, Frida, Ya lo dijo Casimiro Parker o Valparaíso hemos conocido la poesía de Luis Ramiro, Rafa Pons y Diego Ojeda (todos cantautores), Rayden (también rapero), Carlos Salem, Escandar Algeet, Irene X, Elvira Sastre, Cristina Núñez, Rafael Romero o Carlos Miguel Cortés. Este último es, de hecho, el último fenómeno del grupo: «Intranerso» (Noviembre Poesía) ha vendido más de 7.000 ejemplares desde su publicación el pasado 20 de noviembre.
 Ide votando un ollo: http://marwanblog.blogspot.com.es/

martes, 12 de abril de 2016

LA FRAGA DE CECEBRE


Un día llegaron unos hombres a la fraga de Cecebre, abrieron un agujero, clavaron un poste y lo aseguraron apisonando guijarros y tierra a su alrededor. Subieron luego por él, le prendieron varios hilos metálicos y se marcharon para continuar el tendido de la línea.
Las plantas que había en torno del reciente huésped de la fraga permanecieron durante varios días cohibidas con su presencia, porque su timidez es muy grande. Al fin, la que estaba más cerca de él, que era un pino alto, alto, recio y recto, dijo:
-Han plantado un nuevo árbol en la fraga.



Y la noticia, propagada por las hojas del eucalipto que rozaban al pino, y por las del castaño que rozaban al eucalipto, y por las del roble que tocaban las del castaño, y las del abedul que se mezclaban con las del roble, se extendió por toda la espesura. Los troncos más elevados miraban por encima de las copas de los demás, y cuando el viento separaba la fronda, los más apartados se asomaban para mirar.
-¿Cómo es? ¿Cómo es?
-Pues es -dijo el pino- de una especie muy rara. Tiene el tronco negro hasta más de una vara sobre la tierra, y después parece de un blanco grisáceo. Resulta muy elegante.
-¡Es muy elegante, muy elegante! -transmitieron unas hojas a otras.
-Sus frutos -continuó el pino fijándose en los aisladores- son blancos como las piedras de cuarzo y más lisos y más brillantes que las hojas del acebo.
Dejó que la noticia llegase a los confines de la fraga y siguió:
-Sus ramas son delgadísimas y tan largas que no puedo ver dónde terminan. Ocho se extienden hacia donde el sol nace y ocho hacia donde el sol muere. Ni se tuercen ni se desmayan, y es imposible distinguir en ellas un nudo, ni una hoja ni un brote. Pienso que quizá no sea ésta su época de retoñar, pero no lo sé. Nunca vi un árbol parecido.
Todas las plantas del bosque comentaron al nuevo vecino y convinieron en que debía de tratarse de un ejemplar muy importante. Una zarza que se apresuró a enroscarse en él declaró que en su interior se escuchaban vibraciones, algo así como un timbre que sonase a gran distancia, como un temblor metálico del que no era capaz de dar una descripción más precisa porque no había oído nada semejante en los demás troncos a los que se había arrimado. Y esto aumentó el respeto en los otros árboles y el orgullo de tenerlo entre ellos.
Ninguno se atrevía a dirigirse a él, y él, tieso, rígido, no parecía haber notado las presencias ajenas. Pero una tarde de mayo el pino alto, recio y recto se decidió... sin saber cómo. Su tronco era magnífico y valía muy bien veinte duros, aunque él ni siquiera lo sospechaba y acaso, de saberlo, tampoco cambiase su carácter humilde y sencillo. El caso es que aquella tarde fue la más hermosa de la primavera; las hojas, de un verde nuevo, eran grandes ya y cumplían sus funciones con el vigor de órganos juveniles; la savia recogía del suelo húmedo sustancias embriagadoras; todo el campo estaba lleno de flores silvestres y unas nubecillas se iban aproximando con lentitud al Poniente, preparándose para organizar una fiesta de colores al marcharse el sol. Quiso la suerte que una leve brisa acudiese a meter sus dedos suaves entre la cabellera de la fronda, tupida y olorosa como la de una novia, y bajo aquella caricia la fraga ronroneó un poquito, igual que un gato al que rascasen la cabeza, y luego se puso a cantar.
Como estaba contenta y en la plenitud de su vigor, prefirió de su repertorio una canción burlesca: la que copia el atenuado fragor del tren cuando avanza, todavía muy lejos, entre los pinares de Guísamo. Es la que más divierte a los árboles, porque lo imitan tan bien que muchos aldeanos que pasan por las veredas corren al escucharla, creyendo que el convoy está próximo y que les será difícil alcanzarlo. Con esto los árboles gozan como niños traviesos.
El pino, cantando en sordina entre los largos dientes de sus hojas, tenía un papel principal en el coro del bosque y merecía la fama de dominar la onomatopeya. Su propia felicidad, el alborozo pueril de aquella diablura, le movió a decirle al poste:
-¿No quiere usted cantar con nosotros?
El poste no contestó.
-Seguramente -insistió el pino, inclinando su copa en una cortesía- su voz es delicada y armoniosa, y a todos nos agradará que se una a las nuestras.
El poste silbó malhumorado.
-¿Y a qué viene eso? ¿Qué cantan ustedes?
-Imitamos a un tren remoto.
-¿Y para qué? ¿Son ustedes el tren?
-No -reconoció el pino, avergonzado.
-Entonces, ¿qué pretenden con esa mixtificación? Ya que usted me interpela, le diré que no encuentro seria su conducta.
-¿Quizá le agrada más la canción de la lluvia?
-No.
-¿Acaso la canción del mar?
-Ninguna de ellas. Este es un bosque sin formalidad. ¿Quién podría creer que árboles tan talludos pasasen el tiempo cantando como ranas? Yo no canto nunca, susurro apenas. Si ustedes acercasen a mí sus oídos, escucharían el murmullo de una conversación, porque a través de mí pasan las conversaciones de los hombres. Eso sí que es maravilloso. Sepan que vivo consagrado a la ciencia y que yo mismo soy ciencia y que todo lo que ustedes hacen a mi alrededor lo reputo como bagatela y sensiblería, si alguna vez me digno abandonar mis abstracciones y reparar en ello.
La opinión del poste pronto fue conocida en toda la fraga y ya no se atrevieron a entregarse a aquel entretenimiento que el árbol extraño y solemne, de ramas de alambre, acusaba de frivolidad.
Llegó el verano y los pájaros se hicieron entre la fronda tan numerosos como las mismas hojas. El eucalipto, que era más alto que el pino y que los más viejos árboles, daba albergue a una pareja de cuervos y estaba orgulloso de haber sido elegido, porque esas aves buscan siempre los cúlmenes muy elevados y de acceso difícil. Un día en que su esencia se evaporaba al fuerte sol con tanta abundancia que todo el bosque olía a eucalipto, se decidió a conversar con el poste y le dijo:
-He notado que no adoptó usted ningún nido, señor. Quizá porque no conoce aún a los pájaros que aquí viven y no ha hecho su elección. Me gustaría orientarle, pues supongo que usted sostendría un nido con agrado. Nos convierten en algo así como un regazo maternal. Yo alojo a unos cuervos. No molestan, pero confieso que son poco decorativos. Quisiera recomendarle a usted las oropéndolas. Ya habrá visto que hay oropéndolas en Cecebre. Pues bien, cuelgan sus nidos con tanta belleza y originalidad que no desmerecerían de las que a usted le ennoblecen.
El poste crujió:
-¿Para qué quiero yo sostener nidos de pájaros y soportar sus arrullos y aguantar su prole? ¿Me ha tomado usted por una nodriza? ¿Cree que soy capaz de alcahuetear amoríos? Puesto que usted me habla de ello, le diré que repruebo esa debilidad que induce a los árboles de este bosque a servir de hospederos a tantas avecillas inútiles que no alcanzan más que a gorjear. Sepa de una vez para siempre que no se atreverán a faltarme al respeto amasando sobre mí briznas de barro. Los pájaros que yo soporto son de vidrio o de porcelana, y no les hace falta plumaje de colorines, ni lanzarán un trino por nada del mundo. ¿Cómo podría yo servir a la civilización y al progreso si perdiese el tiempo con la cría de pajaritos?
Estas palabras circularon en seguida por la fraga, y los árboles hicieron lo posible para desprenderse de los nidos y para ahogar entre sus hojas el charloteo de los huéspedes alados que iban a posarse en las ramas.
Sobre el tronco del pino resbalaron una vez diáfanas gotas de resina que quedaron allí, inmovilizadas, como una larga sarta de brillantes. De ellas arrancaba el sol destellos de los siete colores, y el pino estaba satisfecho de ser tan esbelto, tan oloroso y tan enjoyado, una maravilla viviente.
-¿Se ha fijado usted en mis collares? -se atrevió a preguntar al vecino.
-Sí -aprobó esta vez el poste-; claro que usted llama collares a lo que no son más que gotas de resina. Pero la resina es buena: es aisladora (el pino ignoraba de qué), y es más digno producirla que dedicarse a dar castañas, como ese árbol gordo que está detrás de usted. Cierto es que, por muchos esfuerzos que usted haga, no conseguirá crear un aislador tan bueno como los míos, pero algo es algo. Le aconsejo que se deje dar unos cortes en el tronco, a un metro del suelo, y así segregará más resina.
-¿No será muy debilitante? -temió, estremeciéndose el pino.
-Naturalmente, debilita mucho, pero resulta más serio. No crea usted que eso se opone a hacer una buena carrera.
-¡Ah! -exclamó el árbol, que seguía sin entender.
-Hasta le favorece, si se me apura. Conocí varios pinos que fueron sangrados abundantemente, que trabajaron desde su edad adulta para la Resinera Española. Y ahí los tiene usted ahora con muy buenos puestos en la línea telegráfica del Norte, dedicados también a la ciencia.
Aquel año los vendavales de invierno fueron prolongados y duros. Durante varios días seguidos los árboles no conocieron el reposo. Incesantemente encorvados, cabeceando y retorciéndose, llenaban el bosque del ruido siniestro de sus crujidos y del batir de sus ramas. Les era imposible descansar de tan violento ejercicio y sus hojas secas, arrebatadas por el huracán, parecían llevar demandas de socorro. Temblaban desde las raíces hasta las más débiles ramas, y el viento no se compadecía. A la tercera noche, un cedro no pudo más y se desplomó roto. Las ramas de algunos compañeros próximos intentaron sostenerlo, pero estaban cansadas también y se quebraron y dejaron resbalar hasta el suelo al bello gigante, con un golpe que resonó más allá de la fraga. Todo fue duelo. El hueco que deja en un bosque un árbol añoso es tan entristecedor y tan visible como el que deja un muerto en su hogar. Únicamente el poste pareció alegrarse.
-Al fin se decidió a cumplir su destino –declaró-. Ahora podrán hacerse de él muy hermosas puertas, que es para lo que había nacido; no para esconder gorriones y para tararear tonterías. Y ustedes aprendan de él. ¿Qué hace ahí ese nogal? Otros muchos más jóvenes he tratado yo cuando se estaban convirtiendo en mesas de comedor y en tresillos para gabinete. ¿Y aquel castaño gordo, tan pomposo y tan inútil? ¿A qué espera para dar de sí varios aparadores? ¡Pues me parece a mí que ya es tiempo de que tenga juicio y piense en trabajar gravemente! ¡Vaya una fraga ésta! ¡No hay quien la resista! Si yo no estuviese absorto en mis labores técnicas, no podría vivir aquí.
Los pareceres de aquel vecino tan raro y solemne influyeron profundamente en los árboles. Las mimbreras se jactaban de tener parentesco con él porque sus finas y rectas varillas se asemejaban algo a los alambres; el castaño dejó secar sus hojas porque se avergonzaba de ser tan frondoso; distintos árboles consintieron en morir para comenzar a ser serios y útiles, y todo el bosque, grave y entristecido, parecía enfermo, hasta el punto de que los pájaros no lo preferían ya como morada.
Pasado cierto tiempo, volvieron al lugar unos hombres muy semejantes a los que habían traído el poste; lo examinaron, lo golpearon con unas herramientas, comprobando la fofez de la madera carcomida por larvas de insectos, y lo derribaron. Tan minado estaba, que al caer se rompió.
El bosque hallábase conmovido por aquel tremendo acontecimiento. La curiosidad era tan intensa que la savia corría con mayor prisa. Quizá ahora pudieran conocer, por los dibujos del leño, la especie a que pertenecía aquel ser respetable, austero y caviloso.
-¡Mira e infórmanos! -rogaron los árboles al pino.
Y el pino miró.
-¿Qué tenía dentro?
Y el pino dijo:
-Polilla.
-¿Qué más?
Y el pino miró de nuevo:
-Polvo.
-¿Qué más?
Y el pino anunció, dejando de mirar:
-Muerte. Ya estaba muerto. Siempre estuvo muerto.
Aquel día el bosque, decepcionado, calló. Al siguiente entonó la alegre canción en que imita a la presa del molino. Los pájaros volvieron. Ningún árbol tornó a pensar en convertirse en sillas y en trincheros. La fraga recuperó de golpe su alma ingenua, en la que toda la ciencia consiste en saber que de cuanto se puede ver, hacer o pensar, sobre la tierra, lo más prodigioso, lo más profundo, lo más grave es esto: vivir.